
Bruno Domínguez profesional de la Facultad de Arquitectura de la UNNE fue distinguido con el tercer puesto en el Arquisur 2025, evento que reúne a investigadores de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y Paraguay. Su trabajo plantea convertir los campus de la institución en espacios que producen energía limpia y funcionan como aulas al aire libre sobre sostenibilidad. Demostró que la comunidad universitaria está dispuesta a participar en la transición hacia energías limpias.
El arquitecto Bruno Domínguez obtuvo el tercer puesto en el premio ARQUISUR Investigación 2025, categoría Investigadores en Formación, por su trabajo sobre la instalación de paneles solares en campus universitarios del nordeste argentino.
El proyecto se denomina “Trayectoria hacia un campus solar: intervenciones fotovoltaicas con enfoque arquitectónico y sociocultural en el Nordeste Argentino”. La propuesta se desarrolló bajo la dirección de la Dra. Arq. Claudia Pilar y la co-dirección del Ing. Esp. Luis H. Vera, ambos docentes investigadores de la Facultad de Ingeniería de la UNNE. Dominguez plantea la idea de cómo las universidades pueden convertirse en espacios que producen energía limpia y funcionan como lugares de enseñanza sobre temas ambientales.
Dominguez buscó demostrar que el diseño de las instalaciones fotovoltaicas puede asumir un rol central para favorecer la aceptación, el uso y el efecto demostrativo de estas tecnologías en los entornos universitarios. El planteo sostiene que la integración arquitectónica y la apropiación social son condiciones clave para impulsar la difusión de la energía solar en la comunidad.

El trabajo tomó como base dos intervenciones proyectuales en la Universidad Nacional del Nordeste: la relocalización de la Terraza Solar del edificio de Electromecánica en el Campus de la Reforma, en Resistencia, y el diseño del Patio Solar en el Parque Tecnológico de Corrientes. Estas propuestas permitieron analizar la incorporación de sistemas fotovoltaicos en espacios institucionales consolidados o en desarrollo.
Las simulaciones energéticas mostraron que es posible optimizar el rendimiento de los Sistemas Fotovoltaicos Conectados a Red mediante decisiones de diseño. En el Campus de la Reforma, el traslado del sistema desde el nivel de suelo hacia la cubierta redujo pérdidas por sombreado y permitió estimar una generación anual de 5.012 kWh, equivalente al 32,7% del consumo eléctrico del edificio. En el Parque Tecnológico, la incorporación de ocho módulos proyectó una producción de 7.439 kWh por año y una cobertura cercana al 38,5% de la demanda.

El análisis sociocultural, basado en entrevistas y encuestas a integrantes de la comunidad universitaria, registró una valoración positiva sobre el uso de energías renovables y un interés elevado en participar en iniciativas asociadas a sistemas fotovoltaicos. Los resultados indicaron que las intervenciones podrían funcionar como espacios de aprendizaje práctico y dispositivos de educación ambiental, reforzando su carácter sociotécnico.
Las propuestas también evidenciaron impactos en la organización espacial institucional. En el caso de la Terraza Solar, la reubicación del sistema permitió asignar un nuevo uso académico a la cubierta del edificio. En el Patio Solar, la integración de la pérgola fotovoltaica definió un espacio de sombra y encuentro ligado a la vida universitaria. En ambos casos, la arquitectura actuó como mediadora entre producción energética, funciones institucionales y prácticas comunitarias.
El trabajo destacó además la posibilidad de transferir el método utilizado. El empleo de herramientas digitales de modelado y simulación se presentó como un recurso replicable para su aplicación en otros edificios y campus del NEA, ampliando el alcance de las intervenciones.

Las conclusiones situaron estas experiencias dentro del marco de la transición energética, entendida como transformación técnica, espacial y cultural. Desde esta perspectiva, los campus universitarios aparecen como escenarios estratégicos para ensayar formas de generación distribuida y prácticas de sensibilización ambiental.
Dominguez planteó que los sistemas fotovoltaicos pueden dejar de concebirse como instalaciones exclusivamente técnicas y asumir un carácter socio–arquitectónico, capaz de articular eficiencia energética, formación y participación comunitaria.
El trabajo reconoció a la infraestructura educativa como una plataforma activa de experimentación y aprendizaje colectivo, y propuso una trayectoria hacia un campus solar orientado a la producción energética, la apropiación social y el fortalecimiento institucional en torno a la sostenibilidad.
La simulación permitió elegir las opciones más viables y explicar de forma clara qué beneficios ofrece cada propuesta a la comunidad universitaria.
¿Qué es la Arquisur?
La Asociación de Facultades y Escuelas de Arquitectura Públicas del Mercosur y Países Asociados (ARQUISUR), se fundó en 1992 con el objetivo de construir un espacio académico ampliado de alcance regional, basando sus acciones en la cooperación científica, tecnológica, educativa y cultural de sus miembros. Está conformada por instituciones de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
Desde 2002, la Asociación se reúne formalmente en un Encuentro Anual que se desarrolla en el segundo semestre de cada año. Simultáneamente con el Encuentro se realiza el Congreso anual. A partir de la caracterización de un núcleo problemático, se propone un tema para cada congreso, con el fin de reflexionar respecto a problemáticas que atraviesan a toda la Región.
La edición 2025 tuvo lugar en la Universidad Nacional del Litoral, en la ciudad de Santa Fe.
















