Este viernes 10 de mayo se presentará el libro “Imaginería y devoción en altares domésticos de Loreto”, de Laura Arruzazabala, editado por Eudene, la editorial de la Universidad Nacional del Nordeste. Será en forma conjunta con el Instituto de Cultura de la provincia de Corrientes. El encuentro se llevará a cabo a las 16 horas, en el stand correntino de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, montado en el pabellón ocre del predio ferial de La Rural del barrio capitalino de Palermo.
La presentación estará a cargo del Dr. Ricardo González, director de tesis de la autora, para obtener el título en la Maestría en Patrimonio artístico y cultura en Sudamérica colonial, de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, que sirvió de base a la obra. El texto está prologado por el Arq. Gabriel Romero, presidente del Instituto de Cultura provincial, quien también se desempeña como docente en la FADyCC de la UNNE, junto a la autora.
El valor de la religiosidad popular
La religiosidad popular juega un rol clave en la configuración de la identidad loretana ocupando una posición central, al igual que la importancia simbólica de sus representaciones, donde la imaginería tiene un papel fundamental. Los oratorios domésticos, sostenidos por familias a lo largo de generaciones, son sitios referenciales de participación colectiva.
En torno a los altares residen prácticas patrimoniales tales como celebraciones, rituales, relatos religiosos, expresiones artísticas, ornamentos y otros eventos desarrollados alrededor de las figuras devocionales de conformación multicultural y transmisión generacional. La relación próxima de los creyentes con el santo se materializa en el acercamiento cotidiano y en los espacios rituales, cuestiones que disminuyen significativamente la brecha entre lo sagrado y lo terrenal. La aproximación física del devoto al espacio sagrado y a la imagen de culto implica la estrechez afectiva y la confianza en la recepción de protección y favores, a tal punto que el encargado del santo o custodio goza de un lugar de reconocimiento por parte de la comunidad.
En la contratapa, Ricardo González señala al libro como una herramienta “que registra y testimonia parte de los bienes patrimoniales del pueblo de Loreto y asienta así su permanencia como memoria. El recorrido de algunas de las imágenes que se analizan viene de lejos y proviene de un gran linaje, que es el de la escultura jesuítico-guaraní. Otras, más recientes, las continúan o las complementan, pero el cauce está fijado por esas primeras imágenes fundacionales. La complementariedad no es por otra parte inocua, sino que da cuenta de la historia, esto es, de la transformación de los primitivos misioneros en parte de la población civil de Corrientes y el consiguiente corrimiento de las prácticas establecidas en los antiguos pueblos de Misiones a formas más segmentadas de culto, pero que en el mosaico de sus expresiones conservan su carácter colectivo como un signo de origen”.
La autora
Laura Arruzazabala. Es magíster en Patrimonio artístico y cultura de Sudamérica colonial (Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, 2022) y licenciada en Trabajo Social (UNSE, 2003). En 2004 inició su experiencia con la coordinación de programas culturales a nivel nacional, provincial y municipal, vinculados a la formación en gestión cultural y a la participación comunitaria en espacios territoriales. Es docente en FADyCC, UNNE, y participó en numerosos proyectos de investigación y extensión. Compiladora, coautora y autora de publicaciones sobre Misiones Jesuíticas, patrimonio cultural inmaterial, cultura chamamecera y gestión cultural, e integrante del equipo redactor de la Declaración del Chamamé como Patrimonio Cultural del Mercosur (2016). Así mismo, formó parte de la mesa redactora de la Postulación del Chamamé a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial ante la Unesco (diciembre de 2020), y fue integrante como Punto focal alternativo de la Comisión de Diversidad Cultural del Mercosur y gestiona la publicación bianual Cuadernos de la Diversidad Cultural. Es miembro de AYA (Arte y Acción) desde 2020.