El reconocido médico pediatra social, docente universitario, educador popular, autor de libros y ensayos, y conferencista que cuenta con una larga trayectoria en la defensa de los Derechos Humanos, fue distinguido por su gran aporte tanto en la Universidad Nacional del Nordeste como en la comunidad toda. En un acto que se llevó adelante el lunes 29 de noviembre en la sede de la Facultad de Humanidades, se hizo entrega de este reconocimiento al director de la Cátedra Libre de Derechos Humanos y Participación Ciudadana de la UNNE, que cumplió 10 años.
El vicerrector de la UNNE Mario Urbani y la vicedecana a cargo del decanato de la Facultad de Humanidades de la UNNE, Analía Silvia García y docentes de la cátedra libre, encabezaron el acto de manera presencial; y el actual ministro de Educación del Chaco y ex decano de la Facultad de Humanidades, Aldo Lineras, lo hizo de manera virtual.
“Queremos agradecer a Norberto por aceptar esta distinción y recordarnos con el ejemplo de la necesidad de comprometernos críticamente con la realidad para poder cambiarla”, dijo la vicedecana de la Facultad de Humanidades al tomar la palabra. “Para nuestra facultad es una verdadera satisfacción ser sede de una distinción tan singular al doctor Norberto Liwski”, aseguró y recordó que se designa Profesor Honorario a personalidades o eminencias que, de forma desinteresada, acrediten aportes científicos, docentes y de contribución a la cultura. Resaltó además que en el caso de Liwski, sus roles como médico pediatra social, educador popular y docente universitario, entre otros, “expresan un profundo compromiso con la sociedad, no solo desde la conciencia y la sabiduría, sino desde una trayectoria de defensa de los Derechos Humanos que se remonta a su juventud”.
El vicerrector Urbani también agradeció a Liwski por todo lo que hizo a lo largo de su trayectoria y por su compromiso social. “Para mí y para la universidad es un orgullo poder distinguir a Norberto Liwski con el título de profesor honorario”, dijo en tanto Lineras.
La designación de Liwski como Profesor Honorario se formalizó a través de la Resolución 846/19 del Consejo Superior de la Universidad Nacional del Nordeste, que fue aprobada por unanimidad. Dentro de los logros de Liwski se destacaron la fundación y presidencia del Comité para la defensa de la Salud, la Ética y los Derechos Humanos, su militancia en la asamblea permanente por los Derechos Humanos, su trabajo para reestablecer vínculos interrumpidos por la dictadura cívico militar, que haya sido miembro presidente del Comité por los Derechos de los Niños de Naciones Unidos (2003-2007), presidente de Defensa de Niños y Niñas Internacional sección Argentina, director del Observatorio Social Legislativo de la Cámara de Diputados de Buenos Aires (2009-2015) y docente de grado y posgrado en universidades públicas.
Cátedra Libre de Derechos Humanos y Participación Ciudadana
Liwski además, es el profesor responsable de la Cátedra Libre de Derechos Humanos y Participación Ciudadana, que coordina desde sus inicios, en el año 2011. Actividad que desarrolla de manera ad honorem. Al recibir el título de profesor honorario agradeció a la UNNE y destacó que “una perspectiva de Derechos Humanos requiere no solo de un espacio académico específico, sino un modo de interpretar la vida institucional y particularmente la vida en democracia”.
Contó que inicialmente se había conformado un Observatorio de Derechos Humanos y Participación Ciudadana dentro de la universidad y que se detectó la necesidad de contar con un espacio de formación y ahí es donde nació la cátedra libre, que cumplió ya una década. “Los pueblos descubrieron que no había vida democrática sin respeto a los Derechos Humanos y que a la inversa, cuando se violan sistemáticamente los derechos humanos, se sepulta la vida democrática”, destacó el Profesor Honorario.
“Esas situaciones que hicieron lesionar la vida universitaria, tuvieron siempre la pretensión de cortar los vínculos entre la universidad y su pueblo. Cada etapa de reconstrucción democrática implicó también la reconstrucción de la vida universitaria”, señaló durante su discurso.
Remarcó la necesidad de fortalecer estos espacios frente a un escenario que sacude al mundo por la pandemia de COVID-19 y destacó que la universidad haya podido encontrar los recursos para no interrumpir los vínculos con la sociedad y sus alumnos. “Las universidades nacionales han resistido a todo tipo de situaciones y hemos sabido ponernos de pie todas las veces que sean necesarias para que no se perdiera el rumbo”, resaltó.
“Nada de esta historia puede mirarse fuera de la clave de Derechos Humanos, que pone la dignidad del hombre por delante de cualquier otra circunstancia”, aseguró Liwski.
Liwski remarcó además que “la universidad debe favorecer el conocimiento y ejercicio de los derechos y conectarse en los problemas cotidianos de la ciudadanía para brindar herramientas”.
“Se vuelve necesaria una Cátedra de Derechos Humanos cuando los contextos nacionales e internacionales, de los últimos tiempos, están mostrando el surgimiento de tendencias que renuncian al respeto de los Derechos Humanos y por lo tanto renuncian al respeto a la diversidad, al disenso a que las voces se escuchen, se vuelven antiderechos”, afirmó.
Una década por los Derechos Humanos
La Cátedra Libre de Derechos Humanos de la UNNE cumple 10 años y durante el acto en que su coordinador recibió esta importante distinción, repasó datos que reflejan no sólo la importancia sino también el interés que sigue despertando este espacio. “Cuando comenzamos en el 2011 se habían inscripto en la primera edición del curso anual 240 alumnos y concluyeron 95. En plena pandemia, con muchas adversidades, se inscribieron este año 260 estudiantes y concluyeron con la entrega de su trabajo final integradores más de 80 alumnos”, comentó Liwski.
Además, rescató que quienes pasaron por el espacio son profesores de la UNNE, alumnos, ex-profesores, referentes sociales. “La convocatoria atrae el interés de amplios sectores de la vida universitaria y de la vida social, y cuando se conecta este espacio con la realidad de los sectores más golpeados por la desigualdad y la pobreza, que hoy naturalmente es un tema de Derechos Humanos, podemos brindar acompañamiento, asistencia, información y capacitación”, señaló.
Este reconocido defensor de los Derechos Humanos aseguró que “la vida colectiva de la universidad fue abrazando espacios de Derechos Humanos y la cátedra fue animando esa decisión”.
“Creo que estamos cumpliendo 10 años de la reafirmación de un principio que la universidad ya no va a abandonar”, afirmó finalmente y consideró necesario profundizarlo a partir de más recursos “que estén en relación directa a la potencialidad que tiene la cátedra y el observatorio de Derechos Humanos, como un espacio articulador de los distintos espacios de la universidad, garantizando que todos los egresados se hayan detenido en algún momento a pensar su profesión en clave de Derechos Humanos”.