APORTE DE LA CIENCIA A LA HISTORIA LOCAL
Chaco, el primer territorio organizado en la Argentina, «laboratorio» de referencia para los demás procesos de provincialización

 

Se cumplen hoy 72 años de la Ley por la que se declaró provincia a esta parte del país. En uno de sus últimos artículos de investigación, la historiadora María Silvia Leoni repasa el proceso que tuvo un fuerte impulso peronista y una sólida base sindical; y sirvió de ejemplo para otras futuras provincias argentinas.

Este 8 de agosto de 2023, se cumplen 72 años de la provincialización del Chaco. A las 19 horas, en la Casa de las Culturas, se realizará el acto central durante el cual, el gobernador Jorge Capitanich tomará la promesa de Lealtad a la Bandera del Chaco alumnos de cuarto grado; se entregarán reconocimientos a familiares de políticos de esa época y se proyectará el video “Chaco, historia de una provincia”, serie documental histórica que relata, a través de entrevistas a historiadores y protagonistas de los hechos narrados, la evolución y el desarrollo social, político y cultural de la provincia.

A fin de aportar al conocimiento de la historia local y nacional, UNNE Medios consultó a la doctora en Historia e investigadora, María Silvia Leoni y a partir de un artículo científico de su autoría, repasa aspectos destacados del proceso de provincialización. 

“Construcción estatal y participación política en los márgenes  de la argentina: la región chaqueña entre el territorio nacional  y la provincia”, es el nombre del trabajo publicado en RCUB, el portal de revistas científicas especializadas, editadas o coeditadas por la Universidad de Barcelona.

Allí, la investigadora examina las características que presentó el proceso de incorporación política del espacio chaqueño al Estado nacional a lo largo de casi un siglo, primero como territorio nacional y luego como provincia.

“Estudiar el caso del Chaco resulta particularmente interesante, ya que constituyó el primer territorio en ser organizado en la Argentina, y se convirtió en el «laboratorio» que sirvió de referencia para los demás procesos de provincialización que se realizarían posteriormente”, asegura Leoni.

El documento recuerda los cimientos políticos y económicos de la provincialización: “en el caso de la región chaqueña, ubicada al nordeste del país, el gobierno nacional encaró desde 1854 la defensa de la frontera con el indígena”; señala y agrega que “la población indígena —integrada por qom, wichis y mocovíes—, tras ser sometida, se convirtió en la mano de obra para la cosecha del algodón y la explotación forestal, actividades que permitieron la integración del Chaco al esquema agroexportador nacional en el siglo xx”.

A ello se suma la disputa entre Argentina y Paraguay sobre el Chaco boreal y central, y la necesidad de definir con claridad los límites y reafirmar la soberanía nacional. Situación “que se manifestó en la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), que planteó de manera más acuciante la necesidad de ocupar efectivamente la región”. Contexto en el que nació el primer Territorio Nacional. Concluida la guerra, en 1872, el presidente Domingo F. Sarmiento “creó la Gobernación del Chaco —organizada luego por la Ley 576—, que se extendía desde el río Verde, al norte, hasta el arroyo del Rey, al sur, con capital en Villa Occidental —frente a la ciudad de Asunción—, que fuera centro del conflicto”. 

“Esta ley, de carácter provisorio hasta que no se dictara una norma general, establecía las autoridades del territorio y sentaba las bases para su colonización. El gobernador, designado por el Poder Ejecutivo para un periodo de tres años, cumplía funciones ejecutivas, administrativas y militares. Sus principales responsabilidades eran la seguridad, el fomento y la colonización del territorio. Completaban el cuadro los jueces de paz y las comisiones municipales”, reza el texto científico.

“La organización adoptada para el Chaco serviría de modelo para la creación de dos nuevos territorios: Patagonia y Misiones”, asegura Leoni en su artículo que refleja parte del conocimiento adquirido a partir de sus investigaciones de la historia regional. 

Ya en 1884, la ley 1532 organizó definitivamente los Territorios Nacionales como entidades provisorias. El Chaco se dividió en dos, separados por el río Bermejo: Formosa, al norte, y Chaco, con capital en Resistencia, al sur. De acuerdo con la ley, se estableció un criterio demográfico para que los territorios pudieran acceder al rango de provincias: cuando su población alcanzara los sesenta mil habitantes, situación que el Chaco logró en 1920. “Sin embargo, la provincialización se  realizaría  treinta años después”, aclara.

Chaco, un territorio pujante

“Ya  para  1930,  el  Chaco se presentaba ante los ojos del país como un territorio pujante, con un notable progreso demográfico y económico, que lo colocaba por delante de algunas provincias, más allá de los serios problemas de infraestructura que obstaculizaban su desarrollo”, asegura Leoni quien es la directora del Doctorado en Historia de la UNNE. 

 

La actividad productiva se expandía a través del cultivo del algodón y una nueva sociedad —en la que confluían pueblos indígenas, inmigrantes europeos y paraguayos y migrantes de distintas provincias— estaba en constante crecimiento demográfico.

Sin embargo, “con excepción de Hipólito Yrigoyen, los presidentes argentinos no se mostraron favorables a la provincialización de los Territorios Nacionales; prefirieron manejar proyectos de reforma de la Ley 1532, que en realidad apuntaban a retrasar las posibles transformaciones políticas”. 

Se presentaron en el Congreso Nacional proyectos de provincialización y de modificación de dicha ley, pero “no se sancionaría una nueva legislación al respecto hasta la llegada del peronismo al poder”, señala el texto científico.

Las demandas de participación política de actores territorianos también ocuparon un lugar privilegiado en el espacio público nacional.

“La constitución del ciudadano se produjo en el ámbito municipal”, se afirma en el documento. Es que los y las habitantes de las localidades fueron fortaleciendo su participación y entre otras cosas, “solicitaban  reiteradamente  al  gobierno  nacional  la  elevación  al  rango  de  municipios”.

“Fueron constantes las solicitudes de mayor autonomía de la gestión municipal y la no injerencia de los gobernadores en la política municipal”. 

“Las comunas asumieron un papel más activo como representantes de la opinión pública territoriana a partir de la década de 1930”, y una de estas manifestaciones fueron las solicitudes de provincialización elevadas al Congreso Nacional. 

Intentos de provincialización

“Solo hubo tibias manifestaciones favorables a la provincialización por parte de adherentes locales al radicalismo, comentarios que se dieron a conocer a finales de la década de 1920”, agrega el artículo.

También “el esfuerzo del Partido Socialista (que se había dirigido fundamentalmente hacia la obtención de la representación parlamentaria), se reorientó hacia la provincialización en la década siguiente”. 

Sin embargo, “los objetivos de estas agrupaciones no siempre fueron coincidentes”, y “las  diferencias entre los distintos grupos dirigentes locales y la falta de convocatoria en sectores más amplios quitaron fuerza a sus reclamos”.

Otra instancia de participación fueron los Congresos Generales de Territorios Nacionales, en los cuales intervinieron representantes de los municipios, comisiones de fomento y distintas asociaciones económicas, gremiales y culturales. En el Primer Congreso organizado en la ciudad de Buenos Aires en el año 1939, se pidió la inmediata provincialización de La Pampa, Chaco, Misiones y Río Negro. “Finalmente, ninguna de las demandas fue satisfecha. Para fines de la década de 1930, parecían apagarse las expectativas”, asegura Leoni.

El contexto peronista 

En 1945, durante la Primera Reunión Nacional de Municipios, presidida por el vicepresidente Juan D. Perón y organizada por el Consejo Nacional de Posguerra, se propuso tratar, entre otras cosas, una mayor autonomía económica de los municipios. 

“El gobierno nacional intentó trazar un camino progresivo para la autonomía política: la reforma de la Ley núm. 1532, la designación de gobernadores nativos, la representación parlamentaria y la participación en las elecciones presidenciales,  en  respuesta  a  los  pedidos  recibidos  desde  los  propios  territorios,  camino que no llegó a seguirse de manera secuenciada”, señala el documento.

En el Primer Plan Quinquenal, en línea con las propuestas anteriores, “se formuló  el  objetivo  de  llegar  a  la  autonomía  provincial  a  través  del  perfeccionamiento de un poder ejecutivo local, el fortalecimiento del régimen municipal y la creación de legislaturas. “Si bien Perón deseaba extender la participación política y la aplicación del principio de la «comunidad organizada» a todo el ámbito nacional, no se decidía a concretar la autonomía de los territorios”, aclara el artículo.

Chaco, provincia

El primer avance significativo en cuanto a los derechos políticos de los territorianos  se  plasmó  en  la  Constitución  de  1949,  que  los  habilitaba  para  elegir  tanto un presidente como un vicepresidente de la nación, derecho que se ejerció por primera vez en las elecciones de 1951, cuando el Territorio Nacional del Chaco ya había pasado a ser la Provincia del Chaco.

El poder ejecutivo también envió al Congreso un proyecto para la elección popular de los gobernadores y el régimen electoral municipal en los territorios que llegó a ser aprobado por el Senado, aunque luego se abandonó, con el objeto de enfocar el problema en otras cuestiones: en 1951 se sancionaba la ley orgánica de elecciones nacionales, que establecía los delegados de los territorios en la Cámara de Diputados, con voz pero sin voto. “Simultáneamente, eran provincializados dos territorios: el Chaco y La Pampa”.

Pero a lo largo de esos años, “el Congreso había manifestado una constante preocupación por la situación política de los territorios a través de los proyectos de provincialización introducidos tanto por oficialistas como por opositores y de la reiterada alusión al tema en los diversos debates. Y si bien hubo nuevos intentos de algunos sectores bajo el primer peronismo para vincular a los habitantes de los territorios a través de congresos y asociaciones,  estos no alcanzaron  repercusión”.  

“Estudiar el caso del Chaco resulta particularmente interesante, ya que constituyó el primer territorio en ser organizado en la Argentina, y se convirtió en el «laboratorio» que sirvió de referencia para los demás procesos de provincialización que se realizarían posteriormente”, asegura Leoni.

En  1950,  residentes  chaqueños  en  Buenos Aires organizaron un «Gran Congreso Chaqueño», para solicitar la provincialización, pero la iniciativa tampoco tuvo eco. 

“La situación en los territorios había variado, pues la llegada del peronismo al gobierno produjo transformaciones fundamentales  en  la  vida  territoriana,  que  en  el  caso  del  Chaco  llevaron  a  un  desplazamiento de los sectores dirigentes locales por parte de un sector emergente: los dirigentes gremiales”, se destaca en el documento sobre esta particularidad.

“En los orígenes del peronismo convergieron matrices ideológicas, tradiciones y trayectorias políticas diversas. En el Chaco, vemos confluir sectores gremiales, trabajadores  rurales  hasta  entonces  no  agremiados,  radicales,  católicos  sin  participación  política  previa  y  jóvenes  profesionales  en  un  movimiento  con  diversas  vertientes”, se resume.

El impulso sindical

La intensa campaña de los gremios chaqueños y pampeanos en pro de la provincialización, a partir de 1946, se orientó a movilizar a la opinión pública territoriana. Por ejemplo, se realizaron actos en distintas localidades; en cada uno de ellos, se suscribía un petitorio a favor de la provincialización, que se enviaba al presidente Juan Domingo Perón, a su esposa Eva Duarte y al Congreso. 

“Sucesivas delegaciones de La Pampa y Chaco se entrevistaron en varias oportunidades con Perón y la primera dama hasta que obtuvieron una respuesta favorable a sus pedidos. Aunque el sector gremial fue el que actuó más enérgica y organizadamente, en el Congreso se recibían pedidos de provincialización por parte de maestros, estudiantes, municipios y comisiones de fomento”.

Eva Duarte de Perón presentó una nota en el Senado de la Nación el 21 de junio de 1951, como presidente del Partido Peronista Femenino, en la que solicitaba la provincialización del Chaco y de La Pampa, ya que ambos territorios contaban con «recursos propios, como para constituir una unidad económica autónoma; y además, población como para trabajar sus tierras y explotar sus riquezas, y cultura cívica». “Probablemente, el factor determinante fue la acción del sector gremial”, agrega Leoni. 

Días después, el senador Alberto Teisaire presentó un proyecto de provincialización para el Chaco y La Pampa. El despacho fue tratado el 5 de julio de 1951 en la Cámara de Senadores, “integrada  exclusivamente  por  el  oficialismo,  que  apoyó  calurosamente el proyecto con argumentos políticos, económicos y culturales”. 

Entre el 19 y el 20 de julio de 1951, se debatió en la Cámara de Diputados. La principal objeción que presentaron los legisladores radicales, y que ocupó la mayor parte del debate, fue que no se contemplara la provincialización de los demás Territorios Nacionales. Se planteó también el problema de la representación  parlamentaria  de  las  nuevas  provincias  hasta  su  organización  definitiva,  cuestión que entonces quedó sin resolver. 

Finalmente, la Ley 14037 se sancionó el 20 de julio de ese año 1951. Radicales  y  socialistas,  aun  aquellos  que  habían  abogado por la autonomía, recibieron la provincialización como un «regalo» inesperado y descalificaron la medida, al considerar que perseguía fines electoralistas. 

El 8 de agosto de ese año se promulgó la norma; se destituyó a los gobernadores de los ex Territorios Nacionales, quienes, hasta que no se constituyeran las autoridades provinciales, serían reemplazados por comisionados federales. El Chaco -y también La Pampa- ya no eran territorios y avanzaban hacia la organización como provincia.

 

María Silvia Leoni es Profesora y Licenciada en Historia por la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE). Doctora en Historia (USal) y Magíster en Política y Gestión Universitaria por la Universidad de Barcelona. Se desempeña como docente en el Profesorado y la Licenciatura en Historia, y es directora del Doctorado en Historia de la Facultad de Humanidades de la UNNE. Dirige grupos de investigación en el campo de la historia regional, en las áreas de historia política, cultural e historia de la historiografía; es autora de libros, capítulos de libros y de trabajos publicados en revistas especializadas y en actas de reuniones científicas; e integra la Junta de Estudios Históricos del Chaco.

Ha colaborado en colecciones de historia argentina; ha dirigido y dirige tesistas de doctorado y maestría, becarios de la SECyT-UNNE y del CONICET, tesistas de grado y adscriptos a cátedra.

Se desempeñó como Secretaria General de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional del Nordeste. Integra el Comité Académico de la Especialización en Historia Regional de la UNNE. Ha sido Directora del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI-CONICET/UNNE) entre 2011 y 2014; Secretaria de Investigación y Posgrado de la Facultad de Humanidades de la UNNE (2006-2011); directora de la Maestría en Metodología de la Investigación Científica de la UNNE (2010-2016).