DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO
“La salud mental en el trabajo no es un objetivo individual, es una construcción colectiva”

Así lo aseguró la licenciada en Psicología, magíster en Antropología Social y docente en la UNNE, Diana Andrea Sotelo; consultada por UNNE Medios, en esta cobertura especial por el 1º de mayo. La especialista destacó la importancia de la psicología laboral en el mundo del trabajo, analizó las relaciones que hoy se establecen con el coaching y aseguró: “necesitamos organizaciones que no solo busquen productividad, sino también cuidar a quienes las hacen posibles”.

El Día Internacional del Trabajo tiene origen en las manifestaciones obreras del siglo XIX, en particular la huelga que tuvo lugar en Chicago en 1886, para exigir la jornada laboral de ocho horas. La conmemoración simboliza el recuerdo de quienes lucharon por condiciones laborales más equitativas, salarios dignos, seguridad en el trabajo y el respeto a la dignidad humana. En muchos países del mundo, se celebra con marchas, eventos y actividades culturales que resaltan, los logros alcanzados pero también los desafíos que aún persisten en el ámbito laboral.

Por ello, en esta cobertura especial de UNNE Medios se abordan diversos enfoques de esta fecha conmemorativa. En este caso, en el ámbito de la psicología laboral, para lo cual se entrevistó a Diana Andrea Sotelo, licenciada en Psicología y magíster en Antropología Social, profesora adjunta en las cátedras de Psicología Laboral y Elementos de Psicología General y del Trabajo de la carrera de Relaciones Laborales de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Nordeste. Ejerce también funciones de asistente del Área de Planificación, Evaluación y Monitoreo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en el Centro Regional Chaco – Formosa. 

-¿Cuáles son hoy los principales desafíos en el campo de la Psicología Laboral?

Los mayores desafíos giran en torno a la gestión del bienestar en entornos laborales precarizados, el acompañamiento en procesos de cambio y la construcción de organizaciones más inclusivas y equitativas. También resulta fundamental repensar cómo adaptarnos a los cambios tecnológicos y las nuevas dinámicas del mundo del trabajo.

Comprender cómo el trabajador «invierte subjetivamente» en su trabajo: cómo moviliza sus recursos personales, cómo reinterpreta las normas y cómo enfrenta los márgenes de incertidumbre. Analizar los efectos subjetivos de esta confrontación con el trabajo real: el placer, pero también el sufrimiento que puede generar. Acompañar y dar visibilidad a las estrategias de los trabajadores para proteger su salud mental frente a las tensiones, contradicciones y exigencias del mundo laboral.

-¿Qué aporta específicamente la Psicología Laboral?

La Psicología Laboral aporta una comprensión integral del trabajador como sujeto complejo, desarrollando su identidad en interacción con el trabajo. No busca solo resultados inmediatos, sino intervenir éticamente para promover bienestar, prevenir riesgos psicosociales y transformar realidades organizacionales de manera sostenible, siempre desde una base científica y rigurosa.

Aunque hay que reconocer que, en la práctica profesional, muchas veces las intervenciones de la Psicología Laboral también están condicionadas por lógicas de mercado, presiones empresariales o restricciones institucionales que limitan su potencial transformador. Los profesionales enfrentan tensiones éticas entre sus ideales y las demandas de productividad de las organizaciones.

-¿En qué se diferencia la Psicología Laboral del coaching ontológico?

Mientras la Psicología Laboral se apoya en teorías científicas validadas y métodos de intervención basados en evidencia, el coaching ontológico basa su práctica en la filosofía fenomenología con enfoques retóricos e interpretativos del lenguaje. La psicología analiza factores estructurales, históricos e inconscientes, trabajando para transformar realidades laborales injustas. El coaching suele focalizarse en la responsabilidad individual y el logro de metas personales a corto plazo. Es importante resaltar que algunas de sus herramientas comunicacionales pueden ser útiles en ciertos contextos, siempre que se las utilice de manera consciente de sus límites. 

-Desde tu mirada, ¿Por qué crees que el coaching ontológico tiene tanto auge en nuestro país?

Transitamos un momento histórico caracterizado por una tendencia a fomentar activamente el desarrollo personal que se evidencia en la búsqueda de “instrucciones” que nos ayuden a vivir mejor, desde libros de autoayudas y reels de Instagram hasta charlas TED que nos conviertan en “arquitectos de nuestro propio destino”. Por otra parte, en nuestro país, en particular, atravesamos contextos de profunda incertidumbre social y laboral, donde el coaching ha ganado terreno ofreciendo respuestas rápidas y motivadoras a necesidades reales de las personas. Esta disciplina también promueve valores como la autogestión y el éxito individual.

Sin embargo, es fundamental advertir que el coaching, aunque valioso en muchos aspectos, no siempre proporciona las herramientas adecuadas para abordar problemáticas complejas, especialmente aquellas vinculadas a la salud mental en el ámbito laboral.

El coaching prospera también debido a vacíos que dejan las propias prácticas profesionales de la Psicología Laboral, que a veces resultan poco accesibles, pocas prácticas revisar sus modos de intervención y comunicación.

-¿Desde la UNNE se hacen aportes para el cuidado de la salud mental de trabajadores de la región? ¿Podría mencionar un caso?

Como docentes de la carrera de Relaciones Laborales de la FCE de la UNNE desarrollamos experiencias de preparación para la jubilación a trabajadores y trabajadoras de la administración pública y organizaciones de ciencia y tecnología, nacionales y provinciales Es un abordaje crucial por la dimensión del cambio que vive la persona al jubilarse, ya que se configura en relación a la importancia psicológica que le otorga al trabajo. La pérdida producida por este cambio, tiene su origen en el proceso construcción social del rol laboral y la proyección que logra de la nueva etapa vital, desde la continuidad de tareas vinculadas al trabajo hasta la integración con la vida familiar.

En esta nueva etapa vital, el trabajador y la trabajadora se enfrentan con la necesidad de reevaluar los valores y metas personales durante el proceso de transición. Reconocemos que se trata de un proceso complejo que puede ser positivo o negativo, la duración dependerá del contexto situacional en que se produce ese proceso. 

Los cambios tecnológicos acelerados, la inestabilidad económica y las nuevas formas de organización del trabajo, como la virtualidad y el trabajo por proyectos, exigen cada vez más y más.

-¿Es importante hoy el cuidado de la salud mental en el trabajo, pensando en los escenarios futuros? ¿Por qué?

Cuidar la salud mental en el trabajo es crucial no solo para el presente, sino también para construir futuros laborales sostenibles y humanos. Los cambios tecnológicos acelerados, la inestabilidad económica y las nuevas formas de organización del trabajo, como la virtualidad y el trabajo por proyectos, exigen cada vez más y más.

Si no abordamos ahora el cuidado psicosocial de las personas, corremos el riesgo de naturalizar entornos de alta exigencia, soledad organizacional y precarización afectiva.

Promover espacios laborales saludables no es un lujo, es una necesidad estratégica: es invertir en creatividad, compromiso, sentido de pertenencia y, sobre todo, en la dignidad de quienes hacen posible el trabajo.

Pensar en salud mental es, en definitiva, pensar en la sostenibilidad humana del trabajo hacia adelante.

-¿Qué mensaje darías a quienes hoy piensan en el trabajo y la salud mental?

Me gustaría decir que la salud mental en el trabajo no es un objetivo individual: es una construcción colectiva. Necesitamos organizaciones que no solo busquen productividad, sino también cuidar a quienes las hacen posibles. Pensar en salud laboral es pensar en justicia, dignidad y bienestar compartido.