En busca de aportar una herramienta «no invasiva y de largo plazo» de monitoreo ambiental en los Esteros del Iberá, un proyecto de la UNNE implementó en un área de la reserva, la técnica de Monitoreo Acústico Pasivo para evaluar la riqueza específica de anfibios anuros y sus patrones de vocalizaciones. El estudio posibilitó registrar en un área relativamente pequeña dentro de la reserva unas 22 especies, lo que representa el 55 % de todas las reportadas para los Esteros del Iberá.
Los anfibios se encuentran en declive a nivel mundial, con numerosas especies afectadas por reducciones de su tamaño poblacional y distribución geográfica.
De acuerdo a estimaciones de la UICN (2025), el 41% de las especies están amenazadas de extinción, lo que representa una grave crisis ambiental.
Frente a este escenario, se vuelve prioritario implementar programas de monitoreo a largo plazo que permitan evaluar tendencias poblacionales y amenazas actuales.
En esa línea, de manera reciente se conocieron los resultados de un innovador estudio realizado en el Núcleo Carambola del Parque Nacional Iberá, en el cual se implementó el Monitoreo Acústico Pasivo para evaluar la riqueza de especies de ranas y sapos, y los patrones de vocalización anual y diario de estos anfibios.
En el estudio participaron integrantes del Grupo de Investigación en Anfibios y Reptiles con sede en el Laboratorio de Herpetología de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura (FaCENA) de la UNNE, y del Laboratorio de Ecología y Diversidad de Anfibios y Reptiles del CECOAL (CONICET-UNNE).
«El proyecto posibilitó la implementación con éxito de una metodología de monitoreo novedosa, no invasiva para las especies animales ni el ambiente», destacó Daniel Espínola Ocampo, becario a cargo del estudio, bajo la dirección del Dr. Víctor Hugo Zaracho (FaCENA) y la Dra. Marta Inés Duré Pitteri (CECOAL).
Agregó que con el monitoreo se pudo relevar información sobre la presencia y abundancia relativa de especies de ranas y sapos, así como identificar patrones de vocalización que aportan información clave sobre la fenología acústica reproductiva de las especies.
Además, se obtuvo una muestra anual del paisaje sonoro de este humedal, con registros de distintas especies animales, como aves, mamíferos, insectos, entre otros.
Los avances del proyecto fueron presentados en la última edición de la Reunión de Comunicaciones Científicas y Tecnológicas de la UNNE, en la que recibió el Premio al Mejor Trabajo de la categoría Pregrado en el área temática de las Ciencias Naturales y Exactas.
En diálogo con UNNE Medios, el becario Espínola Ocampo y el Dr. Zaracho, resaltaron que el monitoreo acústico pasivo se presenta como una herramienta adecuada, ya que permite registrar las vocalizaciones, componente clave del comportamiento reproductivo en anuros, con bajo esfuerzo y alta resolución temporal.
Detalles del Trabajo.
Como parte del estudio, se emplearon grabadores automáticos que fueron instalados frente a lagunas permanentes, con una separación de 1000 metros entre ellos. Cada grabador registró diariamente 24 grabaciones, a lo largo de todo un año (abril 2024 – abril 2025), totalizando más de 20.000 grabaciones.
Para el estudio se analizaron más de 4500 grabaciones como una muestra representativa anual, mediante el uso del software Raven Pro 1.4, combinando análisis auditivo y visual.
Resultados.
De acuerdo a las conclusiones del trabajo, con el monitoreo acústico se registraron 22 especies de anuros pertenecientes a cinco familias, lo que representa el 55 % de las especies reportadas para los Esteros del Iberá.
Se destaca la presencia de algunas especies para esta región del Iberá cuya presencia para la zona era previamente discutidas o desconocidas.
Se identificaron dos patrones de vocalización anual: continuo y estacional. La mayoría de las especies tienen un nicho acústico temporal estrecho, vocalizando principalmente durante la noche. Otras especies tienen un nicho acústico más amplio y cantan durante el día y la noche.
Los meses con mayor riqueza específica coincidieron con las épocas cálidas y lluviosas en la región.
Relevancia.
En la charla con UNNE Medios, el becario Daniel Espínola Ocampo reiteró que la investigación demostró la utilidad de este tipo de herramientas para conocer el estado de la salud de los ecosistemas.
Indicó que se trata de una metodología no invasiva, que minimiza el estrés de los ejemplares, a diferencia de otras técnicas de monitoreo que demandan el acercamiento o contacto con los animales.
Explicó que cada especie de anfibio anuro tiene un canto particular, por lo que a través de los sonidos se puede distinguir las especies presente, y también se puede realizar una estimación de la abundancia.
Destacó que la herramienta fue utilizada para las especies de anfibios anuros, pero podría ser replicado al monitoreo de otros grupos de animales.
Por su parte, el Dr. Zaracho explicó que desde el Grupo de Investigación en Anfibios y Reptiles (FaCENA) se está llevando a cabo un proyecto mayor de monitoreo de anfibios anuros en humedales correntinos afectados por fuego, y en ese sentido, el estudio de monitoreo acústico pasivo aportó información a ese fin, pues el Iberá fue una de las zonas más perturbadas por este fenómeno.
Asimismo, comentó que desde la UNNE y CECOAL hace varios años vienen desarrollando estudios en el campo de la bioacústica mediante mediante el registro activo de las vocalizaciones de anuros, es decir, grabaciones manuales realizadas directamente por los investigadores en el campo.
En cambio, el enfoque adoptado en este estudio (el monitoreo acústico pasivo) representa una innovación, ya que permite registrar vocalizaciones de manera continua y automatizada, sin intervención humana directa. Sin embargo, este tipo de registros presenta desafíos analíticos, ya que al captarse todo el paisaje sonoro, se superponen múltiples fuentes acústicas, lo que complejiza su análisis.
Adelantó además que uno de los objetivos del grupo a su cargo es generar una colección de sonidos del paisaje sonoro de los Esteros del Iberá.
“Como aporte adicional, todas las grabaciones (24.440) fueron depositadas en la Fonoteca Zoológica de la UNNE, quedando disponibles para futuras investigaciones en ecoacústica, educación ambiental y conservación de uno de los humedales más importantes de Sudamérica”, concluyeron.
«La investigación demostró la utilidad de este tipo de herramientas para conocer el estado de la salud de los ecosistemas»