Desde la Universidad Nacional del Nordeste los invitamos a reflexionar en torno a la construcción de la memoria colectiva a través de esta entrevista realizada por Radio UNNE al magíster Federico Bermejo, investigador de la Universidad de Belgrano.
El psicólogo investigador integra el equipo del programa “Memoria colectiva del pasado argentino reciente” -dirigido por el investigador del CONICET Felipe Muller– cuyo trabajo se basa en el análisis de dos grandes hechos históricos argentinos: la crisis social, política y económica del 2001 y el golpe de estado de 1976.
“En términos generales –explica Bermejo en charla con Radio UNNE- el programa de investigación está enfocado a indagar en lo que recuerdan las personas sobre estos dos grandes eventos históricos de la Argentina”.
Relata que en el trabajo particular realizado con el golpe de estado de 1976 “nos interesaba saber qué recordaba la gente a través de una serie de factores/variables como ser: las generaciones, es decir, tomar en cuenta el tipo de recuerdos distintos generados por las personas mayores o menores”. Sobre esto explicó, que según la literatura especializada, existen dos denominaciones vinculadas a las personas que fueron partícipes de un hecho o que lo reconstruyen a través de los relatos y la comunicación: uno es el recuerdo vivido, el otro es recuerdo distante.
“La otra variable utilizada en la investigación –cuenta Bermejo- es la ideología política de las personas en función de su autoposicionamiento ante los hechos y por último, se tuvo en cuenta la memoria cultural o memoria comunicativa que tiene que ver con las producciones culturales que rodean a un acontecimiento”.
La memoria cultural objetivada está ligada a las construcciones culturales como los feriados, los monumentos, las políticas de la memoria, los libros de historia, etcétera.
Memoria colectiva: un conjunto de recuerdos compartidos por personas
Siguiendo con el análisis comparativo entre los dos hechos históricos argentinos analizados por el grupo de investigación que integra el magíster en psicología social Federico Bermejo, el protagonista de la entrevista con Radio UNNE sostuvo “la distinción entre el Golpe del ’76 y la Crisis de 2001 en Argentina, dio lugar a una serie diferencias en los resultados de nuestros estudios realizados.
Precisó entonces con respecto al golpe de estado que las personas podían recordar actores secundarios en mucho mayor medida que sobre la crisis del 2001, desde López Rega hasta Onganía, personajes que habían precedido al golpe del 76. “En cambio, en la crisis del 2001, no había actores secundarios que brindaran una contextualización de éstos eventos; en general, la gente se ceñía más a describir hechos”.
Bermejo sostiene que esa complejidad de recuerdos, vista en los testimonios del golpe de estado, aparece vinculada a una memoria cultural más impersonal y menos afectiva. “En cambio, cuando las personas recordaban la crisis del 2001, había una mayor cantidad de juicios de valor o de reacciones emocionales que nos daban a entender que el recuerdo era más personal y afectivo”, precisó.
“También hay una serie de diferencias en términos generacionales -remarcó-, las personas que han vivido los eventos, como en el caso de la dictadura, también tendían a contextualizar mucho más que los menores”. Éstos últimos sin embargo, hacían una gran descripción de hechos “probablemente influenciados por la inclusión en la estructura curricular de los eventos en el golpe de estado, como así también en la crisis del 2001”, infirió.
“Las personas que vivieron los hechos tenían una necesidad personal de situar en un contexto más amplio, por ejemplo diciendo “Perón falleció en 1974 u Onganía derrocó a Illia. Son una serie de frases, de narraciones, que involucran la contextualización de los eventos”, remarcó Bermejo en la charla radial.
“La literatura especializada ha definido a la memoria colectiva como un conjunto de recuerdo compartidos por un grupo de personas –dijo el magíster en psicología social-; si añadimos un criterio más restrictivo a la definición, decimos que éstos criterios compartidos, deben tener un impacto en la identidad colectiva, del mismo modo que la memoria autobiográfica que tenemos las personas sobre nuestro pasado, inciden en nuestra identidad personal o individual”, expuso.
La memoria asociada a la transmisión oral y las prácticas
Consultado sobre los procesos que involucran la estabilidad de la memoria, Bermejo manifestó “son las conversaciones las que en particular tienden a conformar los recuerdos; pero también están las prácticas o políticas de la memoria, como las conmemoraciones, los monumentos (sobre los cuales hay una serie de disputas a nivel global como hemos visto con Cristóbal Colón en América o el Rey Leopoldo en Bélgica) o los días feriados. Todas éstas, prácticas ligadas a lo que hemos denominado –siguiendo a nuestro autor de referencia Jan Assman-, memoria cultural.
En el final, Federico Bermejo hizo hincapié en la importancia, la utilidad y la aplicación del trabajo de investigación realizado junto a sus pares de equipo. Dijo sobre esto que “la relación entre las políticas públicas y la memoria colectiva puede, a través de la consistencia de estudios como el nuestro por ejemplo, tener en claro que existe una gran producción cultural sobre determinado evento. Este cúmulo de conocimientos sistematizados facilita la contextualización de los hechos históricos y puede incidir en el diseño curricular y la producción de textos escolares vinculados a la historia argentina reciente.
A mayor producción cultural, el recuerdo sobre un hecho histórico se vuelve más elaborado y más rico para las personas.