La periodista especializada en temas internacionales Inés Capdevila dialogó con Radio UNNE 99.7 sobre el conflicto social en Irán, desatado tras el asesinato de una mujer a manos de la Policía de la Moral por no usar el hiyab como lo exige el Gobierno.
Se trata de una escalada de protestas contra el régimen encabezado por el conservador Ebrahim Raisi nunca antes vista como consecuencia de la muerte de la joven Mahsa Amini, de 22 años .
“Es una de las mayores oleadas de protestas en Irán y el régimen de los ayatollahs; ahora, al ser tan fuerte, encabezada por un movimiento de mujeres dispuestas a todo para sacarse el hiyab, ¿va a llegar muy lejos? Es muy probable que como los últimos movimientos hace 10 años en Irán terminen siendo reprimidos por un aparato de seguridad más sofisticado del mundo y no derive en una ampliación de los derechos de las mujeres”, lamentó la secretaria de redacción de La Nación.
A su vez, agregó que «los organismos internacionales no intervienen para nada; Irán es uno de los países más alejados de las asociaciones internacionales. El asesinato tiene más que ver cómo los derechos de las mujeres están atrasadisimas en Irán respecto de los hombres y las protestas tienen que ver con el nivel de hartazgo muy marcado».
«Los organismos internacionales no intervienen para nada»
«También hay una situación coyuntural que fue una chispa: el Gobierno iraní cambió de un presidente más flexible con la política de control de hiyab a otro muy estricto. El velo tiene que cubrir todo el contorno de la cara. Y la policía de la moral se transformó hacia una actitud acosadora. Ese giro es un chispazo que provoca la primera caída de fichas de dominó, sin olvidar los 40 años de políticas muy restrictivas», analizó en diálogo con el programa Ciudad Invisible.
«los derechos de las mujeres están atrasadisimas en Irán respecto de los hombres»
Por último, comentó que «el aparato represor del régimen ayatollahs es fenomenal. Escapa a la dimensión de cualquier otro país . Y es muy difícil que caiga, aun con un nivel de ebullición social permanente. Si eso se conjuga con una transición o el gobierno se divide podría darse otro escenario. Los cambios no ocurren por una movilización callejera por más fuerte que sea».