Al cumplirse un mes de la guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás, desde la Franja de Gaza se reportaron más de 10.000 muertos, 2.000 desapariciones y 25.000 heridos; mientras que Israel contabiliza 1.400 pérdidas. Radio UNNE dialogó con el analista internacional Alejandro Laurnagaray de Urquiza, que calificó al enfrentamiento en Medio Oriente como “el más importante y más sangriento de las últimas décadas”.
El licenciado en Relaciones Internacionales consideró que si bien Israel actuó en legítima defensa tras el ataque del 7 de octubre, donde también fueron secuestrados 200 de sus civiles, la capacidad de respuesta y el poder de fuego israelí generó asimetrías en el combate que profundizaron la crisis humanitaria en Gaza, calificada como “un cementerio de niños” por parte del secretario general de la ONU António Guterres.
Desde hace cuatro semanas Israel tomó represalias lanzando una ofensiva aérea y terrestre, prometiendo eliminar a la organización político-militar. Desde entonces, Hamás ha seguido lanzando cohetes contra Israel que ha sostenido ataques aéreos contra Gaza, afianzando además el cierre total de la Franja, limitando el acceso a la electricidad y bloqueando el suministro de alimentos. Por ello, organizaciones de ayuda y parte de la comunidad internacional alertan sobre una catástrofe humanitaria en el territorio palestino.
En este sentido, Laurnagaray consideró que la investigación sobre Israel por crímenes de guerra se pone en marcha porque se trata de un Estado regido bajo el derecho internacional, a diferencia de Hamás que no es reconocido como tal. Dijo que el bloqueo, que considera un apartheid de Israel a Palestina, creció por “la deriva ultraderechista que alimentó el conflicto en los últimos años” que encabezó el gobierno de Benjamín Netanyahu, actual primer ministro de Israel; cargo que también ocupó desde 1996 a 1999 y desde 2009 a 2021.
“Estos son los debates que se están dando hoy dentro de Israel, que no tienen nada que ver con el antisemitismo. Históricamente hay una parte de la comunidad judía que quiere una convivencia pacífica y que ha apoyado los procesos de paz que siempre se vieron truncados con la existencia de los dos Estados, y hay otro sector de la población israelí que respalda el accionar del gobierno de Netanyahu”, explicó Laurnagaray.
De igual manera, expresó preocupación por la escalada de antisemitismo; así como el crecimiento a la censura de protestas pro-palestina y que recordó que no implican un respaldo a la organización extremista islamita, que se encuentra activa desde la década de los 80 y que controla la Franja de Gaza desde 2006. En diálogo con la 99.7, el licenciado adelantó que la geopolítica que encabeza Israel es de carácter expansionista y opinó que buscará tomar el control sobre cada vez mayor cantidad de territorio palestino.
Laurnagaray recordó que esta semana el Consejo de Seguridad de la ONU no logró alcanzar un consenso sobre un proyecto de resolución destinado a detener el conflicto, mientras que se agrava el bloqueo impuesto por Israel para hacer llegar ayuda humanitaria a los civiles palestinos, y recordó que ya suman cerca de dos décadas de severas restricciones a la circulación de bienes, lo que contribuyó a generalizar la pobreza y el hambre en Gaza.
«La palabra es deshumanización tanto para Hamás como para las fuerzas armadas israelíes. Han deshumanizado a ambos pueblos en su accionar».
“Esta es una guerra multidimensional, y va a ser muy difícil terminar con Hamás. La respuesta de Israel tiene el aval de los Estados Unidos, y por eso va a avanzar. Creo que la escalada a nivel regional dependerá de la capacidad de negociación” de países como Cisjordania, Irán, Egipto, Arabia Saudita, Qatar, Libia, entre otros, dijo el especialista y sostuvo que el enfrentamiento armado tendrá continuidad según el apoyo que Israel siga cosechando con sus aliados en Occidente.
“Está todo en ebullición. La cuestión de los alineamientos, del petróleo que siempre está detrás, hay un contenido religioso muy fuerte. La palabra es deshumanización tanto para Hamás como para las fuerzas armadas israelíes. Han deshumanizado a ambos pueblos en su accionar. La consecuencia no es otra que la pérdida total del valor de la vida, y lo que estamos viendo es muerte y destrucción”, aseveró Laurnagaray.
Según las autoridades israelíes, Hamás mantiene secuestrados a unos 242 israelíes y extranjeros, entre ellos más de 30 niños. En tanto, en la Franja de Gaza viven más de 2 millones de personas, después de un mes de ataques aéreos israelíes, más de 200.000 viviendas en Gaza habrían resultado dañadas o destruidas. Es decir, aproximadamente la mitad de los hogares en la Franja, según sus autoridades, mientras que 16 de 35 hospitales quedaron fuera de servicio para asistir a las víctimas.