Día Provincial de la Lengua Guaraní: destacan la importancia de un proceso de revalorización

El 28 de septiembre se conmemora en Corrientes el “Día Provincial de la Lengua Guaraní”. Desde el Centro de Estudios Etnográficos en Co-Labor de la Facultad de Humanidades de la UNNE, señalan que, tras décadas de fuerte caída en la transmisión del guaraní, producto de prohibiciones impuestas e internalizadas, en los últimos tiempos se experimenta una etapa de visibilización y nuevos usos de esta lengua.

La Ley 5.598, sancionada el 28 de septiembre de 2004, estableció el guaraní como idioma oficial alternativo de la Provincia de Corrientes, y la incorporación en todos los niveles del sistema educativo provincial de la enseñanza del idioma.

Además, se estableció el fomento, conservación, preservación y difusión de la literatura en guaraní, y que se cree un organismo permanente de rescate y revalorización de la cultura guaraní, entre otras acciones.

Posteriormente, en el año 2012 se sancionó la Ley 6.176 por la cual se instituyó el 28 de septiembre como Día Provincial de la Lengua Guaraní.

En el marco de una nueva conmemoración de esa fecha, desde UNNE Medios dialogamos con Carolina Gandulfo, Florencia Conde y Tamara Alegre, integrantes del Centro de Estudios Etnográficos en Co-Labor (CETCO), un espacio de investigación de la Facultad de Humanidades de la UNNE que tiene sus principales líneas de trabajo vinculadas al idioma guaraní.

El CETCO es un espacio de reciente conformación formal, pero que alberga un trabajo de dos décadas que se inició cuando un equipo de investigación articulado entre el Instituto Superior San José y la Facultad de Humanidades de la UNNE, empezó a investigar sobre los usos lingüísticos del guaraní en la provincia de Corrientes.

Esas primeras investigaciones, en contextos escolares, les permitió reconocer la existencia del bilingüismo como realidad en diversos territorios de la provincia de Corrientes, pese a la historia de prohibición y deslegitimación que atravesó este idioma en gran parte del Siglo XXI.

Posteriores estudios fueron aportando otras miradas sobre la realidad del idioma, como la identificación de nuevos usos del guaraní en contextos escolares, nuevas prácticas sociolingüísticas, así como más recientemente un proceso de valoración positiva hacia el idioma.

A través de diversos proyectos, el equipo de investigación tomó contacto con la realidad de escuelas, instituciones y otros espacios de localidades de distintos puntos de la provincia de Corrientes, tanto en contextos urbanos como rurales.

Buenos horizontes

«El guaraní atraviesa un proceso de recuperación, de revalorización, pese a que en los últimos cuarenta años experimentó una caída preocupante en su transmisión», señaló la Dra. Carolina Gandulfo como forma de resumir la situación actual del idioma.

Opinó que la Ley que estableció el guaraní como idioma oficial y la que fijó la fecha de conmemoración, fueron acciones que contribuyeron a la visibilización, aportaron a las acciones para revalorizar el idioma.

En relación a la incorporación del guaraní en todos los niveles del sistema educativo provincial, Gandulfo recordó que la normativa nunca fue reglamentada, y no existe enseñanza generalizada del idioma en todos los niveles del sistema educativo, aunque hay experiencias en algunas escuelas de la provincia.

No obstante, se está avanzando en la creación de espacios de formación de docentes de guaraní como la reciente apertura del profesorado de guaraní en el ISFD de Ituzaingó y su extensión áulica en Santa Rosa, que pueden constituirse en un eslabón importante para el surgimiento de nuevas propuestas formativas para los demás niveles, ya sea la enseñanza obligatoria del idioma guaraní dentro de la currícula, como ocurre con el inglés, o el diseño de otros espacios curriculares que propicien la visibilización del idioma en la formación escolar.

En ese aspecto, la Mgter. Florencia Conde sostuvo que, si bien la meta ideal sería que se enseñe guaraní a la par del castellano, desde el grupo coinciden en la importancia de que se promueva la creación de espacios en los que puedan darse «situaciones de uso» de guaraní, es decir actividades escolares en los que se visibilice el guaraní y en los que quien hable pueda hacerlo, y que alguien pueda preguntarse por qué no habla guaraní.

En la misma línea, la Mgter. Tamara Alegre comentó que existen en las escuelas muchas prácticas en las que no se enseña guaraní, sino que el idioma es un disparador para las actividades escolares. «Hay muchos docentes que sin saber guaraní están haciendo mucho para generar espacios para su circulación».

De la prohibición a la recuperación

Para dimensionar la situación actual del idioma, las integrantes del CETCO consultadas por UNNE Medios, recordaron que el guaraní atravesó diversas etapas, con distintas generaciones que fueron conviviendo con contextos cambiantes en la relación con el idioma.

Así, puede mencionarse una primera generación, nacida a principios de siglo 20, de «prohibición con castigo», en la que existían mecanismos institucionales que prohibía hablar guaraní con el argumento de promover una mejor enseñanza del castellano.

Posteriormente, una segunda generación, nacida hacia la década de 1930, de «prohibición implícita», con prohibiciones sociales y familiares de no hablar.

En estas generaciones el guaraní era un objeto «ambivalente y problemático».

Una tercera generación, hacia mediados de siglo, atravesó una «prohibición internalizada», en la que no había una prohibición explícita del guaraní, pero no se hablaba porque no era bien visto socialmente.

Desde principios de 1980 y hasta los primeros años de la década de 1990, puede ubicarse una cuarta generación, que motorizó una lenta apertura y visibilización del guaraní.

En tanto, más recientemente, se puede describir una quinta generación, de «prohibición interpelada», de legalización del idioma y emergencia de nuevos usos.

«Esta última generación interpela, pregunta respecto a porqué no se habla guaraní. Esta generación en su gran mayoría no aprendió el guaraní, sus padres entendían y no hablaban, y sus abuelos entendían y hablaban», explicó.

Carolina Gandulfo refirió que, además de los procesos recientes de visibilización e interpelación, se puede observar una situación de «habilitación», de nuevos espacios de prácticas sociolingüísticas en la que circula el guaraní.

«Este proceso de habilitación implica dejar que se hable el guaraní, no necesariamente enseñar, como contracara de la prohibición que afectó al idioma por décadas», señaló.

Por su parte, Florencia Conde recordó que, en los primeros años de trabajo en instituciones escolares de zonas rurales, existían muchos chicos que entendían guaraní pero no hablaban, y la creación de espacios y actividades en las que pudieran hablar fue posibilitando la aparición más frecuente del bilingüismo en esos ámbitos.

«En los últimos años se observa que la gente se reconoce más abiertamente como hablante bilingüe, así como también es más común que muchos se pregunten por qué no hablamos siendo que el guaraní es el idioma oficial de Corrientes» opinó Tamara Alegre.

Resistir, emerger y recuperarse 

La Dra. Gandulfo sostiene que la situación actual del guaraní puede resumirse también en tres instancias o realidades que atravesó un idioma producto de una prohibición explícita y posteriormente internalizada por la misma sociedad.

Así, se puede mencionar una «persistencia» del guaraní, pese a la prohibición que sufrió, a la caída en la transmisión generacional y a nuevos contextos sociales, el idioma se mantuvo gracias a diferentes razones, como ser el uso en el seno familiar doméstico, a través de las expresiones artísticas y el intercambio en la escuela.

Esta persistencia fue la base para una «emergencia» que se empezó a visualizar hacia el año 2000, con personas que empezaban a reconocerse como bilingües, que hablaban y sabían guaraní, y a nuevos usos del idioma que empezaban a observarse en distintos contextos.

En tanto, más recientemente se puede describir una instancia de «recuperación», de poder recrear ámbitos de uso y prácticas del guaraní.

En esa instancia de recuperación está incluida enseñanza/aprendizaje del idioma, la aparición de nuevas intervenciones sociolingüísticas, una creciente realidad de nuevas identificaciones de la sociedad vinculadas al guaraní, de actividades que tienen como objeto el guaraní en las cuales se lo considera positivamente, así como la existencia de muchas personas interesadas en aprender guaraní.

«Ojalá podamos estar a las puertas de una recuperación colectiva del guaraní» opinó Gandulfo.

En ese aspecto, Florencia Conde insistió en que fortalecer el idioma guaraní y revalorizarlo es el camino por hacer para poder luego avanzar a la eventual enseñanza en las escuelas.

Sostuvo que las investigaciones en las que participaron niños y niñas fueron claves para empezar a observar los nuevos usos del idioma, y por ello es que desde el grupo de investigación consideran relevante que desde temprana edad se generen espacios de encuentro con el guaraní.

Según Tamara Alegre, también es importante poder entender los modos actuales de transmisión del guaraní en diferentes contextos, porque tanto en escuelas rurales a las que asisten en el marco de sus proyectos, así como de zonas urbanas, e incluso en la capital provincial, «en todas siempre hay estudiantes que entienden guaraní, lo cual muestra que la transmisión sigue vigente”.

Para concluir, desde el grupo del CETCO, resaltaron que el desafío es ir creando los dispositivos de socialización lingüística que fortalezcan el acercamiento del guaraní a las escuelas y a la sociedad en general, lo cual a su vez puede transformarse en una base para un horizonte futuro en el cual se empiece a enseñar guaraní en las escuelas y se produzcan nuevos hablantes de un idioma que hace más de 100 años enfrenta una sostenida lucha contra la prohibición.