
En el marco del I Congreso «Una Salud», la investigadora de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UNNE, Valeria Amable, expuso sobre los desafíos globales de la resistencia antimicrobiana y compartió experiencias educativas innovadoras que van desde la gamificación hasta proyectos de extensión en escuelas rurales y urbanas.
En el marco del I Congreso Patagónico “Una Salud”, llevado a cabo en la Escuela de Veterinaria y Producción Agroindustrial de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), la docente investigadora de la Facultad de Ciencias Veterinarias UNNE, doctora Valeria Amable participó de la Mesa Redonda: Una Salud y Medicina de la Conservación.
Fue un espacio donde confluyeron distintas voces académicas para pensar los desafíos actuales en la interfaz entre salud humana, animal y ambiental. El concepto de «Una Salud» (One Health) es un enfoque colaborativo y multidisciplinario que reconoce la interdependencia entre la salud humana, la salud animal y la salud ambiental.
Promueve la colaboración entre diferentes sectores y disciplinas para abordar de manera integral y coordinada los desafíos sanitarios, como las enfermedades infecciosas emergentes, la resistencia a los antibióticos y la seguridad alimentaria.
Con la moderación del médico veterinario Jorge Cuatrín, participaron además de la mesa redonda, la doctora Marina Winter (UNRN) quién abrió la ronda de ponencias, compartiendo la experiencia de diez años de vigilancia sanitaria en fauna silvestre del noreste de la Patagonia, un trabajo sostenido que demuestra el valor de observar a largo plazo los ecosistemas. Continuó el doctor Pablo Plaza (CONICET–UNComahue–INIBIOMA) profundizó en la vigilancia epidemiológica en aves silvestres, resaltando cómo estas especies funcionan como centinelas de problemas que impactan directamente en las personas y en la producción animal.

«La resistencia a los antimicrobianos (RAM) no es un problema del futuro, sino del presente», enfatizó Amable durante su ponencia titulada «Resistencia a antimicrobianos: un desafío global desde la perspectiva de Una Salud». La docente de la UNNE explicó que la RAM surge cuando bacterias, hongos, parásitos o virus desarrollan mecanismos para evadir los efectos de los medicamentos destinados a combatirlos.
«Hablamos de un fenómeno que en muchos casos se gesta de manera silenciosa, en hospitales, en granjas, en la comunidad y hasta en el ambiente», alertó, subrayando la naturaleza ubicua de esta amenaza sanitaria.
En su exposición, Amable destacó el rol pionero que Argentina asumió en Latinoamérica al legislar e implementar políticas concretas frente a esta problemática. La investigadora hizo especial mención al Plan Nacional de Acción contra la RAM (PNA-RAM), una iniciativa que promueve la vigilancia integrada y la capacitación en todo el territorio nacional.
«A nivel provincial existen comités que buscan bajar estas estrategias al territorio, algo en lo que personalmente participo con mucho compromiso», reveló la académica, mostrando su involucramiento directo en la implementación de políticas públicas de salud.
Amable destacó el rol de las instituciones educativas en la lucha contra la resistencia antimicrobiana. «La investigación no alcanza si no la vinculamos con la sociedad. La universidad tiene un rol enorme en la formación de profesionales y en la sensibilización de la comunidad», afirmó.
La investigadora compartió entonces las experiencias innovadoras que viene desarrollando desde su cátedra: desde estrategias de gamificación mediante juegos de mesa didácticos que ayudan a los estudiantes de microbiología a comprender los complejos mecanismos de resistencia, hasta proyectos de extensión como «Antibióticos bajo la lupa: jóvenes por un futuro sin Resistencia», que llevan el debate a escuelas rurales y urbanas.

«La RAM no se resuelve solo en laboratorios ni en quirófanos: también se combate en las aulas y en los espacios de educación comunitaria», sentenció Amable, arrancando aplausos espontáneos del auditorio.
Los tres disertantes llegaron a una conclusión unánime: «No hay Una Salud sin una sola mesa de trabajo, amplia e inclusiva, donde todos los actores estén presentes». Esta declaración resonó como un llamado a la acción para la comunidad científica presente.
Los panelistas coincidieron en que los desafíos de Una Salud solo pueden afrontarse si la sociedad sostiene la inversión en salud, cultura y educación gratuita, pilares fundamentales que garantizan equidad y permiten formar profesionales comprometidos.
La doctora Amable cerró su participación con una reflexión que resumió el espíritu de toda la jornada: «Nuestra responsabilidad es compartir conocimiento, vigilar con compromiso y actuar con prudencia para garantizar la salud de las próximas generaciones».