Los microplásticos encienden nuevas alarmas sobre lo que se sabía acerca de contaminantes en los cursos de agua. Son consecuencia de la degradación de envases y productos de la «cultura del descarte» durante años. El río Paraná, el noveno más caudaloso del mundo y hábitat de una fauna inigualable, se encontraron microplásticos y los investigadores de la UNNE trabajan para conocer cuáles son sus efectos combinados con otros contaminantes.