Se realizó el Pre-Simposio: “La ciencia como política regional. Pensando el desarrollo de las ciencias sociales en el NEA” en el que referentes de la UNNE y el CONICET debatieron cómo profundizar el aporte desde las ciencias sociales y humanas en pos de revertir inequidades y desigualdades sociales. La Rectora de la UNNE, profesora Delfina Veiravé, destacó la base sólida del campo de las ciencias sociales en la región para aportar al desarrollo integral.
El Pre-Simposio se realizó el viernes último de manera virtual con el objetivo de iniciar debates en preparación del Simposio homónimo que tendrá lugar en el marco del LX Encuentro de Geohistoria Regional a realizarse en 2021.
Se reflexionó respecto al lugar e impacto de las ciencias sociales en políticas científicas nacional y regional; y el rol de las ciencias sociales en relación con la posibilidad de revertir inequidades, desigualdades y periferias en el marco del desarrollo científico.
En tanto, el tercer eje de reflexión se centró en la necesidad de repensar los límites entre investigación y transferencia y la incidencia en el modo de concebir el papel, el lugar y la función del investigador de ciencias sociales en la transformación de las problemáticas sociales de la región y el país.
Contó con las exposiciones de la Dra. Mariana Leconte (Investigadora Adjunta – IIGHI), Dra. Liliana Ramírez (Directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Territorial y del Hábitat Humano – IIDTHH) y Mario Pecheny (Director del Área de Ciencias Sociales y Humanidades del CONICET), mientras que la moderación estará a cargo de la Dra. Marimar Solís Carnicer (Investigadora Independiente – IIGHI).
Acompañaron la presentación la Rectora de la UNNE, Profesora María Delfina Veiravé; la Directora del Centro Científico Tecnológico – CONICET Nordeste, Dra. Marisa Censabella; y la Dra. María Laura Salinas, Directora del Instituto de Investigaciones Geohistóricas – IIGHI– (UNNE-CONICET)
CAPACIDAD DE RESPUESTA DE LAS CIENCIAS
Durante la presentación del Pre-Simposio, la Rectora de la UNNE resaltó que en este año se escuchó con fuerza que el contexto de pandemia global, con sus particularidades e impactos específicos en cada país y cada territorio, “expuso la capacidad proactiva que adoptó el sistema científico tecnológico en el país.
Al respecto, indicó que se vio una adaptabilidad sorpresiva de la respuesta del sistema científico tecnológico. “No sé si nos imaginábamos que iba a ser posible tener una respuesta tan acelerada y de tanto impacto en relación a las necesidades nuevas que demandó el enfrentamiento al diagnóstico, predicción y desarrollo de política pública para paliar los efectos en todo orden de esta pandemia”.
«Estamos en un ámbito en el que los protagonistas han sido los investigadores» destacó.
Consideró que resulta importante mostrar que en esa capacidad proactiva estuvo también sustentada en la posibilidad de acortar tiempos que a veces en el sistema son más largos y prolongados, no sólo en términos de convocatorias, evaluación de proyectos, sino también a los tiempos de duración de los trabajos de investigación.
Acotó en ese aspecto que las convocatorias marcaron tiempos de un año y esos tiempos son fundamentales para poder argumentar y enriquecer la ejecución de las políticas públicas y la intervención del Estado y otros organismos frente a los problema y sus soluciones. “Esto es un aprendizaje más del que hemos tenido en este tiempo y valoro y auguro que pueda seguir sosteniéndose”.
Pero aclaró que la respuesta del sistema científico-tecnológico ha sido posible porque hubo una base de consolidación del sistema, de conocimiento, de equipos, de grupos, de un crecimiento de las masas críticas que tienen los centros de investigación en las universidades e institutos. “No es posible tener esta respuesta sin una base sólida sobre la cual reorientar los procesos de trabajo”.
Mencionó que desde el campo de las ciencias sociales y humanas hubo proyectos que se orientaron al abordaje de la pandemia, con participación activa desde la UNNE y la región.
Aludió a una de las primeras acciones tras la emergencia por el COVID que fue el estudio del impacto social de la pandemia en los sectores más vulnerable de la sociedad, que motorizó de manera solidaria y espontánea a investigadores de las ciencias sociales de todo el país.
Añadió que fue una investigación lograda gracias a la existencia de una trama de investigadores y una red de contactos de investigadores pre-existentes, lo que posibilitó hacer un estudio en todo el país y que fue utilizada para que el estado nacional pueda atender demandas en este aspecto en los primeros tiempos de la pandemia.
También se refirió a la convocatoria “Covid Federal”, en el cual la UNNE presentó 15 proyectos y se seleccionaron cinco proyectos, entre ellos dos iniciativas en ciencias sociales, en articulación con los gobiernos.
Otra convocatoria orientada al campo de las ciencias sociales fue “PISAC-COVID 19”, a través de la cual la Agencia I+D+i impulsa la producción de conocimiento sobre los impactos de la pandemia COVID 19 en la sociedad. Allí la universidad, con grupos de carácter interdisciplinario, está participando en cinco proyectos.
Un último punto a destacar por la Rectora de la UNNE fue la necesidad de seguir fortaleciendo políticas de federalización de la actividad científica, y la federalización integral de las políticas.
Al respecto, indicó que las universidades e instituciones científicas avanzan en fortalecer la incorporación de becarios y becarias, en la integración de recursos humanos, “pero todavía faltan medidas que permitan abarcar la enorme diversidad y heterogeneidad que tiene el desarrollo científico en el país”.
Indicó que se deben superar asimetrías regionales en el desarrollo científico, y propender a una desarrollo más armónico y pertinente hacia el desarrollo federal de la investigación, tecnologías e innovación.
Señaló que las ciencias sociales y humanas en particular se ven afectadas en esta realidad de falta de federalización en el desarrollo de la ciencia.
Sobre el Pre-Simposio, indicó que “estos espacios planteados los considero sumamente importantes y valiosos porque fortalecen la socialización del conocimiento, y consideró que estas redes son la mayor potencia a la hora de articular proyectos, equipos, iniciativas en cada uno de los grupos y de las instituciones.
DEBATE HACIA ADENTRO Y AFUERA
Por su parte, la Dra. Censabella, directora del CCT Nordeste e investigadora de las ciencias sociales, “este evento es importante para ir generando consenso y ver qué necesitamos como gran área disciplinar y vislumbrar nuestro futuro”.
Sostuvo que el país se encamina hacia consolidar una Política de Estado que financie, sostenga y promueva la ciencia, tecnología y la innovación, proyección en la que las ciencias sociales debe buscar su lugar.
Consideró que la situación dramática del Covid-19 instaló definitivamente como una necesidad, en el país y el mundo, “que ya no es posible abordar las complejidades en que vivimos como seres humanos sin el acompañamiento sólido, sostenido e innovador de los desarrollo científicos básicos, y desarrollos aplicados y de innovación productiva”.
“Quienes trabajamos en ciencias sociales y humanidades, sabemos que tenemos un rol clave en el diseño y mejoramiento de políticas públicas.
La referente del CONICET en el nordeste planteó que es necesario seguir exponiendo esta importancia de las ciencias sociales «hacia afuera de nuestro sector», pues quienes están en ciencias sociales “lo tenemos bien claro”. “Hacia adentro tenemos que dar espacios de debate muy intensos para ir generando instrumentos de evaluación, instrumentos de guía para ver cómo adaptar nuestros habituales roles en investigación básica o más direccionada hacia el mismo mundo científico para impactar de una manera más concreta en la sociedad”.
«Estamos maduros como para encarar ese cambio pero necesitamos acompañarlo desde esos instrumentos de gestión en evaluación que van a alentar, sostener y cambiar prácticas. Espero que esta reunión sea un paso más para que en el NEA ese camino se transite de manera sólida” finalizó.
MIRADA DE LOS EXPOSITORES
En su turno, la Dra. Mariana Leconte (Investigadora Adjunta – IIGHI) sostuvo al imperioso debate respecto al modo en que se entiende a la ciencia en el sistema científico nacional, de pensar la investigación por un lado y por otro a la transferencia.
Señaló que esa separación entre investigación y transferencia, remite a una idea distinta a la que están en condiciones de pensar los investigadores en ciencias sociales y humanas, quienes plantean pensar la ciencia como producto social, como campo, como discursos construidos históricamente.
“Pensar que la investigación se hace en un lado o que el conocimiento se genera de manera interna a las disciplinas, en espacios académicos y luego se transfieren a otros ámbitos, debería ponerse en debate y discusión” opinó.
Señaló que entender el modo de hacer ciencia para las ciencias sociales requiere de un enfoque desde la interdisciplina, la intersectorialidad y la relación con el territorio.
Así, expuso la propuesta de discutir si hay lugar en el sistema científico para hacer ciencia de esta manera, como transformación más allá del ámbito académico, con otros actores.
Planteó que debe debatirse qué instrumentos hay en la actualidad, y cómo son las condiciones que brindan las instituciones para sostener equipos interdisciplinarios, intersectoriales, a largo plazo para poder dejar de pensar solo en intervenciones puntuales, dejar de pensar los territorios como lugares donde ir a relevar datos, donde evaluar o diagnosticar y después retirarse.
“Debemos pensar la investigación no solo como la necesidad de dar cono conocer lo que se hace en los institutos para que la sociedad lo conozca, sino también pensar otras formas de construcción de conocimiento y de co-construcción de conocimiento con otros actores y participar de la generación de las condiciones de la transformación” aportó.
Aludió a los investigadores en ciencias sociales como un actor más que participa en procesos de largo plazo, con otros actores, con otros sectores, en la construcción de políticas públicas territoriales.
“Todavía tengo la impresión que a nivel discursivo compartimos esta manera de entender la manera científica, la investigación, pero todavía es necesario que pueda hacerse concreto, materializarse en las condiciones que permitan sostener este tipo de práctica” finalizó.
INEQUIDADES
Por su parte, Dra. Liliana Ramírez (Directora del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo Territorial y del Hábitat Humano – IIDTHH) hizo una presentación con datos estadísticos sobre las ciencias sociales y humanas en el nordeste.
Señaló que en relación con la población universitaria, está por debajo del promedio nacional, en cantidad de investigadores y becarios.
Sostuvo que es marcada la postergación de las ciencias sociales en el NEA, pese a ser el Nordeste la región con mayores indicadores en cuestiones de vulnerabilidad socio-económica.
“Frente a esta situación de desigualdad de recursos humanos, y de ser una región históricamente desfavorecida, se requiere una política científica diferenciada en el campo de las ciencias sociales” expresó.
Resaltó que las ciencias sociales tienen la posibilidad de revertir inequidades, y dijo ser clave profundizar los proyectos orientados a atender y descubrir las desigualdades.
“Las ciencias sociales tiene un rol protagónico en este tipo de abordaje, así como en la identificación de la magnitud, el impacto y las respuestas políticas eficaces a la desigualdad».
Agregó que las ciencias sociales se caracterizan por una mayor cooperación y sinergia entre todas las disciplinas y especialidades, y de ahí la mayor potencialidad para responder a las inequidades.
Sobre la necesidad de repensar los límites entre investigación y transferencia, y del papel del investigador en la transformación de las problemáticas sociales, sostuvo que requieren nuevas respuestas desde los investigadores y las instituciones.
Desde el lado de los investigadores se deben plantear estudios que deriven de las problemáticas sociales y que permitan establecer sugerencias o recomendaciones. Además establecer vínculos o asociaciones virtuosas con los actores que requieran o demanden de estudios o investigaciones orientadas a la transformación.
También se requiere desarrollar empatía y comunicación fluida con el conjunto de actores y llevar adelante la investigación con ellos.
En tanto, las instituciones deben modificar procedimientos institucionales vinculados a la gestión y evaluación de las actividades de transferencia en el campo de las ciencias sociales y humanas, así como generar nuevos indicadores para considerar, cuantificar o medir las acciones de transferencia.
Estimó relevante propiciar de manera permanente convocatorias orientadas a la transferencia e impulsar estudios encaminados a dar a conocer el valor social, ambiental y económico de las investigaciones en ciencias sociales y humanas.
RESPUESTAS INTEGRALES
Por último, Mario Pecheny (Director del Área de Ciencias Sociales y Humanidades del CONICET), manifestó que no hay manera de federalizar las investigaciones científicas y tecnológicas si no es de la mano de las universidades públicas y no hay buena investigación si no va de la mano de la articulación con el territorio y las comunidades.
Opinó que en el análisis de los datos de la realidad de las ciencias sociales y humanas según provincias, “es calamitosa la realidad del NEA, realidad que se arrastra históricamente”.
Sostuvo que para revertir las inequidades de desarrollo en ciencias sociales, así como en otras áreas, debe promoverse una política para que los investigadores puedan permanecer en sus lugares de origen o que se radiquen investigadores en las regiones de menor desarrollo.
Expuso que las ciencias sociales pueden contribuir a que las políticas públicas sean integrales y “que no sean parchesitos”, sino soluciones que ayuden a revertir las inequidades y desigualdades.
Señaló que la emergencia por la pandemia reflejó que la cuestión social fue olvidada en la respuesta política ante el COVID 19.
“Podemos aprender de estas dificultades para integrar las evidencias que producimos desde la ciencias sociales con las políticas públicas”.
Para ello, dijo que los investigadores en ciencias sociales deben hacerse escuchar por los tomadores de decisiones, y a la vez adaptarse a los modos y tiempos de los organismos gubernamentales.
“Si queremos contribuir desde nuestros trabajos a afrontar los problemas que aquejan en cada lugar debemos hacerlo interdisciplinarmente, intersectorialmente y en el territorio” finalizó.