Argentina se adentra en una nueva etapa económica. Un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la flexibilización en el acceso al dólar y el respaldo de Estados Unidos al programa de reformas estructurales del gobierno de Javier Milei tienen como norte ordenar las cuentas del Banco Central. Sin embargo, el contexto de crisis financiera y de los mercados globales condicionan el plan de estabilidad del país. Varios especialistas analizaron el escenario al aire de la 99.7.
El anuncio del levantamiento del cepo fue la novedad que más movilizó las expectativas económicas en lo que va de este segundo año de gestión de Javier Milei y su ministro de economía Luis Caputo. En esta nueva etapa, la cotización del dólar en el mercado libre de cambios podrá fluctuar dentro de una banda móvil entre $1.000 y $1.400, y cuyos límites se ampliarán a un ritmo del 1% mensual.
Al aire de Radio UNNE, el doctor en Economía Lucas Ferrero reconoció como necesaria la medida: “Desde fines del año pasado el atraso cambiario era marcado, estábamos muy caros con respecto al resto del mundo. Empresas de diversos rubros, el sector turístico y el agro empezaron a tener problemas”. Aseguró que era tiempo que Argentina pasara a un régimen cambiario más flexible, ya que los diferentes tipos de dólares generan una distorsión en el vínculo con el mercado.
Sin embargo, advirtió que la consistencia cambiaria de este nuevo régimen depende de la relación con la política fiscal y monetaria. En ese sentido explicó: “La banda es engañosa, porque si no tiene credibilidad o no hay consistencia en el resto de las medidas es realmente una devaluación. La banda inferior es trivial, porque la inflación correrá más rápido por las expectativas del mercado y va a generar una presión sobre los precios”.
“La banda es engañosa, porque si no tiene credibilidad o no hay consistencia en el resto de las medidas es realmente una devaluación».
En términos reales, la suba del dólar oficial de este lunes implicó una depreciación del valor del peso entre un 11% y un 13%, y las consecuencias en la cadena de precios y las góndolas todavía están por verse. La inflación oficial de marzo ya dió 3,7%, una escalada frente al 2,9% de febrero, impulsado por el 5,9% en el rubro alimentos y un 21% del rubro educativo. Por el momento, el objetivo de la gestión libertaria de mantener la inflación en torno al 2% se alejó.
El docente de la UNNE indicó que estos cambios se dan en un complejo escenario para el bolsillo de los argentinos, ante una caída del poder adquisitivo y del valor real de los salarios. Si bien la incertidumbre sobre el programa económico continúa, consideró clave la estacionalidad venidera en términos de liquidación de las exportaciones del sector agropecuario. La oferta de dólares de los próximos meses podría contener la volatilidad.
Además Ferrero añadió: “El contexto internacional no ha sido favorable. Las medidas últimas de Trump que introdujeron gran incertidumbre e inestabilidad global para los países emergentes, deja a la Argentina en condiciones de vulnerabilidad e implica caídas muy fuertes en los precios de los commodities (bienes primarios) y menor acceso a los mercados financieros”.
Otro especialista y profesor de la universidad, el magíster en Desarrollo Económico Marcelo Nievas, coincidió con que el establecimiento de un esquema más flexible en el tipo de cambio tiene como ventaja amortiguar el impacto de las crisis globales: “No hay que perder de vista que lo principal que mueve el tipo de cambio es lo que pasa afuera, lo que sucede con las tasas de interés en el mundo y con el precio relativo de las monedas con los que comerciamos”.
También expresó que la desventaja del nuevo esquema de bandas es que los mercados pueden descreer de la capacidad del Gobierno de manejar los márgenes establecidos y evitar una compra descontrolada de dólares que vaya a generar pérdidas en las reservas del Banco Central, y recordó que para esto la principal estrategia del Gobierno Nacional es un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional .
Recientemente, el directorio del FMI aprobó el nuevo programa con la Argentina por USD 20.000 millones. El desembolso previsto a lo largo de 2025 es de USD 15.000 millones. “Mientras más importante sea el monto, se podrá reforzar el volumen de reservas internacionales, que en materia macroeconómica es la deuda pendiente de esta gestión”, aseguró Nievas.
El contexto de guerra comercial también será un problema para la economía doméstica del país: “Muchos países van a tener que poner un impuesto para compensar o van a tener que despreciar a su moneda para compensar los precios. Ese cambio en las condiciones de venta al mercado americano es una muy mala noticia para el resto de los países emergentes. En Argentina tendrá un impacto negativo en la inflación, que es el principal activo político del gobierno”.
«Ese cambio en las condiciones de venta al mercado americano es una muy mala noticia para el resto de los países emergentes. En Argentina tendrá un impacto negativo en la inflación, que es el principal activo político del gobierno”.
Guerra de aranceles y crisis global
El doctor en Relaciones Internacionales, Alberto Hutschenreuter, también compartió en diálogo con Radio UNNE sus apreciaciones sobre el trasfondo y los impactos de la nueva política arancelaria que Donald Trump estrena en su segundo mandato en la presidencia de Estados Unidos. Coincidió que Argentina enfrenta condiciones adversas, que le suman dificultad a su propia coyuntura.
El escritor aseguró que las decisiones de Trump se asientan en un ímpetu de defensa de los intereses nacionales, debido al déficit comercial que enfrenta su país: “Está tratando de balancear la situación y de levantar el nivel de desindustrialización y de desempleo para mejorar la economía de los EEUU, y para limitar el ascenso de competidores. Las expectativas de negociación de aranceles están puestas en que el país recobre lo que ha perdido en términos de industrialización y tecnología, fundamentalmente ante China”.
El denominado gigante asiático detenta un crecimiento exponencial en los últimos 20 años en materia económica, de innovación tecno-productiva y ha crecido en su ingerencia geopolítica en países emergentes. Las tensiones comerciales e ideológicas de este escenario, a entender de Hustchenreuter, fueron generadas por las propias políticas de librecambismo impulsadas a nivel global por Estados Unidos, que no estableció una estrategia clara de cuidado de su propio mercado interno, y ahora sufre las consecuencias.
“Ahora es tarde y explica lo que hace Trump en términos de proteccionismo pero no sabemos en qué va a terminar. Ha dado vuelta todo el orden liberal y librecambista que existía desde 1995. El panorama es preocupante porque no hay orden internacional. Como consecuencia de las medidas del presidente americano tenemos una nueva gran crisis. Los dos motores del avión, el geopolítico y el económico, están fallando y estamos en problemas”.
«El panorama es preocupante porque no hay orden internacional. Como consecuencia de las medidas del presidente americano tenemos una nueva gran crisis. Los dos motores del avión, el geopolítico y el económico, están fallando y estamos en problemas”.
Para el analista, el deterioro internacional por la caída del multilateralismo, el ascenso de las políticas de primacía nacional, el incremento del gasto militar y de la rivalidad entre países también forman parte de este complejo escenario en donde naciones más pequeñas serán las más afectadas, más allá del valor que se establezcan en términos arancelarios. A la Argentina le toca negociar en el mercado internacional con un piso arancelario del 10%, según determinó la administración americana.
“El mundo perdió el orden, cada país está haciendo lo que quiere. Para los países más pequeños esto es un problema. Países como Argentina podrían recibir consecuencias de la escala global, que tiene un intercambio comercial pobre aunque tenga condiciones de desarrollo relativamente altas. Argentina podría tener mayores intercambios comerciales, pero está muy lejos de esto”, reconoció el especialista.
“El mundo perdió el orden, cada país está haciendo lo que quiere. Para los países más pequeños esto es un problema. Países como Argentina podrían recibir consecuencias de la escala global».