Estudiantes y docentes de las Facultades de Ciencias Agrarias y Medicina, junto a organizaciones civiles de pequeños productores, llevan adelante con buenos resultados la difusión de prácticas alternativas y saludables de alimentación como alternativas aplicables a las distintas economías domésticas.
Utilizando a la huerta como estrategia pedagógica, este proyecto de extensión universitaria, contribuye de alguna manera a mejorar la calidad de vida de estudiantes, docentes, niños y niñas con discapacidad, productores beneficiarios del Instituto de Cultura Popular (INCUPO), quienes se capacitan en el tema de la producción agroecológica, seguridad alimentaria y alimentación sana.
Bajo el nombre “De la huerta agroecológica a la mesa: producción de alimentos y capacitación nutricional”, este proyecto a cargo de la ingeniera agrónoma Celsa Noemí Balbi, se convierte en un espacio didáctico y educativo en agroecología donde confluyen los saberes de productores, consumidores de alimentos y promotores de la alimentación sana y la nutrición.
“Hay desconocimiento en general de lo significa alimentarse bien y entre la alimentación y los modos de producción”, explica la ingeniera Balbi. Por este motivo, se incorporó estratégicamente al proyecto a la doctora Silvia Gorban de Lapertosa, docente de la Facultad de Medicina como co-directora del proyecto. Su experiencia en educar en los beneficios de una alimentación saludable, sensibiliza acerca de la nutrición necesaria para prevenir determinadas enfermedades.
“Hay desconocimiento en general de lo significa alimentarse bien y entre la alimentación y los modos de producción”
La OMS considera a la salud, como el “estado de completo bienestar físico, mental y social y no la sola ausencia de enfermedad”. En este sentido el aspecto nutricional es uno de los pilares sanitarios más relevantes de la comunidad. En las provincias de Corrientes y Chaco, hay problemas de malnutrición en los niños y cada vez son más evidentes las enfermedades asociadas a la desnutrición y obesidad en la población.
“Los alimentos tradicionales fueron reemplazados básicamente por harinas. En el campo es un poco más fácil acceder a una alimentación un poco más variada, pero en la ciudad hay muy mala calidad nutricional” sostiene la ingeniera Balbi.
En las últimas décadas el sistema alimentario se ha globalizado, y la industria del alimento ha instalado hábitos de consumo que no condicen con las formas culturales e identitarias, y que desaprovechan la riqueza de la producción local de alta calidad alimenticia que se tiene en los territorios y ecosistemas naturales.
Huertas Ecológicas. La ingeniera Balbi describe el proyecto de extensión y sus alcances: “se busca promover el abastecimiento local de alimentos agroecológicos, generando espacios educativos en los que se enseñen prácticas productivas agroecológicas a partir de sus protagonistas”.
Los espacios educativos que menciona Balbi se logran a través de la instalación de huertas agroecológicas en las Facultades de Ciencias Agrarias y Medicina de la UNNE y en el Instituto Terapéutico Educativo Los Girasoles. Allí trabajan junto a docentes y estudiantes de ambas carreras, integrantes de INCUPO, de los Girasoles y otros beneficiarios quienes son capacitados en la importancia de una agricultura regenerativa.
“Debemos sensibilizar a la población en la necesidad de adecuar las dietas alimentarias a los ritmos de la naturaleza impulsando la ingesta de frutas y verduras de estación, favoreciendo el consumo de alimentos producidos localmente respetando las potencialidades de los ecosistemas y con menor uso de plaguicidas”, señala Balbi.
“Debemos sensibilizar a la población en la necesidad de adecuar las dietas alimentarias a los ritmos de la naturaleza impulsando la ingesta de frutas y verduras de estación…”
Las huertas que se diseñaron para el proyecto cuentan con especies hortícolas, frutales, aromáticas y medicinales. “Es una herramienta didáctica fundamental, demostrativas y como espacio de intercambio”.
Capacitaciones. Además de las actividades en campo, los extensionistas realizan capacitaciones grupales sobre temas como: producción de huerta, nutrición, alimentación sana y comercialización en feria franca.
Está planificado además la visita a unidades productivas de miembros de INCUPO en la localidad de Bella Vista, a los efectos de brindar asesoramiento sobre posibles mejoras y el intercambio de experiencias sobre huertos agroecológicos.
Por otro lado, en los Girasoles estudiantes y docentes replicarán estas actividades con niños que asisten a la ONG. “Queremos inculcarles la importancia de una alimentación sana y nutritiva con los frutos de la huerta, estamos convencidos que los chicos son los mejores agentes de comunicación en los hogares”.
Desde lo académico es aspiración de los extensionistas de la Facultad de Ciencias Agrarias lograr la curricularización de esta experiencia. Es decir que pase a formar parte del plan de estudio de las ofertas académicas de la Facultad.