En la Casa de las Culturas del Chaco escritores, amigos, familiares y alumnos homenajearon al reconocido poeta Alfredo Veiravé en el 30 aniversario de su desaparición física.
Del evento participaron referentes de la literatura que recordaron al autor, considerado una de las figuras más importantes de la poesía en la región y el país, además de ser miembro de la Academia Argentina de Letras y de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
En ese contexto, Francisco Romero, presidente del Instituto de Cultura de la Provincia del Chaco, dialogó con Radio UNNE 99.7 sobre el homenaje realizado en la capital chaqueña.
«Fue un acto muy emotivo de casi una hora y media. Nadie se quería despegar de sus butacas. Todos querían evocar y recordar a Alfredo desde la ternura y su extrema generosidad como ser humano y como profesor. Nosotros sus alumnos lo amábamos y sus colegas lo querían muchísimo. Cuando un escritor quería mostrarle un texto lo podía encontrar en cualquier café. Era alguien que compartía», comentó Romero al programa Ciudad Invisible en la radio de la Universidad.
Todos querían recordarlo desde la ternura y su generosidad
A su vez, destacó que se presentó la reedición de su libro Radar en la Tormenta, «uno de los libros más bellos que se haya escrito de poesía en Argentina. Estamos hablando de poetas que han hecho que Corrientes y Chaco trasciendan las fronteras».
Estuvieron presentes para recordar a Alfredo Veiravé referentes de la literatura como Mempo Giardinelli, Miguel Ángel Montino, la profesora Silly Muller y Fabio Echarri, presidente de la Sociedad Argentina de Escritores Chaco.
Como aspecto curioso, Romero resaltó que la conmemoración coincidió con el Día de la Música. «Justamente lírica que viene del instrumento lira es la que acompaña a la poesía. La obra de Alfredo está muy viva. Es un poeta vanguardista que escribió para el siglo XXI», reflexionó en la entrevista.
Alfredo Veiravé nació en Gualeguay el 29 de marzo 1928. En 1957 se radicó en Resistencia, donde falleció, el 22 de noviembre de 1991. Ejerció la docencia en varias cátedras de la Universidad Nacional del Nordeste. Durante su carrera fue galardonado con la Faja de Honor de la SADE (1955), el Premio Leopoldo Lugones de la SADE y el Fondo Nacional de las Artes (1960 y 1963). En 1982 recibió el Gran Premio de Honor de la Fundación Argentina para la Poesía. La Academia Argentina de Letras lo designó Académico de número, con residencia en el Chaco. Como docente fue autor de los libros destinados a la escuela media Literatura Hispanoamericana y argentina, y Lengua y Literatura. Sus poemas fueron traducidos al inglés y al portugués.
