Con la irrupción en el mundo del SARS-CoV2, su novedad en términos científicos y por ende la escasa información, surgieron también cientos de noticias falsas que siguen circulando por distintas plataformas, generando dudas y temor en miles de personas y principalmente, provocando decisiones vitales como hoy pueden ser las relacionadas a la aplicación o no de las vacunas. El equipo del CONICET “Ciencia Anti Fake News” trabaja desde el inicio de la pandemia para contrarrestar lo que ya la OMS advirtió como infodemia; y advierten que actualmente, el eje de la desinformación pasa por las vacunas.
“Esas preguntas -las relacionadas a las vacunas contra el Covid- nos llegan mucho últimamente”, aseguró la Dra. Guillermina Calo, investigadora de CONICET y miembro del mencionado grupo de investigadores e investigadoras que de manera voluntaria y autogestiva, realizan un valioso y necesario aporte a la lucha contra el Coronavirus.
En el marco de la entrevista realizada en Radio Unne, 99.7, la bioquímica explicó que a partir del trabajo que vienen realizando desde marzo del año pasado, entienden que “es clave como se muestra la noticia”. Ejemplificó en ese sentido que “no es lo mismo decir “la segunda dosis de la vacuna podría reemplazarse por una distinta”, que afirmar en un título “nadie va a recibir la segunda dosis y les van a dar una vacuna distinta”.
“No es lo mismo dar la noticia como potencial, como algo que está estudiando, a darla como algo seguro cuando todavía no lo sabemos y genera miedo en la gente”, amplió con un llamado a la responsabilidad en la comunicación de información en general, pero puntualmente las relacionadas a la actual pandemia.
Fueron incontables las fake news que surgieron en torno al Covid-19 en el último año. En ese tiempo, este grupo del Conicet ya logró identificar más de 250 publicaciones falsas, así como señalar otras “apresuradas”. Pero en el último tiempo, con las campañas de vacunación contra el SARS CoV2, comenzó también un nuevo aluvión de fake news relacionadas a las vacunas.
Tal es así, que mereció apartados especiales en los espacios digitales de “Ciencia Anti Fake News”. En la plataforma Confiar, un sitio creado por el CONICET y la Agencia de Noticias Télam, donde suben el trabajo del equipo; y en sus cuentas de redes sociales, entre otros.
En Instagram por ejemplo, donde tienen cerca de 30 mil seguidores, hay un «destacado» sobre vacunas, sumado a varios posteos donde brindan información fiable sobre el tema.
«Es falso que las vacunas no sean útiles si no tienen un 90% de eficacia”, dice por ejemplo uno de los últimos posts en el que se desmiente la información que había dado un profesional de la salud durante un programa de televisión en un canal de alcance nacional. “La eficacia de una vacuna define el nivel de protección que le ofrece a las personas contra el desarrollo de una determinada enfermedad en caso de infectarse”, explican. “Una eficacia del 90% en un ensayo clínico significa que de 100 personas vacunadas, 90 resultaron protegidas (no enfermaron). Cada vacuna, además, puede tener una eficacia para proteger de la enfermedad sintomática y otra para proteger de la enfermedad grave y/o muerte”, agregan información probada.
Más de 30 mil usuarios «siguen» la cuenta @anti_fakenews en IG, donde además se puede encontrar información basada en evidencia científica sobre el uso de barbijos, las variantes del virus, los tests de antígenos, los síntomas, cuidados, y toda aquella información sobre el Coronavirus que circula y llega a ellos.
También en Facebook, Twitter y los espacios que -cada vez más- ganan en medios masivos de comunicación, como columnas en radio, televisión, y una charla TED; la información que circula en torno al tema vacunación frente al Covid-19 amerita mención especial.
La espiral de la información
La circulación de noticias falsas sobre el Coronavirus se da principalmente en las plataformas digitales, pero encuentran muchas veces repercusión en medios convencionales. Las redes sociales y los canales de mensajería móvil multiplican el tránsito de las fake news.
«Nos llega mucha más información falsa en redes sociales que lo que vemos en los medios tradicionales. Pero los medios masivos también suelen «levantar» información que se ha hecho viral en redes sociales. Entonces es como un círculo, sí aparece en un lugar aparece también en el otro», señaló Calo en ese sentido.
Pero «en las redes sociales lo que sucede es que se viraliza de una manera brutal, por eso lo vemos más», advirtió.
Y en base al trabajo que vienen realizando, agregó también que en redes sociales «lo que tiene de malo, es que cualquiera puede decir lo que quiera y cualquier mensaje que uno postea puede potencialmente hacerse viral».
Así, también sucede “que nos llegan noticias más burdamente falsas. Como por ejemplo que un señor en Italia tiene la cura para el Coronavirus y la tiene guardada en un sótano y no la quiere compartir, bueno eso no es exagerado es falso directamente. O que si se toma agua caliente se mata al virus, o si ponen eucalipto en la mesita de luz no se van a contagiar», explicó con ejemplos que a pesar de ser irrisorios, fue información que circuló y hasta pudo haber convencido a parte de la población.
«Entonces lo que tienen las redes sociales es que cualquier persona que quiera, puede generar una fake news y hacerla circular, y eso es super peligroso», afirmó la investigadora.
Sin embargo, son también las redes sociales las que -bien utilizadas- posibilitan difundir información fidedigna. «Para nosotros por ejemplo es una herramienta fundamental, que nos permite llegar a gente de todo el país, incluso fuera de Argentina», comentó. «Pero hay que saber usarla y hacerlo con responsabilidad», aclaró también a modo de llamado de atención.
Los mensajes en el celular
Las mensajerías móviles son otro espacio que propicia una gran circulación de fake news. “Me llega por whatsapp un mensaje que dice que si tomás agua bien caliente podes matar al virus ¿Es cierto?”, fue una de las tantas preguntas que la investigadora del CONICET especializada en Inmunología, Soledad Gori recibió de familiares y amigos, en el inicio de la pandemia. Las que también ella recibía en su celular, y que fueron un disparador para su iniciativa de formar este grupo.
Consultada al respecto, Calo confirmó que las mensajerías móviles y principalmente whatsapp siguen siendo grandes canales de circulación de fake news. Aunque “whatsapp ya por suerte cuenta con el “mensaje reenviado muchas veces”, una alerta de mensaje viral, por decirlo de algún modo, y que permite a uno tomar con pinzas esa información. Decir “es un msj viral, le creo o no le creo”, aclaró.
“Es eso lo que le pedimos siempre a la gente, que todo lo que lean que le genere una sensación extraña, lo tomen con pinzas, porque suelen ser noticias falsas o exageradas”, señaló en un claro mensaje a la audiencia de la radio de la UNNE.
“Traten de guiarse por fuentes oficiales”, sumó al pedido. Mencionó entonces a la Organización Mundial de la Salud (OMS), al Ministerio de Salud de la Nación, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), entre otros. “Y nuestras redes por supuesto”, donde a diario reciben cientos de consultas y “respondemos todas”, agregó.
Chequear antes de compartir
Otra importante recomendación que brindó Calo durante la nota en la 99.7, es la de ser responsables a la hora de difundir información. Más allá de los medios masivos de comunicación, también cada persona que recibe las variadas noticias que circulan por distintos medios, entre las que generalmente hay algunas falsas o no aún probadas.
“Vimos muchísimas noticias que generan miedo en la población”, aseguró Calo. “Lo que más vemos es la exageración en las noticias para poder atrapar a la gente”, advierte y renueva el pedido de acudir a fuentes confiables para corroborar.
Pero “hay cosas que uno puede chequear por sí mismo”, aseguró. “Por ejemplo, leo una noticia en el diario donde citan un estudio de Massachusetts, bueno, puedo buscar en internet si existe ese estudio, quien lo hizo. Ver también si es confiable el medio, conocido, etc”.
“Nos pasó con un audio viral sobre una supuesta bioquímica dando unas recomendaciones bastante alarmantes. Pero solo al buscar el nombre de esa bioquímica inmediatamente aparecía “audio falso de la bioquímica”, recordó.
“Es decir, hay veces en que nos lleva sólo 15 segundos saber si la noticia que estamos leyendo o la información que nos llega es verdadera o falsa. Y en caso de que no lo sepamos, lo que recomendamos y pedimos es que no lo reenvíen. No reenvíen sólo por las dudas, si no estoy segura de lo que estoy contando, no lo cuento”, concluyó su recomendación que es también un pedido.
Cómo trabaja el equipo
Los investigadores e investigadoras que componen el equipo Ciencia Anti Fake News chequean la veracidad de entre cinco y siete noticias por semana. Divididos en comisiones, se ocupan primero de ordenar y clasificar las mismas, para su mejor tratamiento. Tras la labor de chequeo, ubican luego las informaciones según corresponda en las categorías de falso, apresurado y verdadero.
“Nos llega muchísima información, ya sea por redes sociales o por mensajería, y todas esas noticias que nos parece que potencialmente podrían ser falsas, las pasamos a través de distintas comisiones y verificamos si son verdaderas o falsas. No todas son falsas por supuesto, pero lamentablemente si hemos encontrado muchísimas noticias, que si no son falsas, exageran en lo que publican. Quizás con el afán de generar contenido que atrape a la gente”, comentó Calo en ese sentido.
Un aporte en la pandemia
Cuando Soledad Gori advirtió la cantidad de información no probada que circulaba casi a la par del virus, y el grave perjuicio que podía causar en la salud pública, tuvo la idea -y las ganas- de hacer algo al respecto.
“Sentíamos que teníamos que hacer algo, y de repente nos empezaron a llegar un montón de preguntas de amigos y familiares, y nos dimos cuenta que ahí había una veta para explorar, que era justamente esto de tratar este tipo de temas, llevarlos a un lenguaje más accesible para que todos lo podamos entender, y así comunicarnos con la gente y llevarles tranquilidad”, comentó Calo sobre lo que motivó al grupo inicial a sumar a sus días esta labor que lo hacen ad honorem. “Es un trabajo totalmente voluntario y autogestivo, pero nos encanta hacerlo”, aseguró.
El número y los nombres de quienes se fueron sumando al equipo fue variando con el correr del tiempo. Actualmente son 15 y principalmente biólogos, tecnólogos, físicos. Por eso, valoran y agradecen el aporte del grupo de colaboradores conformado por politólogos, antropólogos, periodistas “que nos ayudan en el área de comunicación en la que no somos expertos”.
Algunos son becarios, otros haciendo sus tesis doctorales, trabajan de manera voluntaria y autogestiva, y planean seguir. El paso siguiente será el de buscar el origen de las fake news relacionadas al Coronavirus y generar estadísticas que también puedan aportar a la definición de políticas públicas.
Pues son “Científicos del CONICET contra la información no chequeada”, tal como se presentan en sus redes sociales; y tienen el convencimiento de que “desintegrar mitos también es contribuir en esta pandemia”.