SEMANA VERDE
Especialistas de UNNE expusieron sobre el impacto de los desechos plásticos y desafíos para su reducción

 

En el marco de la Semana Verde organizada por la UNNE, se llevó a cabo la jornada «Contaminación por plásticos» en la que un panel de especialistas coincidió en que se trata de una problemática mundial urgente, pero que también requiere acciones a nivel local, regional y nacional. La generación de desechos plásticos se duplicó en dos décadas y sólo el 9% se recicla, por lo que se requiere limitar su producción.

La humanidad produce 430 millones de toneladas de plástico al año, de los cuales 2/3 son productos de corta duración que se convierten en desechos.

Se estima que el mundo está produciendo el doble de desechos plásticos que hace dos décadas y la mayor parte termina en vertederos.

En 2021 se comercializaron 369 millones de toneladas de plásticos en el mundo, lo que representa 18 millones de camiones o se formaría una cola que daría la vuelta 13 veces alrededor del mundo.

Esos son algunos datos que ilustraron la Jornada «Contaminación por Plástico» que fue organizada por la «Cátedra B de Derecho Agrario y Ambiental», y el Departamento de Derecho de la Empresa y Socioeconómico, de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UNNE.

Durante la jornada, cuatro profesionales abordaron distintos aspectos de la problemática, se resaltó la “urgencia” de avanzar hacia acciones más eficaces para controlar el nivel de generación, uso y descarte de los plásticos, que constituyen la mayor parte de los residuos totales.

Dimensión del problema

En primer turno, el Dr. Carlos Aníbal Rodríguez, magíster en Derecho Ambiental y profesor titular de Economía Política (Cátedra B) de la Facultad de Derecho de la UNNE hizo un repaso de la actualidad de la problemática de los desechos plásticos en el mundo y en Argentina.

«El plástico es el elemento que más se usa en la vida de las personas, y el que más contamina» expuso el especialista para dimensionar la relevancia del problema de la contaminación por plásticos.

Señaló que hace más de cinco décadas, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo, Suecia, en 1972, ya alertaba sobre la problemática de acuerdos para la gestión de los residuos, y en la actualidad se está trabajando en la firma de un convenio internacional específico para limitar o reciclar los plásticos, que son uno de los grandes problemas ambientales que influye en el cambio climático.

Indicó que, a medida que el aumento de la población y los ingresos impulsan un aumento implacable en la cantidad de plástico que se usa y se desecha, las políticas para frenar su fuga al ambiente «están quedando cortas».

El plástico y sus números

Entre los detalles brindados por el Dr. Rodríguez, comentó que el material plástico más significativo está vinculado al empaque de productos, que, curiosamente, es el material de más corta vida de uso, ya que usualmente se descarta antes del año de haberse producido.

La mitad de los residuos plásticos del mundo se producen en los países desarrollados, con países como Estados Unidos que tienen un promedio de 221 kilogramos de desechos plásticos generados por habitante, o 114 kilogramos promedio en países europeos de la OCDE, mientras que Japón y Corea tienen un promedio de y 69 kilogramos por habitante.

Sólo el 9% de los desechos plásticos se recicla, 19% se incinera, 50% acaba en vertederos y el 22% restante evade los sistemas de gestión de residuos y se deposita en vertederos no controlados, se quema a cielo abierto o acaba en medios terrestres o acuáticos.

En especial se afectan los cursos de agua, con 30 millones de toneladas de desechos plásticos en mares y océanos y 109 millones de toneladas acumuladas en los ríos.

Los plásticos tienen como principal material a combustibles fósiles, y se estima que aportan el 3,4% del total de emisiones de gases invernaderos.

Existen más de 3.000 sustancias químicas diferentes asociadas a los plásticos y más de 60 caracterizadas como sustancias de alto riesgo para la salud, siendo algunas de ellas persistentes, bioacumulables y tóxicas.

Argentina es uno de los principales generadores de desechos plásticos del continente, con sólo 6% de desechos que se reciclan.

«Los datos exponen la urgencia del tema» expresó el Dr. Rodríguez y reiteró que se apunta a nivel internacional a limitar o erradicar el uso de los plásticos, especialmente los de un sólo uso.

Señaló que se considera que el reciclaje ya no representa una medida suficiente, por lo que necesariamente se deberá alcanzar un acuerdo para reducción en la producción de materiales plásticos.

En particular mencionó a la «educación ambiental» como una acción clave para abordar una problemática de tamaña magnitud. «Cuando tenemos un problema ambiental debemos primero tomar conciencia y eso se logra con educación ambiental. Sin educación ambiental no tenemos conciencia y ahí está la gran batalla».

 

Envases de fitosanitarios 

Posteriormente, la Dra. Roxana Romero, docente de la Cátedra de «Derecho Agrario y Ambiental» (Derecho-UNNE), se refirió a la Ley 27.279 de «Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental para la Gestión de los Envases Vacíos de Fitosanitarios».

Destacó que con esta acción se logra principalmente evitar la manipulación de estos envases con residuos de productos químicos, pero también representa una vía para evitar su descarte sin tratamiento alguno.

Los envases de fitosanitarios representan un grave riesgo para la salud y el ambiente al contaminar las aguas, el suelo y el aire.

Así, los objetivos de la Ley son claros y específicos, y apuntan a garantizar que la gestión integral de los envases vacíos no afecte a la salud de las personas ni al ambiente.

Además, se busca asegurar que el material recuperado de estos envases no sea empleado en usos que puedan poner en riesgo la salud humana o animal o tener efectos negativos sobre el ambiente.

También la normativa nacional aspira a mejorar su gestión teniendo en cuenta las estructuras y métodos preexistentes en cada jurisdicción acorde con el principio de progresividad, así como a dinamizar el procedimiento administrativo de registro y autorización de los sujetos comprendidos en la presente ley, y establecer y definir las diferentes etapas y eslabones comprendidos en la gestión integral de los envases vacíos de fitosanitarios.

La ley determina distintas opciones o jerarquías para la gestión, como ser la prevención en la generación, la reutilización (sólo permitida cuando lo establezca la reglamentación), el reciclado y la valorización.

Se distingue entre los envases vacíos susceptibles de ser sometidos al procedimiento de reducción de residuos y aquellos que por sus características físicas o por contener sustancias no mezclables o no dispersables en el agua no pueden ser sometidos al tratamiento de reducción de residuos.

La Dra. Romero destacó avances que se están dando en Corrientes, que incluso empezó a trabajar en la temática antes de la sanción de la Ley Nacional N° 27.279.

Corrientes tiene tres centros de acopio, el primer inaugurado en la localidad de Lavalle en el año 2013, el segundo en el año 2020 en Bella Vista y el tercero ubicado en Mocoretá que se habilitó en el año 2021.

Entre los años 2019 y 2023, en la provincia de Corrientes se llevan tratados 138.442 kilos de plásticos de envases de fitosanitarios.

La profesional de la UNNE sostuvo que la problemática requiere una articulación entre diferentes estamentos del Estado, pues la Ley Nacional legisla «lo mínimo», las provincias lo «aggiornan» a sus recursos naturales para cuidar tanto el ambiente como a las personas, mientras que también los municipios tienen competencia en el tema.

 

Plásticos y ODS

El tercer expositor fue el Dr. Christian Portaluppi, abogado egresado de la UNNE, especialista en Derecho Ambiental y asesor de empresas agropecuarias, quien se refirió a la contaminación por plásticos y su relación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) constituyen un llamamiento universal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las personas en todo el mundo. En 2015, todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en la cual se establece un plan para alcanzar los objetivos en 15 años.

En esa línea, el Dr. Portaluppi indicó que casi la totalidad de los 17 ODS están relacionados de manera directa o indirecta con los plásticos, lo que refleja la real incidencia que la generación indiscriminada de plásticos produce en el planeta.

El profesional hizo un detalle de cada ODS y su relación con los plásticos, mencionando por ejemplo el ODS 1 «fin de la pobreza» ya que la contaminación con este tipo de material tiene especial incidencia en poblaciones pobres y vulnerables.

De manera directa también se puede considerar la relación con los ODS 3 de «salud y bienestar» por la contaminación de recursos naturales que afectan la salud y la calidad de vida; el ODS 5 de «agua limpia y saneamiento» porque gran parte de los plásticos afectan a los cursos de agua o se acumulan en basurales; y el ODS 11 de ciudades y comunidades sostenibles porque los desechos plásticos aportan gran parte de la contaminación de las ciudades.

También el ODS 12 de producción y consumo responsable porque se requiere de manera urgente reducir la utilización de materiales plásticos en las cadenas productivas y de consumo, en especial los plásticos de un solo uso.

Existe asimismo directa relación con el ODS 13 de «acción por el clima» porque los residuos plásticos tienen directa incidencia en el cambio climático ya que están producidos principalmente con combustibles fósiles.

Los ODS 14 y 15 de «vida submarina» y «vida de ecosistemas terrestres» están vinculados al tema porque los plásticos y micro plásticos flotan en el agua y las especies marinas la consumen, al igual que se afectan otros recursos terrestres.

Una especial relación se puede considerar con el ODS 17 de «alianzas para lograr los objetivos» porque se requieren acciones mediante acuerdo entre distintos niveles, en los planos mundial, nacional y local.

De manera indirecta existe relación con otros ODS como de «hambre cero», el ODS 4 de «educación de calidad» porque la educación ambiental puede ser una herramienta clave para lograr un comportamiento responsable frente al plástico; o el ODS 7 de «energías asequibles y no contaminables» pues reducir los plásticos implicaría reducir el uso de combustibles fósiles en su elaboración.

El ODS 8 de «trabajo decente y crecimiento económico» guarda vinculación con los plásticos porque se puede crear oportunidades de aprovechamiento del residuo plástico y transformarlo en recursos.

«Abordar la cuestión de los plásticos sin duda será un aporte al cumplimiento de los ODS»

En cuanto a la incidencia local de la gestión de los plásticos, señaló que en el caso de Argentina el país enfrenta varios desafíos como la baja tasa de reciclaje; la escasa educación y conciencia ambiental sobre el impacto de los plásticos y a importancia de reducir el consumo; la falta de compromiso de las empresas; y la falta de control y regulación.

«Para abordar adecuadamente esta problemática requerimos de un enfoque integral, que incluya legislación sólida, educación y concientización ambiental con participación empresarial y mayor fiscalización de parte de las autoridades».

 

Economía circular y residuos 

Por último, el Dr. Daniel Denmon, docente de la Cátedra de Derecho Agrario y Ambiental, y además especialista ambiental, se refirió a la economía circular como una nueva forma de pensar la economía con un enfoque de sustentabilidad.

Recordó que la economía circular apuesta a superar el esquema de la economía lineal de «produzco, uso y descarto» y aportar a principios como «el mejor residuo es aquel que no se produce» o «no existen residuos, lo que existe son recursos».

La economía circular va más allá del reciclado y del reuso, porque persigue nuevas formas de producción, pensando en producir bienes que puedan ser reciclados.

Se considera factible rediseñar las formas de producción para que cuando se acabe la vida útil de un producto o bien, el mismo no se transforme en residuo, sino que pueda ser reutilizado.

Señaló que la «economía circular» refiere a todo tipo de residuos, pero especial dimensión toma en el caso de los plásticos, por su gran nivel de producción y por el bajo índice de reciclaje.

Indicó que la sociedad está atravesada por distintos paradigmas de consumo, como el de «crecimiento indefinido» en el que se produce, consume y descarta sin pensar en el ambiente; el de «desarrollo social», principalmente de los Estados, que propicia el desarrollo social pero no necesariamente mirando el impacto en el ambiente, y por último el «desarrollo sostenible» que vincula el crecimiento, el desarrollo social pero relacionado al cuidado del planeta.

«Desde la academia estamos dentro del sistema del desarrollo sostenible, y consideramos necesario seguir enfocando en la educación ambiental para revertir el paradigma del úselo y tírelo» señaló el Dr. Denmon.

«El desarrollo sostenible no es gratis, implica resignar ganancias a las empresas y a los Estados».

Al respecto, señaló que las regulaciones son claves para no dejar librado el cuidado del ambiente a la voluntad de las empresas o los Estados, sino fijar criterios de cumplimiento uniforme.

Reiteró la importancia de la economía circular como herramienta para abordar los problemas de los residuos, pues el planeta está llegando al límite físico de acopio de los residuos.

 «El mundo se está llenando de residuos y gran parte de los residuos son plásticos».