EXTENSIÓN UNIVERSITARIA
Asesorarán a productores en la utilización de desperdicios forrajeros para alimentar ganado

La ingeniera Angela Burgos explica sobre el uso de las hojas superiores de la planta de mandioca como forraje con alto contenido proteínico.

Un grupo de extensionistas de las Facultades de Ciencias Agrarias y Veterinarias propondrán a productores familiares recuperar y procesar hojas de planta de mandioca y tallos de caña de azúcar como una alternativa de alimentación del ganado. Esa utilidad y manejo contribuiría al modelo de economía circular que es sugerido por organismos oficiales, y es uno de los desafíos en la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Productores familiares de la localidad correntina de San Cosme serán asesorados y capacitados en técnicas de cultivo, conservación y suministro de forrajes destinados a la producción pecuaria.

La actividad forma parte de un proyecto de Extensión recientemente aprobado como parte del Programa “La Universidad en el Medio” de la Universidad Nacional del Nordeste.

Con el nombre de “Uso de cultivos regionales del NEA con potencial forrajero para la agricultura familiar”, el proyecto apunta a difundir los usos y beneficios de la caña de azúcar y de la mandioca para la actividad ganadera.

Bajo la dirección de las ingenieras Miriam Porta y Ángela Burgos, un equipo de más de 30 extensionistas entre docentes, no docentes, graduados y estudiantes de las Facultades de Ciencias Agrarias y Veterinarias de la UNNE, capacitarán en lo que técnicamente se denomina: Sistemas de Producción y Usos Alternativos de Cultivos Regionales.

Ambas profesionales coinciden en que el proyecto tendrá un impacto real en la medida que los productores comprueben que se ha mejorado la alimentación de sus animales, en el marco de un sistema productivo sustentable y eficiente “convirtiendo pasivos ambientales en activos nutricionales”.

“….el proyecto tendrá un impacto real en la medida que los productores comprueben que se ha mejorado la alimentación de sus animales…”

“Estamos proponiendo recuperar materias primas locales, rústicas y de fácil acceso (hojas de mandioca y tallos de caña de azúcar) que sumadas a la propuesta de tecnologías de conservación sumamente simples permiten el suministro de energía y proteína diferida en el tiempo que garantiza una dieta balanceada y una oferta estable de alimento “para pasar el bache invernal”.

Hojas de mandioca y tallos de caña de azúcar

La ingeniera Burgos explica sobre el uso –que buscan inculcar- de las hojas superiores de la planta de mandioca como forraje con alto contenido proteínico. “En el NEA las plantas de mandioca son cultivadas por pequeños productores para la cosecha de raíces amiláceas, desperdiciando las hojas, que poseen altos contenidos de proteína y minerales”. “Su uso definitivamente podría constituir un alimento valioso agregando valor al producto”.

Para la profesional esa utilidad y manejo contribuiría al modelo de economía circular que es sugerido por organismos oficiales. “De hecho, la reducción de desperdicios y pérdidas, ha sido identificada como un desafío, en la Agenda 2030, de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fijada por las Naciones Unidas”.

Por su parte la ingeniera Porta explica la utilidad de la caña de azúcar como forraje. “La caña de azúcar tradicionalmente se corta, pica y se entrega diariamente al animal. Sin embargo, en grandes cantidades, esta técnica se convierte en el mayor obstáculo para el uso de forrajes porque requiere de mano de obra diariamente para efectivizar el corte, el picado, el transporte y suministro”.

“La propuesta de este proyecto es tratar la caña de azúcar con cal (óxido de Calcio), lo que permite conservarla durante 7 días, mejorando la coordinación y logística del trabajo, aliviando las tareas de la mano de obra familiar”.

“El tratamiento oportuno y dosificado con cal, además, mejora la digestibilidad de la caña al romper las fracciones de la pared celular a través de la hidrólisis alcalina, aumentando la estabilidad aeróbica y potenciando la producción animal debido a que los microorganismos ruminales hacen un mejor uso de la energía contenida en este alimento”.

Actividades

El proyecto fue recientemente aprobado por el Consejo Superior de la UNNE, en consecuencia, el equipo de extensionistas visitará en los próximos días a los productores sancosmeños, oportunidad que aprovecharán para seleccionar aquellos establecimientos que cuenten con semilleros de los dos cultivos propuestos.

“….el equipo de extensionistas visitará en los próximos días a los productores sancosmeños…”

En esas chacras –utilizadas como terrenos demostrativos- se preparará el suelo para plantar los lotes de caña de azúcar durante el mes de mayo y ya en septiembre hacer lo mismo con los de mandioca. Siguiendo este cronograma, para mediados de 2023 se estará en condiciones de cosechar parcelas para confeccionar forrajes conservados.

Hojas de planta de mandioca molidas, usadas para alimentar al ganado

Impacto Social y Académico

Es usual la pregunta ¿para qué sirven los Proyectos de Extensión?. En este caso concreto son las mismas responsables la que responden.

“Los productores logran tomar contacto con profesionales que les llevan soluciones reales y concretas, que los ayudan a ver las cosas desde otra perspectiva, que les enseñan con las manos”, explican.

“Se apropian de las tecnologías que pueden ayudarlos a cambiar su realidad. Se genera un valioso espacio de aprendizaje interdisciplinar que permite fortalecer la formación de recursos humanos”, agregan.

La ingeniera Porta explica cómo la actividad científica se vincula con el trabajo de extensión que realizan. “Como investigadoras de la UNNE llevamos las investigaciones que se realizan y publican con rigor científico hasta el terreno de los productores. Es en el campo donde podemos comprobar que nuestros trabajos científicos son útiles a la sociedad. Saber que el trabajo silencioso puede hacer ruido afuera, entre los productores, es reconfortante”, señala.

Además de científica, la ingeniera Burgos da cuenta de la importancia de estos trabajos en la formación de los estudiantes. “Es un acercamiento a la realidad de los pequeños productores, adquirirán experiencia en la ejecución de tareas de campo y en la toma de decisiones que les servirán en el futuro, al desempeñarse como profesionales o inclusive como productores”, explica.

“Sin dudas esta actividad de extensión-como tantas otras- es una señal de que la Universidad Pública Argentina sigue siendo un faro donde sentirse contenido”, asegura.