Un estudio de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE estimó la incidencia en niveles de confort térmico-acústico que tendría la implementación de sustratos con vegetación en techos y paredes de sistemas constructivos característicos de la región nordeste. En todos los casos estudiados los sustratos ayudan a alcanzar niveles óptimos de confort.
Las “envolventes” constituyen la piel de los edificios, como techos o paredes, a través de la cual los edificios realizan su intercambio energético entre el ambiente interior y exterior, siendo de esta manera moderadoras ambientales.
El uso desde una perspectiva ecológica de las envolventes en la construcción, mediante la implementación de sustratos verdes en techos y paredes, resulta relativamente reciente, considerando que su adecuado diseño es la principal herramienta para disminuir el consumo energético y lograr de forma sustentable condiciones de confort en los espacios.
En la región nordeste de Argentina es muy limitada la implementación de “envolventes verdes”, y en los casos que se observa su utilización, se los hace con fines estéticos o paisajísticos, pero no como una herramienta de optimización ambiental-constructiva.
Desde la Facultad de Arquitectura de la UNNE se viene promoviendo el uso en la región de tecnologías constructivas más amigables con el ambiente.
En esa línea, recientemente se llevó a cabo un estudio para calcular la incidencia que tendrían las paredes y cubiertas verdes en dos sistemas de construcción muy usados en la región como son mampostería de bloques de hormigón y cubierta plana de losa de hormigón.
En el estudio, mediante cálculos aplicados y en base a las normas IRAM 11.601 y 11.605, se estimó primero el grado de transmitancia térmica y acústica de sistemas constructivos propios de la ciudad de Resistencia-Chaco, y de la región, y luego se calculó el desempeño tras la aplicación de sustratos con vegetación en techos y paredes.
“Todas las mediciones demostraron la incidencia de los sustratos verdes para alcanzar niveles de confort térmico-acústico de edificaciones” resaltó Florencia Galizzi, autora del estudio que cuenta con la dirección de la Dra. Arq. Claudia Pilar y la Co-dirección del Arq. Daniel Vedoya.
El proyecto se lleva a cabo en el Instituto de Investigaciones Tecnológicas para el Diseño Ambiental del Hábitat Humano (ITDAHu) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la UNNE (FAU).
El estudio fue presentado en la «XXVI Reunión de Comunicaciones Científicas y Tecnológicas de la UNNE» y fue distinguido como Mejor Trabajo de Becario de Pregrado en el área de Ciencias Tecnológicas.
RESULTADOS DEL ESTUDIO
Según lo observado en el estudio, en los tradicionales cerramientos verticales de mampostería de bloques de hormigón para verano e invierno se cumplía con el Nivel C de la normativa de eficiencia energética, nivel mínimo de confort, mientras que al aplicar el sistema hidropónico verde se halló un valor que cumple con el Nivel A, el recomendado de acondicionamiento térmico.
El elemento encargado de hacer la diferencia es la capa de sustrato y vegetación, que por su baja conductividad térmica aumenta la resistencia total del cerramiento.
En el caso de los techos, según los cálculos, en las cubiertas planas de losa de hormigón el valor hallado en verano no cumplía con niveles de confort térmico y en invierno cumplía con el nivel B (nivel medio de confort). Pero al aplicar el “techo verde extensivo” se halló un valor que cumple con el nivel A de máximo confort en ambas estaciones.
Respecto a la aislación acústica, el primer cálculo de mampostería de bloques de hormigón arrojó una aislación acústica del 80%, mientras que al aplicar el sistema hidropónico se mejora el aislamiento cubriendo el 100% de lo requerido. El elemento encargado de hacer la diferencia es nuevamente la capa de sustrato.
LOS SUSTRATOS VERDES
El sistema hidropónico vertical está formado por una estructura de perfilería de aluminio, una capa impermeable, sellante, membrana de distribución y sustrato proyectado con una mezcla de semillas.
El techo extensivo consta de una lámina impermeable sobre el soporte; una capa antirraiz geotextil; una capa drenante; una capa filtrante y absorbente geotextil; y el sustrato con acabado vegetal.
VENTAJAS PARA LA REGIÓN
Galizzi comentó que en el estudio se aplicaron dos modelos de sistemas de sustratos disponibles en el mercado, no obstante existen distintas alternativas que podrían utilizarse.
En ese sentido, resaltó que justamente uno de los objetivos del proyecto es dar a conocer las ventajas higrotérmicas-acústicas dada la baja aplicación en el contexto regional.
Detalló que las envolventes verdes además de la reducción de consumo energético y mejora acústica de las edificaciones, también aportan beneficios estéticos, ecológicos, urbano-paisajísticos, y se constituyen en una innovación tecnológica para la remodelación y rehabilitación energética de obras.
“La intención es demostrar las numerosas ventajas de estos sistemas, tanto para los profesionales de la construcción como para la sociedad en general”.
La autora del estudio sostuvo que muchas veces se considera que la vegetación trae aparejado problemas de humedad o suciedad en las edificaciones, sin embargo los sistemas utilizados de sustratos y vegetación para envolventes garantizan que no existan dichos inconvenientes.