ENTREVISTA EN RADIO UNNE
Premio Nobel de Economía 2024: “A los latinoamericanos, las cosas que descubre esta gente no nos resultan novedosas”

 

Así lo señaló Ricardo Aronskind, licenciado en Economía por la UBA y magíster en Relaciones Internacionales por FLACSO, sobre los estudios que se llevaron el Premio Nobel de Economía en su edición 2024. En diálogo con la radio de la Universidad Nacional del Nordeste, puso a consideración que las perspectivas de investigación premiadas este año tienen un largo desarrollo en la región.

La Real Academia Sueca de Ciencias le otorgó el galardón a Daron Acemoglu, de Turquía y a Simon Johnson y James A. Robinson, de Estados Unidos, por sus estudios sobre cómo se forman las instituciones y cómo afectan a la prosperidad. Los investigadores han sostenido que las sociedades con un Estado de Derecho deficiente e instituciones que explotan a la población no generan crecimiento ni cambios para mejor.

“Estos tres economistas que han investigado el tema del crecimiento económico tratando de cubrir cuáles son las razones por las que algunos países les va mejor y a otros peor, han centrado su atención en el tema de las instituciones. Ellos entienden que las buenas instituciones son un elemento fundamental para lograr el crecimiento económico”, explicó el docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento.

Aronskind señaló que una de las explicaciones de las diferencias en la prosperidad de los países son las instituciones sociales que se introdujeron durante la colonización. La creación de instituciones inclusivas ha generado riqueza mientras que las instituciones extractivas, aunque producen ganancias a corto plazo para quienes tienen el poder, no mejoran la situación general de la población.

“-Estas cosas- Son novedosas en el mundo de ellos, basado en la ignorancia de lo que se piensa en el mundo periférico. Desde los años 40 en adelante en América Latina hemos desarrollado muchísimo pensamiento propio, muchísimas investigaciones de una profundidad extraordinaria sobre porque nuestra región es subdesarrollada”.

En este sentido, sostuvo en el aire de la 99.7: “Las instituciones no salen del aire, surgen de fuerzas políticas y sociales en determinados momentos históricos. Después vienen las instituciones, después se cristalizan las fuerzas; pero si uno no entiende estas fuerzas, el momento histórico y la relación entre los países y el mercado mundial, le queda mucho por comprender”.

El especialista coincidió con que el colonialismo europeo fue un factor decisivo para América Latina, Asia y África. Sin embargo, apuntó a la necesidad de tener en cuenta manifestaciones del fenómeno en la historia mundial reciente y sobre “otras formas de dominación que encontraron las naciones centrales para, sin tener que ocupar países mediante tropas, lograr manipular sus economías, sus sistemas políticos, incluso la mentalidad de los habitantes de los países colonizados”.

El magíster puso a consideración el factor del neocolonialismo: mecanismos económicos, políticos y culturales que se manifiestan en prácticas como la explotación de recursos naturales, la imposición de políticas económicas favorables a intereses externos y la influencia cultural que puede desestabilizar las identidades locales. Aunque los países afectados pueden formalmente ser independientes, el neocolonialismo perpetúa relaciones de dependencia y desigualdad, manteniendo a las naciones más poderosas en una posición de dominancia.

Desde una perspectiva crítica, Aronskind sostuvo: “A los latinoamericanos, las cosas que descubre esta gente, no nos resultan novedosas. Son novedosas en el mundo de ellos, basado en la ignorancia de lo que se piensa en el mundo periférico. Desde los años 40 en adelante en América Latina hemos desarrollado muchísimo pensamiento propio, muchísimas investigaciones de una profundidad extraordinaria sobre porque nuestra región es subdesarrollada”.

En este sentido, realizó una observación a lo que denominó como “colonización académica”, que implica que las élites dirigentes se formen con ideas contrarias a los intereses de sus países: “Tiene que ver que se nos dice a nosotros que hagamos cosas para crecer, contrariamente a lo que hicieron los países centrales. Los grandes países que se industrializaron, ninguno siguió esas recetas: liberalizar, desregular, no tener Estado. Por el contrario, fueron los Estados fuertes los que condujeron la industrialización, y el desarrollo científico y tecnológico; fueron proteccionistas hasta que estuvieron en condiciones de competir”.

El pasado 14 de octubre, la Academia Sueca otorgó el Premio Nobel de Economía. En esta oportunidad los galardonados fueron Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, por sus obras sobre instituciones y desarrollo en perspectiva comparada.
El pasado 14 de octubre, la Academia Sueca otorgó el Premio Nobel de Economía. En esta oportunidad los galardonados fueron Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, por sus obras sobre instituciones y desarrollo en perspectiva comparada.

Reiteró que la perspectiva de investigación que fue premiada con el Nobel este año, y que se presenta como descubrimiento, en nuestra región tiene décadas de desarrollo desde perspectivas multidisciplinarias en la que han intervenido economistas, sociólogos, antropólogos, filósofos, politólogos y hasta matemáticos: “Lo que sucede es que el pensamiento social latinoamericano es ignorado en los países centrales, entonces ellos descubren cosas y es muy gracioso que nos la presenten como una novedad”.

“Hay que preguntarles a los hermanos paraguayos qué les pasó con la guerra de la triple alianza. Eran el país más avanzado de América del Sur y se generó una suerte de complot entre el imperio brasileño y Argentina para destruir a un país que era realmente independiente y mostraba signos en poder desarrollarse. Esto estuvo coordinado por la diplomacia inglesa, y estos otros países más dependientes ideológica y culturalmente se ocuparon de destruirlo. Estas son cosas que hay que saber son parte de la historia latinoamericana, porque son procesos que continúan en la actualidad”, expresó el académico.

“Lo que sucede es que el pensamiento social latinoamericano es ignorado en los países centrales, entonces ellos descubren cosas y es muy gracioso que nos la presenten como una novedad”.