¿Qué representa que el planeta haya llegado a los 8.000 millones de habitantes?

Recientemente se conoció que la población mundial llegó a los 8.000 millones de habitantes. Desde la Cátedra “Geografía de la Población” de la Facultad de Humanidades de la UNNE, opinan sobre la cantidad de habitantes alcanzada, destacando que independientemente de que la población crezca o disminuya, el enfoque debe ponerse en las condiciones de vida que se deben garantizar a las poblaciones según sus contextos socio culturales en los distintos puntos del planeta.

El cálculo del Fondo de Población de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) arroja que el mundo llegó a los 8.000 millones de habitantes y, destaca que las mejoras en salud pública fueron esenciales para alcanzar esta cifra ya que lograron reducir la mortalidad y aumentaron la esperanza de vida a nivel global, en paralelo a una baja en la tasa de natalidad.

Se expone que, si bien la población mundial seguirá aumentando, el ritmo general de crecimiento está disminuyendo.

Para conocer qué significa la nueva cifra alcanzada por la población en el Planeta, UNNE MEDIOS entrevistó a la Dra. Celmira Rey y a la Prof. Erica Gómez, docentes de la Cátedra Geografía de la Población de las carreras del Profesorado y la Licenciatura en Geografía de la Facultad de Humanidades de la UNNE.

Según coinciden, la atención no debe centrarse solamente en el “número redondo” de 8.000 millones.

Además, indicaron que es conveniente reflexionar respecto a la necesidad de identificar y  determinar en qué condiciones viven las poblaciones en términos socioambientales, específicamente en lo relativo al acceso a una adecuada nutrición – con alimentos saludables- acompañado por un entorno propicio derivado de un buen vivir, que implica vivienda digna con cobertura de agua potable y conexión cloacal básica para sostener las mínimas condiciones de salubridad.

Es que la misma ONU reconoce que la humanidad necesita mirar más allá de este registro y cumplir con la responsabilidad de proteger a las personas y al Planeta Tierra, empezando por las más vulnerables.

“La importancia de la población reside en su condición de componente estructural del espacio y, por lo tanto, no debe ser sólo un dato, sino que es prioritario tener en cuenta el contexto en el que viven las poblaciones y desarrollan sus prácticas culturales/productivas para sostener sus modos de vida de acuerdo con ese volumen de habitantes” destacó la Dra. Rey.

Al respecto, manifestó que, a pesar de tener el mayor registro de habitantes de la historia, en realidad el mundo atraviesa un freno en el crecimiento de la población que se espera se vaya agudizando, aunque con fuertes heterogeneidades. Por ejemplo, China presenta en este momento un proceso de decrecimiento en su población.

“Lo importante para el estudio de la Geografía de la Población, más allá de los números absolutos, es que permite analizar distintas cuestiones relacionadas a las distribución, densidad, prácticas e identificación de las personas con el espacio que habitan y, a la satisfacción de sus necesidades básicas, actividades económicas, distribución y acceso a recursos” resaltó por su parte la Prof. Erica Gómez.

Algunos datos

Según datos aportados desde la Cátedra Geografía de la Población (HUM-UNNE), en base a informes de la ONU, había tomado toda la historia humana hasta alrededor del año 1800 para que la población mundial alcanzara los “mil millones” de habitantes, mientras que el segundo “mil millones” se logró en solo 130 años (1930) crecimiento marcado por la Revolución Industrial.

El tercer “mil millones” demandó 30 años (1960), el cuarto mil millones en 15 años (1974), y el quinto mil millones se logró en sólo 13 años (1987). En el año 2011 se alcanzó los7.000 millones de habitantes.

En 1970 había aproximadamente la mitad de personas en el mundo que actualmente, pero como desde la década de 1990 empezó a registrarse una disminución de las tasas de crecimiento de la población, se estima tardará más de 200 años en duplicarse de nuevo.
La tasa de crecimiento anual alcanzó su punto máximo a finales de la década de 1960, cuando rondaba el 2%, y actualmente oscila el 1,05%, y seguirá disminuyendo en los próximos años.

Por lo tanto, la población mundial seguirá creciendo en el siglo XXI, pero a un ritmo mucho más lento en comparación con el pasado reciente.

Movimiento total de la población 

Al respecto, la Dra. Rey, menciona que en términos conceptuales no es conveniente referirse al tema que nos convoca en esta oportunidad, bajo la denominación de “crecimiento”, sino que es conveniente usar el concepto “movimiento total de población”.

El movimiento total de la población incluye el movimiento natural (nacimientos/defunciones), donde también se deben incluir temas referidos al movimiento migratorio (emigración /inmigración). Es decir, se trata de un balance poblacional y, justamente es lo que habilita a hablar respecto a si una población de un determinado y en un tiempo dado, crece, se estanca o decrece.

En cuanto al movimiento total poblacional, a nivel mundial, registra una tasa de recambio de 1,05% anual.

Pero al interior de ese dato hay disparidades como África que tiene una tasa de 2,49%, Oceanía 1,31%, mientras que Europa registra 0,6% y América del Norte 0,62%.

Hasta la fecha, en el mundo los países más poblados son China (1.450.095.070 habitantes), India (1.406.655.333) y Estados Unidos muy atrás (334.781.236) pero los países con mayor ritmo de crecimiento de su población son los africanos y subsaharianos.

Se estima que en 2050 la tasa de recambio será del 0,53% a nivel mundial.

 

Mirada del fenómeno 

La Dra. Rey y la Prof. Gómez reconocen la necesidad de analizar el fenómeno poblacional desde múltiples perspectivas y dimensiones.

Por ello, desde la Cátedra se  realiza un abordaje que toma en cuenta la “dinámica de la población” (cómo se modifica la población, si crece, se reduce o se estanca y a qué ritmo), la “estructura de la población” (cómo se caracteriza la población y los factores que inciden en su comportamiento), la “dimensión territorial” (cómo se comporta la población en interrelación con el territorio) y, la dimensión socioeconómica (cómo las variables económicas y sociales generan diferencias entre los grupos poblacionales, así como en el acceso  a derechos humanos básicos).

“Al analizar la población se busca también entender sus dinámicas, si crece o decrece, su distribución, estructura y demás variables, según cada continente, país y región, pues estos patrones cambian de un lugar a otro y cambian por contextos específicos, históricos, culturales, económicos, coyunturales e incluso ambientales” señaló la Prof. Gómez.

Superpoblación y sobrepoblación 

Para entender la relevancia del número de habitantes que alcanzó el Planeta, la Dra. Celmira Rey aludió a la necesidad de plantear la diferencia entre superpoblación y sobrepoblación.

La “superpoblación” es una cifra referida a un importante número de habitantes de un lugar, mientras que la “sobrepoblación” se considera cuando el número de población en relación al espacio donde desarrollan su existir y que no permite a sus  habitantes, o a parte de ellos,  satisfacer sus necesidades básicas (alimento/agua potable y vivienda digna, por ejemplo), ya sea por falta de disponibilidad o acceso a las mismas.

Japón puede considerarse un país superpoblado, pero no sobrepoblado, mientras que países con menos habitantes y más extensión, por ejemplo algunos países en América Latina pueden catalogarse de registrar superpoblación, por presentar un desequilibrio para satisfacer, según los modos de vida, aquellas necesidades básicas para su subsistencia (como acceso y disponibilidad de alimentos, agua, vivienda con materiales adecuados, educación, salud, vestimenta entre otras).

“El caso más incongruente quizás, sea la República Argentina, ya que contando con recursos alimenticios (demandados por el mercado internacional) de alto nivel nutritivo, con una extensión territorial que admite una interesante diversidad de recursos naturales, importante desarrollo humano, junto a potencialidades de suelo con alto nivel productividad,  “casi el 50% de sus habitantes no pueden acceden a alimentos, así como a otras necesidades básicas que resultan insatisfechas”.

Vale decir, teniendo recursos y escasa población tiene desigualdades que generan una profunda injusticia socioespacial en términos distribución” indicó la docente-investigadora de la UNNE.

Otro concepto, aunque resulte contradictorio a lo planteado precedentemente, es que, al mismo tiempo que hay grupos poblacionales que tienen dificultades de satisfacer sus necesidades básicas, hay otros grupos que detentan el “sobreconsumo”.

Esto implica que en algunas sociedades al interior de cada país o entre países, hay desigualdades muy notorias.

Unos pocos utilizan la mayor cantidad de recursos del Planeta en detrimento de otros muchos, propios de la lógica del capitalismo.

Así, por ejemplo, 15 millones de habitantes de Países Bajos en Europa utilizan la misma cantidad de agua potable que 185 millones de personas en Bangladesh.

“Existe una pérdida ambiental en el balance entre población y recursos. El mundo requiere plantearse cómo hacer para que el valor de población, 8.000 millones de habitantes, sea sustentable, tanto para las personas que puedan tener acceso a todos a servicios básicos, así como para el territorio” sostuvo la Prof. Gómez.

Proyecciones


En el mundo, con diferencias según los países, la proporción de población de 65 años predominará cada vez más sobre la más joven, con una alta concentración en las ciudades y, en la mayoría de ellas, sin la debida  planificación territorial que requieren, por ejemplo aquellos lugares con sobrepoblación.

Una de las aristas que se analiza en materia de sobrepoblación refiere al acceso a la vivienda y, a condiciones dignas de servicios dentro de la misma, como disponer de agua potable.

Como en la mayoría de los países las poblaciones atraviesan marcadas limitaciones para acceder al suelo, por falta de posibilidades económicas concretas, existe una lógica de ocupación irregular que se expresa en asentamientos informales que podrían ir creciendo.

La Dra. Celmira Esther Rey, con su artículo “Modos de ocupación del hábitat bajo la lógica de la necesidad. Su configuración territorial en la ciudad de Resistencia” , estudia la construcción social del territorio poniendo énfasis en la territorialidad que lo considera como un constructo atravesado por procesos no solo económicos sino por otros de tipo ambiental, social, cultural e histórico.

Pone de relieve el papel del Estado con su rol fundamental en la generación o no de espacio urbano. A su vez, propone el abordaje desde la perspectiva académica de indagar los procesos de inclusión/exclusión socio territorial.

Su trabajo empírico lo realiza en el ejido urbano de Resistencia, en particular en algunos asentamientos espontáneos en términos de planificación, o irregulares en función de los aspectos legales.

Se caracterizan por ocupar terrenos sin soporte urbano, es decir, sin los servicios mínimos e indispensables en términos de desarrollo para que las personas vivan con dignidad.

Al final, realiza un análisis crítico a la concepción liberal de la mercantilización de la ciudad que lleva a una distribución diferencial de la ocupación del espacio y en el estudio de caso, describe la forma en que operan estos procesos con sus consecuentes efectos socio-espaciales y sus respectivas configuraciones territoriales.

Ahora bien, si se tiene en consideración el grupo etario (de 15 a 65 años) que compone la Población Económicamente Activa (PEA), integrada por quienes prestan trabajo en actividades primarias, secundarias y/o terciarias (por ejemplo: brindan servicios a la construcción de bienes sociales), es la que más sufre la falta de vivienda y la sufrirá cuando pase a ser población no activa, es decir, cuando sea pasiva (jubilada).

Otro factor de relevancia es el acceso al agua potable (considerado alimento), recurso donde también se evidencian fuertes desfasajes entre países y, a su vez, entre las regiones de un mismo país y, al interior de dichos lugares.

El agua es un bien social relevante y prioritario, aunque muchas veces es subestimado y poco valorado pues se tiene la creencia de su condición de ilimitado. Sin duda, es uno de los desafíos a los cuales se enfrenta la humanidad en el presente -ante un panorama de sequías extremas- y para el futuro. Es inminente la necesidad de asumir con responsabilidad socio comunitaria la toma de conciencia acerca de su relevancia dado su carácter esencial para sostener la vida en la Tierra.

La Dra. Rey comentó al respecto que los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) 2030, representan un compromiso mundial para propiciar la atención a la pobreza, a la disminución del hambre, el acceso al agua y otros servicios básicos.

Al respecto, recordó que en la pandemia se notó la importancia de la accesibilidad a los recursos básicos, pues muchas personas tenían dinero pero no podían acceder a alimentos y otros servicios esenciales, como le ocurre cotidianamente a tantos millones de personas.

“Si no se analiza, reflexiona y no se toman decisiones en términos de políticas públicas referidas a  la sobrepoblación y el sobreconsumo, no es posible llegar a los acuerdos o pactos a nivel mundial para revertir el impacto que estos procesos ocasionan al ambiente y, por ende, a las comunidades humanas.

“No es posible una gobernanza sin interpelar como se acceden y usan los bienes naturales fisicomateriales e inmateriales, si se sigue dilapidando el ambiente, tal como lo observamos en la actualidad”.

Situación en Argentina

Las docentes-investigadoras de la UNNE señalaron que, en cuestiones poblacionales, Argentina está en un periodo de “no recambio, estacionario” de población, pues registra baja natalidad, baja mortalidad y alta esperanza de vida, aunque con diferentes realidades entre provincias, con mayor ritmo de crecimiento en distritos del norte del país.

Ciudad de Buenos Aires y el área central del país, en términos demográficos, se encuentran en un periodo “estacionario”, yendo hacia un perfil poblacional propio de países de Europa, de tipo “urna funeraria” en el cual se va reduciendo la base de la pirámide con escasas proporción de jóvenes en relación el resto de los grupos etarios por ejemplo en edades adultas.

En materia de sobrepoblación, se consolida y agudiza la concentración poblacional del Gran Buenos Aires, con marcada falta de acceso a servicios básicos en muchos núcleos poblacionales.

Si bien la Provincia de Buenos Aires y CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires) son las que menos crecen en población, aún siguen recibiendo pobladores de otras provincias.

Tiempo atrás esa emigración desde el interior se concentraba hacia ocupaciones vinculadas a las fábricas, pero en la actualidad la recepción de nueva población en CABA y Buenos Aires se relaciona con población especializada en ciertos sectores laborales vinculados a servicios.

Las poblaciones en las provincias del interior siguen creciendo en cantidad absoluta, en especial en el noreste y noroeste, aunque a un ritmo menor a décadas recientes.
En términos demográficos, en Argentina la emigración no tiene peso significativo, pero sí la inmigración que sigue llegando al país.

En las últimas décadas los flujos migratorios ingresaron desde países limítrofes con destino a la ciudad de Buenos Aires y Gran Buenos. Mientras queen los años más recientes se observa cada vez más migrantes en las distintas provincias del interior, y además creció el número de inmigrantes provenientes de otros países de Latinoamérica además de los limítrofes.

Según explicó la Prof. Gómez, existe falta de datos estadísticos continuos. Para citar algunos ejemplos: sobre quienes ingresan al país con intención de radicarse. Contar con dicho dato permitiría estudiar mejor a la población de migrantes de Argentina, entre otras dimensiones.

Migración en el mundo

En el mundo la baja tasa de natalidad de muchos países se aspira a compensar con movimientos migratorios.

Pero según comentan las docentes Rey y Gómez, si bien la inmigración está siendo favorable para numerosos países desarrollados que necesitan sumar fuerza de trabajo, también se registran problemas frente al fenómeno migratorio cada vez más restringidos por algunos países con más probabilidades de oferta laboral y, por ende, de desarrollo de proyectos de vida diferentes a los de los países de origen.

Por un lado, se están registrando numerosos conflictos por conflictos entre la población inmigrante y la población “local”, con resurgimiento de xenofobia y discriminación”, como el caso hacia musulmanes, africanos o latino americanos.

Además, un alto porcentaje de inmigrantes se movilizan desde lugares de origen hacia los elegidos como destino, y deben atravesar una serie de conflictos sociales, económicos y/o políticos, por lo que no sólo emigran personas en edad de desempeñarse como fuerza de trabajo hacia países receptores que los requieren, sino lo hacen en grupos, con menores y adultos mayores que no siempre son aceptados.

Ello motorizó la aplicación de “cupos de inmigración” en distintos países, lo que propicia un crecimiento de la inmigración ilegal.

Al pensarse la inmigración como solución al bajo crecimiento poblacional, debe tenerse además en cuenta que la inmigración no es condición suficiente para revertir las bajas tasas de natalidad, pues la 2° generación de inmigrantes adopta pautas culturales de la población originaria (de tener pocos hijos/as, por ejemplo), por lo que sólo se aplaza el problema temporalmente.

Posibles acciones 

Las profesionales de la Cátedra de Geografía de la Población de la (HUM-UNNE), señalaron que, según los últimos informes de los organismos internacionales, se espera que la tasa de recambio poblacional siga bajando en el mundo, por las mayores expectativas de vida y descenso de mortalidad, debido a mejoras en servicios de salud y, también porque las proyecciones indican que seguirá bajando la tasa de natalidad en países no desarrollados.

En referencia a la baja de la tasa de natalidad – por cambios culturales en la “planificación familiar” de tener pocos hijos o ninguno- los indicadores no son suficientes para emitir opinión al respecto pues representan decisiones individuales que responden al deseo de progreso de las mujeres que ameritan estudios de corte cualitativo de mayor profundidad.

Lo que quizás resulte inminente es la necesidad de revertir el proceso de sobrepoblación. Es prioritario contribuir para garantizar que cada habitante viva con todas sus necesidades básicas satisfechas en su territorio y en el marco de prácticas de sus culturas.

Para ello, es necesario la decisión política de los Estados (local, provincial, nacional e internacional) en la difusión, aplicación y ejecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el desarrollo de acciones concretas.

Entre las acciones posibles, y necesarias, se plantea el empoderamiento de las mujeres y la igualdad de género, acceso universal a una educación integral, con  programas de planificación familiar situadas, apostar por las actividades productivas sostenibles en el tiempo y en lugar con las poblaciones que la habitan, acompañada de más justicia socio espacial, al tiempo de promover e impulsar mecanismos internacionales y nacionales para que los flujos migratorios y las condiciones de vida de países de origen y destino se desarrollen en el marco de los derechos humanos.