La Facultad de Odontología de la UNNE, con asesoramiento del INTI, está próxima a poner en funcionamiento un taller textil de confección de kits de bioseguridad contra el Covid-19 para la atención odontológica. A futuro, podrían abastecer también de elementos de bioseguridad contra el virus a otras ramas de la salud.
«La odontología es la disciplina más vulnerable en el contexto de la pandemia, por lo venimos a dar una respuesta desde el compromiso social universitario», coincidieron autoridades de la Facultad de Odontología de la UNNE al presentar los avances del proyecto de montaje en esa unidad académica de un taller textil para la fabricación de kits de bioseguridad para la práctica odontológica en prevención del Covid-19.
Se trata de un proyecto aprobado en el marco de una convocatoria del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación para el financiamiento de proyectos tecnológicos y sanitarios de PyMEs, emprendedores y universidades para mitigar los efectos de la pandemia por el COVID-19.
El proyecto de la Facultad de Odontología de la UNNE fue presentado a la convocatoria en el mes de junio de 2020, aprobado en septiembre, y actualmente se está realizando la última etapa de montaje del taller de elaboración de los kits de bioseguridad, que funcionará en el Sector de Clínicas de la FOUNNE.
En ese sentido, las autoridades de la Facultad dieron a conocer los avances de la propuesta y estimaron que el taller podría entrar en funcionamiento en el mes de abril próximo.
En el taller se elaborarán distintos elementos de bioseguridad, como vestimentas, barbijos, compresas y mangas de protección de equipos, entre otros.
Los kits se destinarán a atender la demanda interna de la Facultad para sus actividades académicas, de investigación y servicios, y también se planifica cubrir las necesidades de los profesionales de la odontología en su actividad privada.
No se descarta, en posteriores etapas, poder proveer de elementos de seguridad a otras ramas de la salud.
PERTINENCIA DEL PROYECTO
«En la pandemia por el Covid-19 una de las ciencias más afectadas y de mayor vulnerabilidad, tanto en la enseñanza como en la práctica de la profesión, fue la odontología» señaló la Decana de la Facultad de Odontología de la UNNE, doctora María Adelina Guiglioni, para graficar la importante del proyecto de instalación del taller de fabricación de kits de bioseguridad contra el Coronavirus.
Sostuvo que ante esa realidad, la Facultad, por el compromiso social que la caracteriza, estuvo atenta las necesidades de la disciplina y consideró propicio participar de la convocatoria del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación para proyectos de abordaje del Covid, con la propuesta de instalación de un taller para fabricar elementos de protección contra el virus.
Así, mediante la articulación de distintas áreas de la facultad se conformó un grupo de trabajo que presentó el proyecto ante el organismo nacional, logró la aprobación del mismo, y en los últimos meses se abocó a la compleja tarea de preparación y acondicionamiento del taller.
«Creemos que será una tarea beneficiosa para la facultad pero también para toda la comunidad de ciencias de la salud» consideró la Decana.
NUEVA BARRERA SANITARIA
Por su parte, el Dr. Roque Oscar Rosende, Vicedecano y director del proyecto, recordó que desde el año 2006 la Facultad de Odontología viene haciendo uso de equipamientos de «barrera sanitaria», con elaboración de kits de bioseguridad para prevención de enfermedades «infectocontagiosas cruzadas», protegiendo al profesional y los pacientes.
En base a dicha experiencia, ante la situación de la pandemia, que tuvo a la odontología como una actividad de alta vulnerabilidad, se planteó la necesidad de una nueva barrera sanitaria para contener el pasaje de un virus, el Covid-19, que es un que es un microorganismo más lábil de los que se conoce.
Por ello, entre otros requerimientos, se consideraba apropiado por ejemplo un gramaje de tela superior, de más calidad, en los equipos de protección que se venían utilizando, así como la confección de otros elementos para incrementar la protección en la práctica odontológica.
«La odontología es la disciplina más vulnerable en la pandemia, porque el virus permanece en la boca durante los primeros diez a catorce días» señaló el director del proyecto en relación a la relevancia de las medidas de seguridad para la práctica de la odontología.
En ese aspecto, explicó que el lugar donde se encuentra el mayor riesgo es la cavidad bucal, que justamente es el ámbito de trabajo de los odontólogos. Asimismo, la distancia del trabajo, de la porción visual del individuo para el profesional, no excede los 40 centímetros en la odontología y además se trabaja con una serie de elementos que generan flujos, con uso de turbinas o micromotores, lo que aumenta aún más el riesgo.
«En estas condiciones, de pandemia, creímos necesario comenzar a trabajar en una barrera de seguridad de mayor calidad de la que veníamos utilizando» reiteró el Dr. Rosende.
El proyecto del taller de kits de bioseguridad para demanda odontológica es realizado conjuntamente con el INTI que tiene a su cargo el aporte técnico, y coordinará la formación de recursos humanos, y las probanzas clínicas de calidad de la producción.
Una parte del kits de protección a fabricarse, como la vestimenta y barbijos, son comunes para todos los profesionales de la salud, pero una parte especial, que son los kits quirúrgicos, serán exclusivos para la odontología, pues cuentan con una serie de compresas que se colocan en la mesa quirúrgica que se utilizan como barrera y dejan al descubierto únicamente el orificio bucal.
Además se fabricarán algunos elementos como eyectores de salivas y mangas de protección para turbinas y otros equipos serán exclusivos para la atención odontológica.
El kit contará con botas, camisolín, gorro y barbijo. Además se agregan guantes, eyector de saliva, compresas de mesa auxiliar, de mesa quirúrgica, y una compresa de campo que es segunda barrera sobre el paciente que deja solo expuesta la cavidad bucal.
En la confección de los elementos se usará tela hidrorepelente con gramaje de 70 gramos.
El vicedecano Rosende explicó que al no estar finalizado el montaje del taller no pueden precisar estimaciones de la producción, pero para dimensionar su importancia dio a conocer que sólo la máquina de confección de barbijos produce 40 barbijos por minuto, que son realizados en tela hidrorepelente y con sujetadores elásticos.
Detalló que normalmente para las actividades de grado, posgrado, servicios y del hospital odontológico, la Facultad tiene una utilización estimada de 13 mil kits de bioseguridad anuales, por lo cual en el actual contexto de pandemia se superará esa producción para abastecer al sector interno y se podría abastecer a sectores externos.
«Una vez avanzada la producción del taller se definirán con mayor precisión los mecanismos de distribución» expresó.
Adelantó que en forma paralela a la instalación del Taller, están trabajando en otro proyecto de elaboración de “barbijos tri-capas” con una sustancia inhibidora del virus que es la Quercetina. «Se están haciendo las probanzas clínicas, y ya se realizó la formulación del producto y la estabilización de la formulación en una tela».
El Vicedecano agradeció al equipo de la Facultad de Odontología involucrado en la iniciativa del Taller, y acotó que «es una muestra más del trabajo en conjunto de los distintos integrantes de la facultad» y además evidencia que no sólo interesa la protección del personal dentro de la unidad académica sino de toda la comunidad.
Reiteró que si bien se piensa en los profesionales de la odontología como destinatarios de los kits en una primera etapa, no descartan poder abastecer también a otras ramas de la salud.
VINCULACIÓN Y TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA
En el marco del proyecto, la Subsecretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNNE, dependiente de la Secretaría General de Relaciones Insterinstitucionales (SGRI), se encargó de recepcionar la convocatoria de proyectos del Ministerio de Desarrollo Productivo e invitó a las unidades académicas de la Universidad a participar.
La FOUNNE rápidamente respondió y a partir de allí se pusieron en marcha todos los mecanismos de la SGRI y documentación para la presentación del proyecto ante la UNNE.
Una vez aprobado el proyecto, se recibieron los fondos que se transfirieron a la FOUNNE para su ejecución final. Actualmente tanto la Subsecretaría como la Facultad siguen comunicadas en cuanto a los temas administrativos concernientes al proyecto.
COMPROMISO INSTITUCIONAL
Sobre la relevancia del proyecto, la Dra. Alina Peláez, Secretaria de Investigación y Desarrollo de FOUNNE, señaló que la iniciativa integró distintas áreas de la facultad, y desde sus inicios se contó con el apoyo y asesoramiento del INTI, que además se encargará del control técnico del proyecto y la capacitación del personal destinado al taller.
«La Facultad necesitaba reforzar las barreras de bioseguridad para la comunidad académica, docentes, alumnos, no docentes y pacientes de los servicios de la Facultad, pero se consideró también propicio pensar en los profesionales en general» expuso.
Indicó que actualmente están recibiendo los insumos y equipamientos para el taller y se están adecuando las instalaciones eléctricas, controladas por el INTI, así como se está definiendo la disposición de los equipos dentro del taller.
De no mediar inconvenientes, para el mes de abril podrían iniciar la producción de los kits de bioseguridad.
Por su parte, el escribano Félix Delgado, responsable del Área de Vinculación y Transferencia de FOUNNE, repasó las numerosas gestiones que demandaron la elaboración y presentación del proyecto, así como las tareas para la instalación del taller.
Posteriormente, comenzó la tarea de articulación de las compras de equipos e insumos, y en paralelo la asistencia del INTI a través de los ingenieros Mario Jarzinski y Emilio Scozzina.
Actualmente, se está armando el taller, que demanda readecuar condiciones de instalaciones eléctricas y de aire, entre otras especificaciones técnicas de infraestructura.
El taller contará con una máquina confeccionadora de barbijos, y de tira laterales de barbijos, y máquinas cortadoras de tela de 10 y 12 pulgadas que posibilitará un corte rápido y un grosor de tela importante, lo cual facilitará el proceso de pre-ensamblado para que las máquinas de ultrasonido peguen los equipos confeccionados.
Explicó que las máquinas, al ser de ultrasonidos, no son como las máquinas de coser comunes, y no perforan la tela sino que la pegan. Fue un requerimiento del INTI para que no haya posibilidad de filtración de ninguna partícula del virus, pues al pegarse la tela se evita la filtración del virus.
La tela es SMS, hidrorepelente que, respecto a los kits que se venían usando, refuerza la impermeabilidad.
En el taller trabajarán 18 personas, con 9 máquinas de coser y otros equipamientos, siendo todo el personal capacitado por el INTI.
El INTI además certificará la autenticidad del gramaje de la tela, para lo cual se compró una balanza especial de precisión para el pesado del gramaje de la tela.
También el INTI hará una certificación sobre la medición de permeabilidad de la tela, para confirmar que no haya filtración de partículas.
«La idea es poder producir cuanto antes, para reforzar las medidas de seguridad de la facultad y la comunidad de la salud en general», finalizó.