Como respuesta a una necesidad productiva de la piscicultura regional y al mismo tiempo dando valor agregado a desechos agroindustriales, un proyecto entre la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), Universidad Nacional de Santiago del Estero (UNSE) y el Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA-CONICET) logró el desarrollo de un aditivo alimenticio para peces elaborado a partir de cáscara de arroz y bagazo cervecero, inoculados con microorganismos.
Hace unos años, una inquietud recibida en la UNNE desde una empresa respecto a cómo aprovechar la cascarilla de arroz sobrante de los procesos productivos vinculados a la cría de arroz junto a la cría de peces, sería el punto de partida para el desarrollo de una línea de investigación en biotecnología que vincularía a dos universidades, el Conicet y un centro científico de referencia en bacterias lácticas.
Es que, ante el mencionado planteo de la empresa, desde la Cátedra de Microbiología y del Instituto de Ictiología del Nordeste (INICNE), de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE, vieron la posibilidad de vincular esa necesidad de aprovechamiento del subproducto del arroz con otra demanda productiva que era la dificultad de acceso a alimentos para piscicultura.
Así surgió la idea de aprovechar el descarte de la producción arrocera para alimentar a los peces, y se empezó a investigar la posibilidad de biodegradación de la cascarilla de arroz por medio de la inoculación con mohos del tracto digestivo del pacú, mediante ensayos en los que además se contaba con el asesoramiento del Centro de Referencia para Lactobacilos (CERELA-CONICET) de Tucumán.
Además, gracias a la vinculación con el Laboratorio de Antioxidantes y Procesos Oxidativos (LAPOX) de la Facultad de Agronomía y Agroindustria de la Universidad Nacional de Santiago del Estero, se incluyó en los ensayos a otro subproducto no utilizado de la industria como lo es el “bagazo cervecero”, sobrante de la elaboración de cerveza.
De esta forma, en el marco del trabajo final de graduación para el título de Lic. en Biotecnología de la UNSE de Pablo Francisco Beltrán Vega, se avanzó en una serie de ensayos que permitieron comprobar la capacidad del moho Aspergillus sp. B6, extraído del pacú, para modificar la composición química de compuestos de la cáscara de arroz y del bagazo cervecero, mejorando distintas propiedades que posibilitan obtener un aditivo alimenticio para la dieta de peces, rico en proteínas, antioxidantes y otros nutrientes.
«Con esta investigación pudimos aprovechar desechos de actividades productivas, que representan un problema ambiental, para generar un producto con valor agregado que contribuye a mejorar la alimentación en piscicultura» destacó el Dr. Marcos Guidoli, responsable del proyecto y docente investigador de la Cátedra del Microbiología y del Instituto de Ictiología del Nordeste.
En diálogo con UNNE Medios, se refirió a los avances logrados en el proyecto, así como las perspectivas de seguir profundizando en esta línea en biotecnología que se relaciona con el concepto de «economía circular» y aprovechamiento sostenible.
Potencial de Transferencia
El Dr. Guidoli señaló que el estudio realizado, en cooperación interinstitucional, abre las puertas a la posibilidad de aprovechamiento de otros subproductos que representan descartes de actividades productivas de relevancia.
Al respecto, detalló que en el marco del proyecto se comprobó el potencial de aprovechamiento tanto de la cáscara de arroz y el bagazo por separado, así como la utilización de ambos residuos en un mismo aditivo alimenticio.
Pero si bien los ensayos principales se hicieron con la cáscara de arroz y bagazo cervecero, también se realizaron estudios en aserrín, cascarilla de soja, cáscara de soja y residuos de cosecha de algodón.
Explicó que estos tipos de residuos son «lignocelulósicos» que, al poseer grandes cantidades de este tipo de moléculas, no pueden ser absorbidos para generar nutrientes y se los utiliza sólo como fibra, para aumentar la velocidad del tracto digestivo de los animales, pero no puede obtenerse ningún nutriente de importancia.
Ante ello, en el proyecto los residuos son «bioprocesados» con el moho del tracto digestivo del pacú, proceso en el cual el moho toma estos residuos y los convierte en aditivos ricos en proteínas y se liberan otros azúcares más simples de degradar.
Además, se aumenta el poder antioxidante de estas sustancias, otorgando un beneficio extra a los alimentos balanceados.

En esa línea, manifestó que el aditivo alimenticio obtenido en base a cáscara de arroz y bagazo cervecero inoculado con el moho Aspergillus sp. B6, «es un alimento funcional» pues además de nutrir a los peces les aporta minerales, vitaminas, sustancias antioxidantes y otros componentes beneficiosos para la salud y la prevención de enfermedades.
Además de utilizar este proceso de biodegradación para la elaboración de alimentos para peces, también se están realizando ensayos de alimentación en cerdos y bovinos.
Perspectivas
«Sin dudas que los resultados obtenidos, nos generan nuevos desafíos» indicó.
Relacionado a ello, desde la Cátedra de Microbiología y el INICNE se logró la selección en una convocatoria del Instituto Chaqueño de Ciencia, Tecnología e Innovación (ICCTI) para la generación de una empresa de base tecnológica que posibilite realizar el proceso de elaboración del aditivo alimenticio en una mayor escala.
Actualmente ya se está realizando la etapa de pre-incubación de ese proyecto en la Incubadora de Empresa de Base Tecnológicas de la UNNE (UNNETEC-INNOVAR).
“Esperamos poder lograr el aprovechamiento comercial del aditivo desarrollado, lo cual servirá para demostrar el potencial de la biotecnología para fortalecer las actividades productivas”.