Un informe reciente del Instituto Tecnológico de Buenos Aires mapea la presencia de arsénico en el agua, con relevamientos actuales e históricos. Allí están analizadas dos localidades correntinas -Sauce y Bonpland– con datos de 2011. En ese marco un especialista en Química Ambiental de la UNNE aclara la necesidad del monitoreo periodico de la calidad del agua para consumo humano y resalta la importancia del estudio científico y la labor conjunta de la Universidad con los gobiernos y la comunidad.
Un informe del Instituto Tecnológico de Buenos Aires, que incluyó dos localidades correntinas, volvió a poner en agenda el tema del arsénico en el agua en distintas regiones del país. El trabajo recopila más de 350 muestras y permite visualizar dónde es necesario reforzar los controles. Sin embargo, es importante aclarar que no se trata de un diagnóstico actual, sino de un mapa que combina datos recientes con datos históricos.
En el caso de Corrientes, el informe muestra datos de las dos localidades: Sauce y Bonpland, pero provenientes de muestras tomadas hace más de diez años (2011), significa que no se puede afirmar que exista un riesgo vigente hoy; pero si es conveniente señalar que hay antecedentes que deben ser verificados nuevamente con datos actuales.
no se puede afirmar que exista un riesgo vigente hoy; pero si es conveniente señalar que hay antecedentes que deben ser verificados nuevamente con datos actuales.
En Argentina el límite legal establecido por el Código Alimentario Argentino y el que recomienda la Organización Mundial de la Salud para el arsénico en el agua de consumo, es de 10 µg/L (10 ppb). Todo lo que supere ese valor requiere acciones correctivas; y todo lo que esté cerca del límite exige vigilancia periódica.
Aclaraciones y recomendaciones
Unne Medios conversó con el director del Laboratorio de Química Ambiental de la Facultad de Ciencias Exactas y Agrimensura de la Universidad Nacional del Nordeste, Juan Daniel Ruiz Diaz quién aclaró que en la información que se publicó los datos de Corrientes son de 2011.

“El mapa del ITBA no nos dice que el agua de Corrientes esté en riesgo hoy. Lo que nos dice es que es momento de actualizar información, comunicar con claridad y trabajar con una estrategia conjunta entre Estado, universidades y la comunidad, garantizando así el acceso a agua segura y sostenible”, sostuvo.
El especialista aseguró que se trata de “un trabajo valioso porque recopila más de 350 muestras y permite visualizar dónde es necesario reforzar los controles”. Sin embargo, “es importante aclarar que no se trata de un diagnóstico actual, sino de un mapa que combina datos recientes con datos históricos”, remarcó.
En el caso de Corrientes, el informe muestra dos localidades: Sauce (rojo >50ppb) y Bonpland (amarillo 10-50 ppb). Datos provenientes de muestras tomadas hace más de diez años (en el 2011). “Esto significa que no podemos afirmar que exista un riesgo vigente hoy; lo que sí podemos decir es que hay antecedentes que deben ser verificados nuevamente con datos actuales”, dijo el entrevistado.
Comentó además que en Argentina el límite legal establecido por el CAA, y el que recomienda la OMS para el arsénico en el agua de consumo es de es de 10 µg/L (10 ppb). Y “todo lo que supere ese valor requiere acciones correctivas; y lo que esté cerca del límite exige vigilancia periódica”.
“este mapeo tiene la función de alertarnos y tomar dimensión de riesgos potenciales que podría llegar a haber en caso de que esos valores persistan porque recordemos, la información sobre Corrientes es de 2011”
Así “este mapeo tiene la función de alertarnos y tomar dimensión de riesgos potenciales que podría llegar a haber en caso de que esos valores persistan porque recordemos, la información sobre Corrientes es de 2011” aclaró.
“La clave es hablar con información analítica confiable, actualizada y trazable. No generar alarma, pero tampoco minimizar el problema. El arsénico es un riesgo para la salud; por eso lo esencial es tomar las precauciones correspondientes”, afirmó el director del Laboratorio de Química Ambiental de la Facultad de Ciencias Exactas y Agrimensura de la UNNE.
La importancia del tratamiento del agua
El especialista enfatizó que a pesar del informe, considera que en Corrientes “el riesgo es muy bajo, debido a que el agua que se consume, en la mayoría de los casos son tratadas, es decir aguas que tienen un tratamiento y un acondicionamiento adecuado para cumplir con lo que establece el Código Alimentario Argentino”.
Ruiz Diaz declaró también en el programa De Regreso en Radio LT7 que “todas las aguas requieren un tratamiento previo para hacerla apta para el consumo, ya sea de río, perforación o de origen lacustre (lagunas), eso depende de la fuente de provisión de cada zona”.

El investigador, destacó también el valor de la ciencia para garantizar la calidad y el acceso al agua segura.
Comentó en ese marco que “desde la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura, a través de sus Unidades Ejecutoras, en caso del LABQUIAM (Laboratorio de Química Ambiental), bajo mi responsabilidad, hacemos análisis de agua de todo tipo y efluentes, donde obviamente existen otros parámetros que también definen la calidad de las aguas que se analizan”.
Valoró los estudios científicos sobre el agua, y reiteró que el mapa que publicó el ITBA evidencia también la necesidad de trabajar entre Estado, Universidad y la comunidad, para garantizar el acceso a agua segura y sostenible.

















