Acompañados por sus seños y especialistas del Centro de Gestión Ambiental y Ecología y áreas de la Municipalidad de Resistencia, alumnos y alumnas del Jardín Maternal de la Universidad Nacional del Nordeste compararon la temperatura de zonas sin árboles con espacios con sombra. Jugando, comprendieron la necesidad de tener más “verde”.
Especialistas aseguran que el compromiso ambiental es un valor que conviene generar desde la infancia; y que niños y niñas, muchas veces tienen más conciencia que los adultos. Sobre esa base se realizó un trabajo interinstitucional con alumnos y alumnas del Jardín Materno Infantil “Prof. Nélida Sosio de Iturrioz” de la UNNE, quienes midieron la temperatura en lugares donde el sol llega directo y compararon con espacios a la sombra de árboles. Aprendieron así la importancia de la vegetación, de sembrar y cuidar, para un mundo más sano y una mejor calidad de vida.
Junto a personal de la Dirección General de Paseos y Jardines y de la Subsecretaría de Ambiente de la Municipalidad de Resistencia, profesionales del CeGAE, dependiente de la Coordinación de Desarrollo Sustentable y Transición Ecológica (CoDeSTE) de la Universidad del Sol, realizaron esta actividad acordada con las autoridades del Jardín.
“El propósito de la experiencia era definir la influencia de las altas temperaturas en áreas urbanas arboladas, como así también en zonas sin vegetación; midiendo la temperatura en diferentes puntos, en horarios cercanos al mediodía (entre las 11 a.m. y 13 p.m.), georreferenciándolos y tomando registro fotográfico de cada uno”, comentó la Mgter. Gisela Glibota del CEGAE, en relación a la medición que se hizo en los alrededores del jardín, en el Campus Resistencia de la UNNE, así como las que hicieron en otras partes de la ciudad de Resistencia, profesionales del área de Paseos y Jardines del Municipio de Resistencia
En las distintas zonas de la capital chaqueña, “se demostró que hay una diferencia de hasta 10°C entre un punto con cubierta vegetal y otro donde la superficie es de cemento”, aseguraron las y los especialistas.
“En el caso puntual del jardín, las temperaturas registradas fueron menores porque con los chicos no podíamos estar al sol la misma cantidad de tiempo que nosotros como adultos estuvimos en otros lugares. Pero de igual modo, se observó como, en pocos minutos, la temperatura aumentaba considerablemente. Y siempre, obviamente, era mayor sin arbolado”, explicó Glibota.
Los niños y niñas participaron de la actividad con mucho entusiasmo. “Querían colocar ellos mismos el termómetro, ver los números que marcaba. Lo tomaban como un juego y así comprendían perfectamente cuando les explicábamos que estaba pasando, y la importancia de los árboles”, comentó en tanto Silvana Massat, también del equipo del CEGAE.
La oportunidad sirvió también para que las seños recuerden las distintas clases y actividades que realizaron a lo largo del año sobre la temática ambiental. “Y los niños sorprendían con sus reflexiones, contaban que plantaron un árbol en sus casa por ejemplo, o que ahora iban a decir a sus padres para plantar uno”, comentaron los integrantes del CEGAE que vivenciaron esta hermosa experiencia.
Para las mediciones se utilizó un termómetro atmosférico digital, previamente calibrado con un termómetro de mercurio, en el Departamento de Termodinámica de la Facultad de Ingeniería de la UNNE. “Eso da un muy pequeño margen de error entre ambos aparatos, demostrando de esa manera la veracidad de los datos obtenidos”, explicaron.
La importancia y necesidad de más árboles
“Las diferentes tomas de temperatura del ambiente térmico en espacios urbanos de la ciudad de Resistencia, comparando espacios arbolados y sin cubierta vegetal, demuestran que es posible reducir la temperatura de la isla de calor urbana, a través de la implantación de nuevos ejemplares arbóreos y del mantenimiento de la arboleda existente, como uno de los recursos más efectivos y económicos”, coincidieron el Ing. Maximiliano Tononi y la Tec. en Información Ambiental, Malvina Torres, de la Dirección General de Paseos y Jardines del Municipio de Resistencia; el Técnico en Gestión Ambiental, Lean Ballesta, de la Subsecretaría de Ambiente del Municipio y Glibota del CEGAE.
Cabe destacar que desde Paseos y Jardines se realizan permanentemente actividades para conocer y determinar las condiciones de los árboles que existen en la ciudad, y de esa manera, dar el mantenimiento adecuado a los mismos. Para que estos ejemplares prosperen, el personal del municipio recurre al compromiso de la sociedad, solicitando de su parte el riego y cuidado de los mismos. Sin embargo, aseguran que esta tarea no siempre tiene los resultados esperados, ya que no toda la ciudadanía está comprometida con el objetivo de cuidar los árboles.
Es por esta razón que desde el Municipio de Resistencia se realizan plantaciones de nuevos ejemplares de árboles nativos, y se promueve que vecinos y vecinas hagan lo propio. “La capacidad del sistema de mantenerse en equilibrio es mucho mejor; mejoran la infiltración del agua, la retienen y protegen los diferentes suministros de agua potable; mejoran la estructura de los suelos, aumentando el contenido de materia orgánica y disminuyen la erosión hídrica y eólica”, enumeran los muchos beneficios.
Espacios para la infancia, con altas temperaturas
En el marco de las mediciones que se realizaron en distintos puntos de la capital chaqueña, se midió la temperatura en la Plaza España, donde se registraron muy altas temperaturas, principalmente en zonas sin árboles, como el espacio de juegos para niños y niñas.
Allí, el termómetro pasó de 29 a 39 grados en menos de 10 minutos. “Justamente la zona de la plaza donde más se debió prever árboles, sombra. No sólo para que los niños puedan jugar aunque haya sol, sino también para que los mismos juegos no calienten tanto”, planteó una vecina, que lamenta no poder llevar a sus hijos a esa plaza, tanto como quisiera.
“Vivimos en una zona del país donde hace mucho calor gran parte del año. Incluso en primavera se siente con intensidad el sol después de un rato. Entonces, durante los meses de calor, que son varios, sólo se puede llevar a los chicos a esa plaza, a la tardecita o noche”, dijo. “Pero ahí nos encontramos todos, se produce un amontonamiento y los juegos no alcanzan, y se generan otros inconvenientes”, agregó.
“Y después, pasas por la plaza y ves la zona de juegos vacía muchas horas al día. Claro, si el sol da de lleno y los juegos hierven y queman a los chicos cuando suben”, agregó un papá que justo al momento de realizarse esta medición, intentó en vano que su niño subiera al tobogán como quería.