Flamantes ingenieros proponen plan de rehabilitación del principal muelle del puerto de Barranqueras

En el marco de su trabajo final de carrera, dos graduados de la Facultad de Ingeniería de la UNNE relevaron y evaluaron el estado de deterioro y patologías constructivas de la “1A” del muelle del Puerto de Barranqueras, el muelle más antiguo y de mayor actividad de la estación portuaria. Además presentaron un  plan para la rehabilitación de esa sección portuaria así como para su mantenimiento.

 

El riacho Barranqueras es un brazo del río Paraná, ubicado en el sudoeste de la provincia del Chaco. En el riacho se sitúa un complejo portuario, compuesto por distintos muelles, especializados en distintas cargas.

Entre los principales problemas para mejorar el volumen de operación de este puerto se destacan la falta de calado debido a la ausencia de dragado en los últimos años, el mal estado de los accesos tanto carreteros como ferroviarios y el deterioro de la estructura del muelle.

Los dos primeros inconvenientes se encuentran en proceso de remediación, pero la problemática del estado del muelle sigue presente como un problema latente, con un deterioro que se debe principalmente a la gran edad de la obra y a la ausencia de defensas adecuadas.

Fue así como los estudiantes de la Facultad de Ingeniería de la UNNE Emiliano Parera y Joaquín Daniel Salgado consideraron la viabilidad de aportar, desde la etapa final de su proceso formativo, una solución al avanzado deterioro de esa parte estructural del puerto chaqueño.

De esta manera surgió el anteproyecto “Rehabilitación de la Sección 1A del Puerto de Barranqueras”, con el cual los estudiantes Parera y Salgado se graduaron como Ingenieros Civiles.

“La situación de deterioro del muelle del puerto alcanza un grado avanzado por lo cual debería ser intervenido con el objetivo de prolongar su vida útil” indicaron los ahora flamantes profesionales.

DETALLES DEL TRABAJO

El muelle del puerto del riacho Barranqueras tiene un largo de 800 metros dividido en cuatro secciones de diferente diseño estructural y fecha de construcción: 1A, 1B, 2 y 3.

Para el anteproyecto se eligió trabajar sobre la “Sección 1A”, por ser la más antigua, y que presenta una gran variedad de inconvenientes a ser tratados.

El “muelle 1A” es un sector con gran actividad, presentando sobre su estructura dos cintas transportadoras de granos que son continuamente usadas para la carga de barcazas.

En ese sentido, los autores del anteproyecto consideraron que una intervención en la estación portuaria debería abarcar las reparaciones habituales en estructuras de hormigón de cierta antigüedad, las propias de un muelle que sufre impactos de diversa intensidad por parte de las barcazas que atracan y la instalación de defensas elásticas para evitar que la estructura siga sufriendo daños.

Con ese fin, los, en ese entonces estudiantes, avanzaron en la recopilación de planos del sector a intervenir, los relevamientos planimétricos, de secciones de hormigón, separación y diámetros de armaduras de la estructura para luego evaluar su coincidencia o no con los antecedentes.

Una vez recopilados estos datos, crearon un modelo estructural a modo de evaluar el comportamiento bajo cargas, las hipótesis y las condiciones de borde estimadas para el proyecto original.

Además, se ejecutan relevamientos de patologías que sumados al modelo permitieron un diagnóstico estructural y el desarrollo de una propuesta de intervención, así como sus costos, que deben adecuarse al estado de la estructura al momento de realizar la obra.

Entre las patologías más comunes relevadas se encuentran elementos destruidos por impactos de barcazas, fisuras y fracturas, estallido del recubrimiento de las armaduras, recubrimientos insuficientes, delaminación del acero, oquedades en el hormigón y la formación de sales sobre la estructura.

 

RELEVANCIA

“Este trabajo demuestra la importancia y la necesidad de realizar las obras de rehabilitación en el puerto de Barranqueras, con el fin de asegurar que la estructura continúe en buenas condiciones de servicio y así prolongar su vida útil” expusieron los ingenieros Parera y Salgado, quienes contaron con la dirección de los ingenieros Benicio Szymula y Gonzalo Gutiérrez, docentes de la Facultad de Ingeniería de la UNNE.

El muelle continúe siendo utilizable, ya que los daños no han ocasionado aún dificultades para la operación, no debe ser tomado como un argumento para no realizar esta obra.

Es que una vez que las patologías descriptas causen inconvenientes al normal funcionamiento del puerto, ya sea a través de deformaciones de importancia o rupturas parciales de la losa, los costos de la reparación aumentaran exponencialmente, así como también las pérdidas por el tiempo en que alguna sección del puerto permanezca fuera de servicio.

PROPUESTAS DEL TRABAJO

En el anteproyecto se recomienda llevar a cabo un programa de monitoreo periódico, idealmente anual, con un profesional o empresa idóneo en este campo, de manera tal de verificar la efectiva detención de los fenómenos relevados, controlar la aparición de nuevas patologías y eventualmente intervenir la estructura en forma preventiva a la ocurrencia de anomalías severas.

Si bien solo fue relevada y cotizada la “sección 1A”, se expone que es evidente que todas las secciones deben ser inspeccionadas e intervenidas para evitar daños a largo plazo en su estructura.

En las demás secciones debe prestarse especial importancia a la instalación de defensas elásticas, al análisis estructural y reparación de los pilotes frontales, ya que al ser menos antiguas no presentarán tantas patologías propias del envejecimiento.

Considerando la longitud del muelle total y los distintos tipos de estructuras a intervenir en una obra que abarque los 800 metros implicaría un costo aproximado de 475 millones de pesos a valores actuales.

“Lo realizado en este trabajo puede ser utilizado como punto de partida para los relevamientos y proyectos de intervención de las demás secciones, que al presentar resoluciones estructurales diferentes deben ser tratadas por separado” concluyeron los ingenieros Emiliano Parera y Joaquín Daniel Salgado.