La sequía prolongada que afecta gran parte del país, en especial el NEA, generará un fuerte déficit de forraje en el periodo invernal, ante lo cual especialistas de la UNNE, Conicet e INTA proponen opciones de manejo en el sector ganadero para abordar esta problemática.
Durante el año pasado el sector productivo enfrentó a inicios de año las consecuencias del déficit hídrico que afectó el crecimiento de los pastizales naturales, situación que luego se agravó debido a los incendios que se registraron principalmente en la provincia de Corrientes.
Ese cuadro de déficit de forraje debido a la sequía, y en menor medida por incendios, se vuelve a repetir este año, con igual o mayor gravedad.
Así, el escenario actual para el recurso forrajero, por sequía, es desolador para la ganadería correntina y a pesar de que las perspectivas climáticas indican una mejora en las precipitaciones, las mismas llegarían en un momento poco favorable para el crecimiento de los pastos.
Esa es la mirada de profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, del Instituto de Botánica del Nordeste (IBONE, CONICET-UNNE) y el INTA-Mercedes en relación a la situación que atravesará la ganadería correntina, que tiene una alta dependencia de las pasturas naturales.
Frente al cuadro expuesto, el grupo de profesionales de las instituciones mencionadas elaboró un plan de “opciones de manejo» del recurso forrajero para el otoño-invierno 2023, con estrategias dirigidas a productores ganaderos de distintos segmentos.
Las propuestas fueron elaboradas por el Dr. Carlos Acuña y el Dr. Alex Zilli, docentes-investigadores de las Cátedras “Forrajicultura” y “Zootecnia” de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, y del Instituto de Botánica del Nordeste (“IBONE”, UNNE-CONICET), junto a los ingenieros Diego Bendersky y Pablo Barbera de la Estación Experimental INTA Mercedes.
«Buscamos aportar pautas de manejo que contribuyan a minimizar pérdidas productivas a causa de la falta de forraje» resaltaron los doctores Acuña y Zilli y recordaron que también el año pasado habían elaborado una serie de recomendaciones similares.
Para este año, se estima una situación similar a la observada en el 2022 en cuanto a la disponibilidad de forrajes durante el invierno, con el agravante de ser el tercer año consecutivo con escasés de precipitaciones, por lo que se requerirán igualmente estrategias para cubrir de manera adecuada la carencia de forraje en los campos naturales.
Para suplir la falta de fibra, se aconseja organizar sistemas de pastoreo comunitario en campos fiscales o disponibles para tal fin (para pequeños productores); y hacer heno de lotes subutilizados y/o del rastrojo de arroz y transportarlo a lugares cercanos.
Asimismo, se recomienda considerar la disponibilidad de fibrilla y cascarilla de algodón, bagazo de cítricos, rollos de rastrojo de sorgo, maíz, aserrín (hay empresas locales que proveen de aserrín para los feedlots); y adecuar el suministro de rollos para hacer más eficiente su utilización (pensar en armar canastos en forma local).
Como estrategia para suplementar el forraje disponible con subproductos de la industria local, se sugiere el uso de semilla de algodón por ser un alimento que aporta energía (mayor al maíz) y proteínas y por tener un costo menor al maíz.
También se aconseja la siembra de especies invernales para generar forraje de buena calidad y aprovechar las precipitaciones que se esperan para el otoño e invierno. Esto implica pensar en especies anuales de ciclo invernal y las zonas y nichos productivos recomendados para su cultivo.
Si bien su rendimiento no será el mismo que en suelos bien preparados, de igual forma será mayor al pastizal natural durante el invierno, y una vez termine su ciclo en primavera el pastizal retomará su crecimiento.
IMPORTANCIA DE LAS MEDIDAS
El Doctor Acuña reiteró que lo propuesto se trata de medidas integrales orientadas a llegar con disponibilidad de forrajes hasta finales del invierno, cuando se espera el inicio del periodo de precipitaciones y adecuadas temperaturas que favorezcan el crecimiento de pasturas para el próximo ciclo productivo.
En tanto, el Dr. Zilli resaltó la relevancia de la decisión a tomar en cuanto a la reducción de las cargas de animales propuestas, que no representa una “descapitalización” de los productores, sino vender las categorías de hacienda de menor valor productivo y que además se pueden reponer más fácilmente.
Tal medida favorecería garantizar la alimentación adecuada de las categorías más productivas, como vacas preñadas y especialmente las terneras jóvenes.
En esa línea, remarcó que las vacas llegaron en estado regular al actual periodo estival, por ello hay que garantizar su buena nutrición, sabiendo que Corrientes principalmente se orienta a la producción de terneros.
Junto a la estrategia de priorizar a las vacas, se requiere también cuidar a los ejemplares más jóvenes, pues estos necesitan una alimentación de mayor calidad (alta digestibilidad y valor proteico) que los ejemplares adultos.
Por otra parte, el Dr. Acuña explicó que un desbalance forrajero además de generar una mala alimentación del ganado también puede provocar la “degradación del tapiz vegetal”, pues se consumen las plantas de mayor valor nutritivo y empiezan a aparecer especies menos valoradas como malezas leñosas, afectado así la disponibilidad forrajera futura.