Este trabajo a cargo de un grupo de investigadores del Laboratorio de Investigaciones en Tecnología Ambiental de la FaCENA, fue publicado recientemente en la revista científica Chimestry Research Journal. Sus resultados están en concordancia con el creciente interés por los contaminantes emergentes.
Compuestos de la industria química junto a una larga lista de productos farmacéuticos, se consolidan cada vez más como agentes contaminantes del medio ambiente. Un sector de la comunidad científica tomó a su cargo el seguimiento sobre el destino ambiental de estos productos, centrándose en los procesos de tratamiento de las aguas residuales, en los ambientes acuáticos, y en los lodos de depuración, sin embargo, poco se sabe acerca de su comportamiento en los suelos agrícolas.
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Investigaciones en Tecnología Ambiental (IQUIBA-CONICET) de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE, encabezado por la doctora Nelly Jorge, enfoca su estudio en la “movilidad de contaminantes emergentes en suelos agrícolas de Corrientes”.
Actualmente existe un creciente interés por los contaminantes emergentes, ya que son compuestos de distinto origen y naturaleza química, cuya presencia en el medioambiente o sus posibles impactos, han pasado inadvertidas causando problemas ambientales y de riesgo para la salud.
Casualmente el último trabajo publicado por el equipo de la doctora Jorge es el referido al seguimiento de un herbicida ampliamente utilizado en cultivos de arroz en diferentes zonas de la provincia, el Ácido 2-metil-4-clorofenoxiacético (MCPA).
Los resultados de la investigación publicada en la Chimestry Research Journal dan cuenta que el MCPA se adsorbe fuertemente al suelo. La tierra mostró una sorción rápida de MCPA y una capacidad de sorción teórica de aproximadamente 1,3 g MCPA/g de sorbente (superficie activa).
El concepto de sorción es bueno traerlo en esta circunstancia y se trata de «la incorporación de una sustancia en un estado a otro de un estado diferente». En el caso del plaguicida, sus moléculas pueden ser adsorbidas o retenidas por coloides presentes en el suelo, arcilla y materia orgánica.
Ahora bien, la adsorción del MCPA está informando, que el suelo retiene gran parte del herbicida y allí se degrada por acción de la actividad microbiana. Los resultados mostraron además que la sorción del herbicida por el suelo, sugiere la no contaminación de las aguas subterráneas.
Los resultados mostraron además que la sorción del herbicida por el suelo, sugiere la no contaminación de las aguas subterráneas.
Para llegar a estas conclusiones, se realizaron estudios de cinética de adsorción del MCPA en un suelo de cultivo de arroz en función del tiempo y de la temperatura. Los resultados de esos estudios brindan un valor que se denomina tasa de adsorción del herbicida en el suelo, que tiene la misma forma que cualquier proceso químico y que posibilita conocer los efectos del transporte (del herbicida) y su persistencia en la zona del cultivo.
Puntualmente el equipo de la doctora Jorge determinó, en el caso de esta última variable, que la máxima persistencia del herbicida en el suelo es de 2 meses.
La influencia de la temperatura en la cinética de adsorción de plaguicidas así como la obtención de los parámetros cinéticos y su ajuste a modelos matemáticos es de mucho interés. La metodología y los resultados obtenidos aquí se pueden utilizar para predecir el comportamiento de los procesos de adsorción bajo diferentes condiciones ambientales.
Los suelos utilizados en el estudio provienen del sitio cercano al área de siembra de arroz de Mercedes y es del tipo Argiacuol (arcilloso fino). Las muestras fueron tomadas en el invierno de 2016 a diferentes profundidades para diferenciar las zonas afectadas por el trabajo del suelo.
Con los resultados de la investigación en la mano, la doctora Jorge deja abierto el camino para indagar sobre el efecto del uso de otros contaminantes, ya sean herbicidas o fármacos. “La pregunta inmediata es, conocer qué riesgos estamos enfrentando al utilizar aguas procesadas que aún mantienen cierto porcentaje de contaminación y qué papel juegan la agricultura y ganadería como fuentes de contaminación difusa de pesticidas y antibióticos, respectivamente”.