En poco más de 5 meses de arduo trabajo el equipo de profesionales e investigadores abocados al análisis de muestras para Covid-19 en el Instituto de Medicina Regional de la Universidad Nacional del Nordeste, ya superó las 10 mil pruebas. Cómo es el proceso detrás de cada testeo y quienes se ocupan de tan importante tarea que implica largas horas de trabajo, estrés por los riesgos e incluso la formación de colegas para otros centros de diagnóstico.
“Estamos cansados pero sabemos que nuestro aporte es vital para la comunidad del Chaco y nuestra Universidad al frente de esta problemática”, entienden los investigadores que desde fines de marzo pasado trabajan sin mayor descanso pero motivados por el profesionalismo, la vocación de servicio y las ganas de sumar, puntualmente a partir de la detección precoz del virus, a fin de paliar el contagio de esta epidemia.
Ese mismo mensaje le transmitieron a la rectora Delfina Veiravé, cuando le comunicaron que se habían superado los 10.000 diagnósticos. “Un enorme esfuerzo de todo el grupo que procesa unas 150 muestras diarias. Así desde fines de marzo sin sábados, ni feriados y cada vez más y más horas por día ponen su vocación de servicio y su amor por el trabajo, sorteando dificultades, obstáculos, estrés y temores. ¡Aplausos de pie para estxs universitario/as que nos dan orgullo!”, escribió la Rectora en su cuenta personal de Facebook.
El reconocimiento que el equipo recibió en redes sociales fue alentador, y llegó luego también desde el Consejo Superior de la UNNE. En la sesión del miércoles pasado, quienes integran el cuerpo se sumaron al agradecimiento por tan importante labor y significativo aporte para el Chaco y la comunidad toda.
Tras la aparición de los primeros casos de virus en la provincia, el IMR fue convocado, como el segundo centro de diagnóstico de Covid-19 para el Chaco, además del Hospital Perrando. Desde entonces, el Instituto dirigido por el Dr. Luis Merino, estuvo a disposición y se conformó el “Grupo Covid del IMR” integrado por investigadores, becarios y ex becarios.
Bajo la coordinación de los doctores Gustavo Emilio Giusiano (Área Micología del IMR, investigador de CONICET, bioquímico, Doctor en Ciencias Médicas-UBA, PhD de la Universitá di Pavia, Italia y presidente de la Asociación Argentina de Microbiología) y Raúl Horacio Lucero del Área Biología Molecular, el grupo está compuesto por especialistas con destacada formación académica, provenientes de la biología, la bioquímica y la genética.
“Una de las fortalezas que tenemos específicamente en este grupo de personas muy bien formadas”, asegura Lucero, bioquímico UNNE, Dr. en Bioquímica Humana-UBA y ex becario de investigación en la Fundación Bunge & Born. Justamente fue esta Fundación la que donó al IMR, semanas atrás, dos equipos completos de PCR Real Time (aproximadamente 60.000uSs) luego de enterarse que el Instituto no contaba con equipos propios para esta ardua tarea. Sin duda un reconocimiento a la labor, el compromiso y la trayectoria de sus investigadores.
Integran este equipo: Laura Formichelli, bioquímica de la UNNE y Mgtr. en Microbiología Molecular, ANLIS, Dr. Carlos G. Malbrán; Griselda Oria, profesora de Biología, Lic. En Zoología y Dra. en Biología de la UNNE (FACENA), becaria de la UNNE (inicio y perfeccionamiento), becaria del Ministerio de Salud de la Nación y becaria de la SPU (Sec Políticas Universitarias); Carolina Alonso, Lic. en Genética de la UNAM, Dra. en Biología de la UNNE. Becaria de finalización de doctorado CONICET; Bettina Brusés, Profesora de Biología, Lic. en Zoología de la UNNE, becaria de la UNNE (iniciación y perfeccionamiento) y master en Ciencias del Medio Ambiente y la Salud (UNNE).
También Ailín Sotelo, Bióloga (UNNE), dos becas CIN de pregrado, beca de postgrado de la UNNE, beca de postgrado de CONICET y Doctorando de Farmacia y Bioquímica de la UBA; Malena Schanton, bióloga de la UNNE, Becaria doctoral y postdoctoral de CONICET, Dra. de la Universidad de Buenos Aires, Área Química Biológica; Javier Mussín: bioquímico de la UNNE, Dr. de la Universidad de Buenos Aires, becario doctoral de CONICET, actual becario posdoctoral CONICET; Florencia Rojas, bioquímica de la UNNE, master en Micología Médica (UNNE), Dra. de la UBA e investigadora en salud de CONICET; Xiomara Chevoievsky, licenciada en Genética UNAM, Agustina Biancalani, Bioquímica de la UNNE y Mariana Climent, Técnica en Gestión y Administración de la UNNE.
La labor de este plantel comenzó con un promedio de 25 muestras diarias y hoy, a casi 6 meses, se llegan a analizar hasta 170 por día. Así, a la fecha, ya llevan unas 10.500 muestras.
“Detrás de ese número hay mucho trabajo, muchas horas por día, muy poco descanso, sin sábados, sin feriados, necesitando informar en el día los resultados”, comentó Giusiano durante una entrevista en Radio UNNE 99.7. “nosotros además tenemos que seguir con nuestros propios trabajos de investigación en otras temáticas”. Es importante resaltar que el grupo inicialmente se formó con la suma voluntaria de la mayoría de los integrantes. “Mucho/as son becario/as y ex becario/as, que hubo que convocar porque varios del plantel profesional habitual son de Corrientes y hace meses no pueden cruzar”, explicó el doctor.
El proceso
Detrás de los números que a diario se conocen sobre los casos de Coronavirus en la provincia del Chaco, hay un sistema organizado y trabajando para la detección, tratamiento de personas afectadas y prevención. Detrás de las cerca de 10.500 muestras analizadas en el Instituto de Medicina Regional, hay también un trabajo que evidencia el profesionalismo del equipo a cargo y la capacidad operativa del IMR.
El proceso se dividió en 3 etapas y cada una de ellas está a cargo de respectivos equipos de profesionales. La labor comienza cuando las camionetas de Salud Pública provincial llegan al instituto, ubicado en el Campus Resistencia de la UNNE, para entregar los hisopos que se deberán analizar. “Se reciben las muestras y se hace la inactivación, que es una etapa crítica”, explicó Giusiano en relación al trabajo que los profesionales a cargo realizan en cabina de bioseguridad y con todos los elementos de protección personal indicados. “Eso se hace en un sector del instituto, del laboratorio de Biología Molecular”, especificó.
Se avanza luego a la segunda etapa: el procesado inicial “pasa a otro sector donde se hace la extracción de la ARN del virus”, explicó el doctor en relación al trabajo que realiza ya otro grupo del “Equipo Covid del IMR”. Y por último, “se pasa a la parte de PCR en tiempo real (o real time PCR en inglés)”, que se hace en la planta baja del edificio.
Así, se desarrolla el proceso que consiste, en resumen, en la extracción del material genético del virus y su amplificación mediante Reacción en Cadena de la Polimerasa en tiempo real.
Los tres grupos trabajan en horarios diferentes “para evitar circulación, trabajar más ordenados y ante cualquier posibilidad de posible contagio”, y cumpliendo y respetando las medidas de bioseguridad internacionales, “desde campanas de bioseguridad hasta la distribución espacial de los laboratorios que permite un flujo de personas que no interfieran entre las diferentes etapas de un proceso de biología molecular”, resaltaron los doctores. Así, trabajan por separado, aquellos que manipulan directamente las muestras, quienes hacen extracción de ARN y quienes tienen a su cargo la parte final de esta técnica.
“Trabajamos con el virus directamente, y desde fines de marzo no tuvimos ningún contagiado”, destacó Giusiano y lo relaciona no sólo al profesionalismo y conciencia con que se trabaja, sino también al hecho de que “tenemos un instituto con una infraestructura que permite trabajar de esa manera”.
“El Instituto de Medicina Regional de nuestra Universidad, tiene un laboratorio especializado, con equipamiento y condiciones de bioseguridad acreditadas y calificadas con parámetros internacionales”, había destacado la rectora Veiravé a inicios de abril pasado, tras la firma del acuerdo con el gobernador del Chaco, Jorge Milton Capitanich.
Trabajar en contacto con el virus
Lo valorable y destacable de la labor de estos profesionales, se acrecienta aún más si se tiene en cuenta los riesgos que implica el contacto cercano con este virus, aún desconocido por la ciencia mundial y que en poco tiempo provocó una pandemia. A ello, en el IMR específicamente, se suman otros factores que pueden retrasar y volver aún más agotador el trabajo, como la parte más administrativa del proceso y los propios insumos que cambian permanentemente.
“Trabajar en la cabina es muy agotador. No solo por el tipo de muestra que uno está procesando, que implica tener todos los cuidados, sino porque a veces son 170 hisopos que procesar. Y no es que lleguen los hisopos y ya se comienza a procesar, eso hay que cotejar con las planillas, que coincida esa muestra con el nombre y número de DNI. Y cuando no coincide hay que rectificar todo eso, por eso a veces lleva mucho tiempo”, señaló Giusiano en declaraciones a Radio UNNE.
Las y los profesionales del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, no sólo dedican muchas horas de la semana al diagnóstico de Covid-19, sino que deben trabajar además en horarios poco convencionales, como la noche. “Nos tratamos de adecuar a la situación de la provincia, y entonces hay un equipo de inactivación que comienza a las 19 horas y se va a las 22 o a veces más tarde, porque esperan que lleguen las camionetas que vienen del interior provincial con las muestras, para poder procesarlas y que al otro día se puedan tener los resultados”, explicó.
Todo el proceso se completa cuando, una vez listo el resultado, se comunica al Ministerio de Salud del Chaco, quien ya tiene a su cargo la comunicación con las personas infectadas.
El IMR, formador de recursos humanos
Con el correr de los meses y el avance de la pandemia en la provincia, al Hospital Perrando y al Instituto de Medicina Regional de la UNNE, se sumaron otros centros de diagnóstico Covid como el Laboratorio Central y de los hospitales Pediátrico y “4 de Junio”. Allí, el trabajo y la formación académica especializada del equipo del IMR también tuvo gran injerencia: tienen a su cargo la formación de los y las profesionales que allí se desempeñan, en el análisis de muestras para casos sospechosos de Coronavirus.
“El IMR es formador de recursos humanos para los demás centros de diagnóstico”, dijo Giusiano al aire de la radio de la Universidad Nacional del Nordeste, y explicó que en el Instituto “se montó un sistema de formación para nuestros profesionales y para los que envíe Salud Pública para que se puedan entrenar en este diagnóstico”.
De este modo continúa el trabajo de este grupo de investigadores que apelan como siempre a la conciencia y responsabilidad social. “Que no se relajen en el cuidado”, fue el mensaje que Giusiano dejó a la comunidad por medio de Radio UNNE. Esa es la clave”, aseguró y recordó la situación de otras provincias del país donde la situación parecía estar controlada y sin embargo, a partir de la flexibilización del aislamiento, comenzaron a detectar un considerable número de casos positivos para Covid-19. “Tenemos que mirar eso para seguir cuidándonos, porque es la única vacuna que tenemos. El barbijo, el distanciamiento y el lavado de manos”, concluyó.