Investigación comprueba efecto antiinflamatorio de extracto etanólico del Laurel Amarillo

En el marco de una línea de investigación orientada a aportar valor científico a la medicina tradicional, un equipo de investigadores de la UNNE y CONICET comprobaron el efecto antiinflamatorio del extracto de Nectandra angustifolia, más conocida como “Laurel Amarillo” y ampliamente utilizada en la medicina popular en América del Sur.

 

El uso de plantas en forma de extractos crudos, infusiones o emplastos es una práctica muy difundida en el tratamiento de patologías asociadas a la inflamación en América del Sur.

La investigación científica de las plantas utilizadas en la medicina tradicional es un tema de creciente interés como forma de identificar nuevos agentes antiinflamatorios que eviten los efectos secundarios que pueden ocurrir al usar varios antiinflamatorios comerciales a largo plazo.

En ese contexto, el potencial del uso de plantas del nordeste argentino para la bioprospección de principios activos en biomedicina dio lugar al desarrollo del proyecto “Agregado de valor a biomasa del NEA rica en polifenoles. Evaluación de sus efectos benéficos para la salud y modelado sobre blancos moleculares”.

Se trata de una iniciativa aprobada por la Agencia Nacional de Promoción de Ciencia y Tecnología y complementado por la línea del “PUE CONICET”.

Dentro de esa línea de investigación, se llevó a cabo un estudio específico para evaluar la actividad antiinflamatoria del extracto etanólico de Nectandra angustifolia, “Laurel Amarillo”, “Laurel de Río” o “aju’y hû”, una planta nativa que se encuentra en América del Sur y de conocida uso con fines medicinales.

Este trabajo fue realizado de manera conjunta por el “Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas” de la Facultad de Medicina (LIBIM), liderado por la Dra. María Victoria Aguirre, y el “Laboratorio de Productos Naturales”, a cargo de la Dra. Ana María Torres, ambos laboratorios integrantes del Instituto de Química Básica y Aplicada del Nordeste Argentino (IQUIBA-NEA- UNNE-CONICET).

Para el estudio se obtuvieron y caracterizaron componentes bioactivos a partir de un extracto etanólico de Nectandra angustifolia (Laurel amarillo), en relación con su fitoquímica, comprobándose actividad antiinflamatoria en modelos in vitro e in vivo.

“El estudio muestra por primera vez que el extracto etanólico de Nectandra angustifolia tiene un alto contenido de flavonoides y que posee propiedades biológicas antioxidantes y antiinflamatorias como lo demuestran los análisis multiparamétricos de ensayos in vitro y un modelo in vivo de inflamación” destacan los investigadores.

Los hallazgos fueron publicados en la revista “Journal of Ethnopharmacology”.

En el marco de este trabajo se destacan los aportes del bioquímico y tesista Leandro Adrián Ferrini; del Dr. Juan Pablo Rodríguez, de la Dra. Gabriela Olea y del Bioq. Juan Pablo Melana, pertenecientes al Laboratorio de Investigaciones Bioquímicas (LIBIM) de la Facultad de Medicina, y del Dr. Gonzalo Ojeda y de la Dra. Gabriela Ricciardi, pertenecientes al Laboratorio de Productos Naturales “Ing. Armando Ricciardi”.

 

EL LAUREL AMARILLO

Según se detalla en la publicación de los investigadores de UNNE y CONICET, “Nectandra angustifolia (Schrad.) Nees & Mart.” es una planta nativa que se encuentra en América del Sur, predominantemente en el Noreste de Argentina, Brasil y Uruguay.

Es una especie ampliamente utilizada en medicina popular por los habitantes de la región como digestivo, purgante, antiespasmódico y para el tratamiento del reumatismo, la artritis y el dolor.

Además, los habitantes locales usan las hojas para mejorar los efectos inflamatorios locales causados por las mordeduras de serpientes venenosas.

Pese al difundido uso de esta planta con fines medicinales, ni la caracterización química de su extracto ni sus propiedades biológicas habían sido reportadas por pruebas biológicas in vitro.

 

PERSPECTIVA DE LA INVESTIGACIÓN

En tanto, respecto a las perspectivas de la línea investigativa sobre plantas utilizadas en la medicina tradicional, la Dra. Aguirre consideró que “la misma resulta de fundamental importancia para proveer de bases científicas que validen el uso ancestral de la etnofarmacología regional y sus posibles aplicaciones biotecnológicas”.