POSGRADO
Se recibió la primera doctora en Informática de la UNNE y busca seguir aportando a la comunicación clara de datos

En la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la Universidad Nacional del Nordeste recientemente defendió su tesis la primera egresada del Doctorado en Informática con un trabajo sobre la visualización de datos. Andrea Lezcano Airaldi, conversó con UNNE Medios para relatar su experiencia formativa, pero también sus proyectos para el futuro. 

La carrera de Doctorado en Informática es una oferta de posgrado de tipo interinstitucional desarrollada con un único proceso formativo entre la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), implementada en sus unidades académicas que ofrecen la formación de grado en Informática que en el caso de la UNNE es la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (FaCENA).

A fines de 2024, el doctorado tuvo a su primer egresado de la UNNE, y hace pocos días se doctoró Andrea Lezcano Airaldi, convirtiéndose en la primera mujer que obtiene el título de doctora en informática de la universidad en FaCENA. Para conocer su historia y su experiencia de formación, UNNE Medios la entrevistó. 

¿Cuál fue el trabajo final que desarrollaste para obtener tu doctorado en Informática de la UNNE?

Mi tesis se centró en cómo evaluar y mejorar visualizaciones narrativas, es decir, los gráficos que buscan contar una historia con datos. Desarrollé un modelo, llamado NaVi-Q, que permite revisar aspectos como la claridad, la utilidad, la usabilidad, la memorabilidad y la capacidad de exploración de un gráfico, y a partir de eso proponer mejoras concretas. El trabajo combinó experimentos con usuarios, validaciones en distintos contextos y un estudio de caso aplicado en un equipo real, para asegurar que el modelo sea útil en la práctica.

 ¿Qué aplicaciones tiene ese modelo para el trabajo o en el ámbito del estudio?

NaVi-Q tiene aplicaciones transversales, porque estamos rodeados de gráficos en todos los ámbitos: salud, educación, periodismo, gobierno, empresas. Sirve como guía para que quienes diseñan visualizaciones puedan asegurarse de que lo que muestran realmente se entienda y ayude a tomar decisiones. También lo estamos transfiriendo a través de cursos y charlas, para que, por ejemplo, docentes, periodistas, estudiantes y equipos técnicos puedan usarlo en su trabajo diario.

 ¿Cómo es tu plan para continuar tu carrera académica y profesional después de culminar esta etapa coronada por el título de doctora?

Todavía estoy definiendo mis próximos pasos, pero lo que tengo claro es que me gustaría seguir vinculada a la visualización y a la comunicación clara de datos. Mi intención es continuar la investigación, colaborar en las carreras de posgrado y seguir aportando dentro del grupo de investigación en el que me formé, tanto en proyectos como en actividades de vinculación.

 ¿Quiénes te acompañaron para que puedas obtener este logro?

Fue un camino en el que tuve mucho acompañamiento, en lo académico conté con mis directores y con el trabajo compartido de colegas y equipos del grupo de investigación. También fueron clave las instituciones que sostuvieron el proyecto —CONICET, la UNNE, el DAAD (Servicio Alemán de Intercambio Académico) y la Secretaría de Educación de la República Argentina—, que hicieron posible mi estancia en el exterior. Y, por supuesto, mi familia y amigos, que me acompañaron en lo cotidiano y estuvieron en los momentos de mayor exigencia.

¿Cuándo estabas en el colegio secundario, por qué decidiste estudiar informática? ¿Qué fue lo que te motivó?

Crecí en un entorno muy vinculado a la tecnología. Mi papá estudió esta carrera y, de alguna forma, nos transmitió ese interés a mis hermanos y a mí. Ellos también eligieron caminos parecidos, y yo, como hermana del medio, fui observando y aprendiendo de sus experiencias. Eso me motivó a seguir por el mismo rumbo, y con el tiempo descubrí mi propio interés particular en la visualización de datos.

¿Qué importancia le das en tu vida al hecho de haber podido estudiar en la universidad pública?

Para mí fue fundamental. La universidad pública me dio acceso a una formación de calidad en un entorno abierto y diverso, donde personas con trayectorias y contextos distintos pueden encontrarse y aprender juntas. Esa diversidad no solo enriquece la formación académica, sino que también cambia la manera de ver las cosas.

En lo personal, significó oportunidad y comunidad: contar con buenos docentes, compartir el camino con compañeros con diversas perspectivas y, sobre todo, poder sumarme a un grupo de investigación desde temprano. Esa experiencia marcó mi recorrido y me permitió, con el tiempo, devolver lo aprendido a través de proyectos, clases y actividades de transferencia.