RIESGO SOCIOAMBIENTAL
Advierten sobre la contaminación de un arroyo en Corrientes que genera enfermedades en habitantes de la zona norte de la ciudad

 

La información surge del “Diagnóstico participativo e integral del entorno del Arroyo Santo Domingo (Barrios Quinta Ferré y Sol de Mayo)”, realizado por profesionales e investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste, en conjunto con integrantes de la Red Vecinal Zona Norte. En el informe final de este trabajo de extensión universitaria se señala también que cerca de 800 viviendas están bajo riesgo hídrico. Se trata de una zona con condiciones de infraestructura críticas, áreas sin cobertura de red cloacal ni agua potable, entre otros aspectos identificados.

A partir de un proyecto de extensión de la UNNE, un equipo interdisciplinario comprobó que los vecinos y vecinas de tres barrios de la ciudad de Corrientes se encuentran expuestos a la contaminación del arroyo Santo Domingo, con severas consecuencias a la salud. Además, constataron que cerca de 800 viviendas se encuentran en riesgo hídrico, por la propensión a anegamientos e inundaciones.

Los datos se desprenden del informe final del proyecto “Diagnóstico participativo e integral del entorno del Arroyo Santo Domingo (Barrios Quinta Ferré y Sol de Mayo), en la zona Norte de la ciudad de Corrientes”, financiado por el Programa “La Universidad en el Medio” de la Secretaría General de Extensión Universitaria de la UNNE.

El informe del trabajo se presentó días atrás en en la sede de Cruz Roja Barrio Quinta Ferré, en la ciudad de Corrientes.
El informe del trabajo se presentó días atrás en en la sede de Cruz Roja Barrio Quinta Ferré, en la ciudad de Corrientes.

Bajo la dirección de la Secretaría de Extensión y Transferencia de la FAU y docente de la cátedra Gestión y Desarrollo de la Vivienda Popular; magíster Bernabella Pelli y la coordinación de la doctora en Arquitectura y magister en Urbanismo Florencia Rus, docentes e investigadoras de la Facultad de Arquitectura conformaron un equipo interdisciplinario que trabajó durante dos años codo a codo con la Red Vecinal Zona Norte, una asociación civil de larga trayectoria que busca visibilizar los reclamos de este sector de Corrientes. En el informe, se da cuenta de que a 3 kilómetros del centro de la ciudad existen familias “con carencias estructurales y en viviendas de calidad constructiva básica o insuficiente”.

“El arroyo Santo Domingo está en la zona norte de la ciudad de Corrientes, zona de la Avenida Armenia. Divide a los barrios Pujol, Quinta Ferré y Sol de Mayo. Algunos son reconocidos como asentamientos según el Registro Nacional de Barrios Populares; esto marca una condición: es un área de la ciudad con condiciones de infraestructura críticas”, explicó Rus en diálogo con Radio UNNE.

La investigadora remarcó que los relevamientos realizados a partir del Registro Nacional de Barrios Populares (ReNaBap) ya en el 2017 dieron cuenta que en los barrios Quinta Ferré y Sol de Mayo “más de la mitad de sus habitantes no contaba con título de propiedad del suelo, ni acceso regular a al menos dos de los servicios básicos (red de agua corriente, red de energía eléctrica con medidor domiciliario y/o red cloacal)”.

El diagnóstico incluyó la identificación de zonas críticas con riesgo de anegamiento y se contabilizaron un total de 779 viviendas con algún tipo de riesgo hídrico, por la zona de creciente del arroyo Santo Domingo o el río Paraná. Gladys Collantes, presidenta de la Red Vecinal Zona Norte declaró en el aire de la 99.7: “Es lo que siempre reclamamos, que a sólo 15 minutos hay una pequeña ciudad que la ciudad grande no ve. Por las inundaciones, hace poco la gente nuevamente perdiendo las pocas cosas que pueden tener. Es esta nuestra historia”.

La vecina destacó la rigurosidad del informe elaborado y afirmó: “esta lucha que ahora está cristalizada para nosotros es un puntapié para poder avanzar en los organismos del Estado que correspondan para que den una solución definitiva. Sea Nación, Provincia o Municipio que miren un poquito a esta zona de la ciudad donde también viven seres humanos”.

Riesgo ambiental y sanitario

El Arroyo Santo Domingo es un curso de agua que atraviesa la zona Norte de la ciudad de Corrientes; el estudio se enfocó en el área delimitada por la Avenida Armenia, la calle Vera Peñaloza, la calle Amado Bompland y el río Paraná. El proyecto se puso en marcha en el 2020 y la pandemia obligó a reajustar los tiempos y modalidades de encuentro, según las habilitaciones sanitarias de movilidad y de reuniones sociales.

El diagnóstico explica que los vecinos y vecinas que participaron del estudio, en su mayoría, referenciaron “el modo en que el arroyo colecta desagües pluviales, desechos cloacales y residuos sólidos de diferentes barrios aguas arriba. Asimismo, se han mencionado algunas características particulares del agua en determinados momentos, que darían indicios para inferir la posible presencia de químicos (posiblemente asociados a industrias o comercios de la zona)”.

"A veces el agua viene roja" y “tiran basura en el arroyo”, fueron algunos de los planteos que se repitieron en las consultas a vecinos para este trabajo.
“A veces el agua viene roja” y “tiran basura en el arroyo”, fueron algunos de los planteos que se repitieron en las consultas a vecinos para este trabajo.

En noviembre del 2021, el equipo del Instituto de Medicina Regional de la UNNE tomó muestras del agua del Arroyo Santo Domingo para realizar un análisis bactereológico, que constató la presencia de 7 tipos de microorganismos que generan patologías como gastroenteritis, calambres abdominales, diarrea, infecciones urinarias, neumonías, infecciones respiratorias; infecciones en tejidos blandos y heridas de la piel. A lo que se suma que algunas de las bacterias detectadas “constituyen el grupo de indicadores de presencia de materia fecal en el agua por vertido directo de desagües cloacales”, según versa el informe.

El equipo extensionista cruzó la información disponible en el registro de consultas de las Salas de Atención Primaria de la Salud (SAPS) de Quinta Ferré e Itatí. El grueso de consultas, entre enero de 2020 y enero de 2022, fueron por infecciones agudas de las vías respiratorias, anemias nutricionales, artropatías infecciosas, enfermedades crónicas de las vías respiratorias e infecciones en la piel y los tejidos blandos. Los y las habitantes de los barrios aseguraron que conviven con esta problemática sanitaria hace al menos 10 años.
“Es una porción de esta ciudad que preocupa mucho desde el punto de vista ambiental y desde el punto de vista de la salud, porque los chicos y las personas mayores empezamos a notar que tenían erupciones en la piel, con vómitos. Es una constante. Este trabajo involucró a muchas personas: psicólogos, médicos, abogados y toda la gente de la Universidad que hizo un trabajo invalorable”, sostuvo Collantes.

Acceso a servicios

Al relevamiento de información en el territorio se sumó la construcción de un mapeo colectivo, a partir del cuál junto con los vecinos y su visión de la convivencia con el arroyo pudieron generar un diagnóstico urbano que da cuenta también de las condiciones de infraestructura, acceso a servicios agua, cloacas, electricidad; y accesibilidad a los barrios y las condiciones de la red vial y transporte del Quinta Ferré y Sol de Mayo.

Así, se advierte por ejemplo que “existe un sistema de recolección de residuos deficitario y prácticas vecinales que no cooperan en relación a la basura”. Condiciones que a su vez promueven la reproducción de vectores de diversas enfermedades como la leptospirosis o el dengue, lo que se vuelve más riesgoso cuando el agua llega a las viviendas en momentos de lluvias copiosas.

Se identificó también como una de las problemáticas centrales de accesibilidad en los barrios, la conexión entre ambos lados del arroyo Santo Domingo. Es decir, con la conexión interbarrial Este-Oeste. “Los escasos puentes se encuentran en condiciones materiales muy críticas y no siempre permiten el paso vehicular, lo que podría acrecentar el riesgo ante situaciones de emergencia”, aseguran.

En cuanto a infraestructura, agua y cloaca y electricidad; existe en el área de estudio aproximadamente 24,6 ha. sin cobertura de red cloacal y 14,79 ha. sin cobertura de red de agua potable y cloacas. Los desagües se derivan a sistemas de pozos ciegos (con contaminación de napas) o a cursos de agua cercanos como el Santo Domingo.

“El agua potable es un servicio esencial para la vida, por tanto, en áreas donde no existe servicio, se dan procesos de autogestión. Esto se encuentra asociado a problemas de presión e insuficiencias de los servicios, o mala calidad del agua”, explican los especialistas y resaltan que esta problemática se manifestó con mayor contundencia por parte de los vecinos del B° Sol de Mayo en cercanías al río.

Además, todos los vecinos y vecinas entrevistados hicieron referencia a graves problemas de acceso a la electricidad en sus hogares, sea por cortes y baja tensión, por que nunca llegó la red formal (a pesar de gestiones) o por problemas en el cableado.

Trabajo colaborativo

Junto a Pelli y Rus, trabajaron en el equipo de la UNNE: Olmedo, María del Rosario; Galvaliz, Sebastián Alfredo; Cerno, Leandro Augusto; Olmedo, Lucía; Pelli, María Bernabela; Cazorla, María Victoria; Díaz, Melisa; Romero Machuca, Matías Pedro; Ledesma, Ezequiel; Noguera, Edgar; Merino, Luis Antonio; Polimeni, Roberto; Echeverría, Gabriel; Lösch Liliana Silvina; Alvarez, Fabrizio.

La Red Vecinal Zona Norte (Corrientes) es organización co-participante del trabajo, y fueron colaboradores: Rosa Blanco; Florencia Ojeda, Gladis Melgarejo de Collantes; Bernabé; Hector Oscar Castillo; Brabo Guerra, Romina de la Cruz; Gamarra, Mauro Benjamín; Fernandez Mafut, Paola; Mirta Alaya, Cristian Lezcano, Zenón López.Rus explicó que los resultados del informe parten de instancias de trabajo que incluyeron reuniones virtuales, revisión de estudios previos sobre la zona y datos censales, recorridas por los barrios y reconstrucción de su historia, entrevistas a sus habitantes para escuchar sus visiones y problemáticas.

En ese sentido, la investigadora resaltó la posibilidad de repensar “de qué manera hacemos Extensión” y abogó por “construir conocimiento junto con actores que conocen el territorio, que lo habitan” desde una perspectiva de investigación-acción participativa para dar cuenta de la complejidad de las problemáticas que atraviesan los sectores socioeconómicamente más vulnerados de Corrientes, en este caso “demostrar cómo se materializan las desigualdades en los espacios urbanos”.

Este trabajo se realizó junto a la Red Vecinal Zona Norte y con activa participación de vecinos y vecinas de la zona.
Este trabajo se realizó junto a la Red Vecinal Zona Norte y con activa participación de vecinos y vecinas de la zona.