Dengue
Desde el Instituto de Medicina Regional de la UNNE brindan información para fortalecer la prevención

En nuestro país, la circulación del virus no se produce todo el año.

Con más de 20 casos detectados en Corrientes y Chaco, crece la preocupación por la propagación del dengue así como las tareas de prevención. En ese marco, desde el Instituto de Medicina Regional de la UNNE proponen descartar los “mitos” relacionados a esta problemática, a fin de evitar que se entorpezcan precisamente las tareas preventivas. Considerar que todo mosquito es sinónimo de la patología, creer que se puede eliminar al insecto adulto o que sólo estos se deben controlar, son algunas de las cuestiones sobre las que especialistas echan luz.

“Es importante aclarar como es el proceso de infección del mosquito, que luego podrá transmitir -con la picadura- el virus o agente patógeno”, dice la doctora en Biología e investigadora adjunta del CONICET en el Área de Entomología del Instituto de Medicina Regional de la UNNE, Marina Stein.

“Los mosquitos, o por lo menos aquellos que conocemos que transmiten patógenos y que conviven con nosotros cotidianamente, no transmiten los virus a su descendencia. Es decir, la hembra que está infectada deposita huevos sanos, por lo que las larvas que nacen después de la eclosión del huevo no están infectadas, y el adulto que emerja tampoco estará infectado”, explica la especialista que desde 1998 realiza trabajos de investigación relacionados con los mosquitos.

“El mosquito hembra se infecta solo al picar a una persona que tiene en su sangre circulando el virus. Y en nuestro país la circulación del virus no se produce todo el año. Ocurre cuando una persona que estuvo en una zona con circulación del virus todo el año (como en los países tropicales o en diferentes zonas de Brasil o Paraguay), por turismo o porque es originario de ese país, se infecta allá e ingresa a nuestro país con el virus en sangre y al ser picado por un mosquito local se inicia la transmisión en nuestras localidades”, agrega.

“Es decir, mosquito no es igual a dengue”, señala en relación a uno de los mitos que existen sobre el tema. No obstante, “en el momento que sabemos que hay casos o circulación local del virus, como en un brote o epidemia, debemos protegernos de las picaduras de mosquitos, porque es cuando hay probabilidad de infectarnos”, aclara.

El mosquito hembra se infecta solo al picar a una persona que tiene en su sangre circulando el virus.

La manera correcta de evitar criaderos

Consultada sobre los mecanismos de prevención, Stein plantea que “si es el mosquito adulto es el que transmite el virus, ¿no sería mejor evitar a que llegue a ese estado, es decir, a adulto?”.

“Sabemos que los mosquitos presentan cuatro estados de desarrollo, huevo, larva, pupa y adulto, los tres primeros son acuáticos. Es decir mosquito no es solo lo que vuela”, explica para también desestimar otro mito o creencia de que son sólo los mosquitos que ya están en el aire los que debemos evitar o controlar.

“¿Qué tenemos que hacer entonces?”, se pregunta Stein para responder echando más luz sobre el tema: “queremos que el mosquito no pueda poner huevos y si los pone que las larvas no lleguen al estado adulto”. Allí está la clave de la prevención para esta especialista que realizó su doctorado sobre biología y taxonomía de mosquitos de la provincia de Chaco y actualmente dirige numerosos becarios y proyectos relacionados con esa temática.

De manera didáctica, la investigadora explica: “supongamos que tenemos un recipiente en nuestro patio con 100 larvas de mosquitos, supongamos que todas se transforman en pupa y de ellas todas emergen adultos. Se estima que un 50% serán hembras, que van a copular con el otro 50% que son machos y en unos pocos días, luego de alimentarse de sangre humana, las hembras van a buscar un nuevo recipiente, o varios, donde depositar sus huevos. Sabemos que cada hembra puede colocar hasta 300 o 500 huevos por vez. Si multiplicamos 500 x 50 (las hembras que nacerían) nos da 25.000 huevos futuros mosquitos adultos, en unos 10 días; y si solo la mitad son hembras, es decir 12.500 x 500, en 20 días tendremos 6.250.000 huevos que serán futuros mosquitos adultos, pensando en que todos sobrevivirán”.

“¿Qué podemos hacer para evitar que se genere esta inimaginable futura población de mosquitos en nuestro patio?”, plantea entonces la investigadora y asegura: “todo lo que ya hemos escuchado tantas veces: eliminar recipientes inservibles”. Sin embargo, apela nuevamente a su capacidad pedagógica para explicar el adecuado proceso de limpieza: “si tenemos recipientes con agua y larvas volcamos el agua en la tierra y en pocos minutos las larvas y/o pupas morirán. Debemos también tapar los recipientes en uso que estén a la intemperie, limpiar las paredes de los mismos con trapos o esponjas removiendo los huevos que puedan quedar adheridos a ellas y luego dar vuelta el recipiente, taparlo o ponerlo bajo techo para que no acumule agua”.

Consciente de que existe en algunos casos la necesidad de recolectar agua de lluvia, explica que “primero debemos limpiar bien las paredes del o de los recipientes a utilizar, para remover posibles huevos adheridos. Mantener el recipiente seco y luego, inmediatamente después de la lluvia, lo tapo con tejido sombra u otro material para evitar que la hembra del mosquito pueda colocar los huevos”.

“Todo tipo de recipiente artificial que se encuentre en el ambiente urbano y que contenga agua es un potencial criadero para mosquitos Aedes aegypti”, alerta. “Es decir que debemos evitar acumular agua en recipientes que no podemos tener controlados diariamente”, recomienda entonces.

MARINA STEIN – Mosquitos y enfermedades: mitos y realidades

Prevención todo el año

Otro de los mitos muchas veces fundados en la falta de información sobre el dengue, radica en la creencia de que las tareas de prevención se deben realizar en determinada época del año o cuando se han detectado casos. “Estas medidas deben realizarse todo el año, no solo cuando hay epidemia o cuando hay más mosquitos”, aclara Stein.

“Las medidas preventivas deben ser sostenidas en el tiempo. Se debe pensar en generar hábitos cotidianos en este sentido. Debemos enseñar esto a nuestros hijos, como cuando enseñamos a lavarse las manos o a cuidar el ambiente”, enfatiza.

“Pero si llegamos a la epidemia, ¿que hicimos efectivamente para controlar al mosquito?”, pregunta la bióloga e invita a una reflexión sobre la importancia también de sostener campañas de prevención y comunicación pública sobre el tema, más allá de las épocas del año en que suelen aparecer casos. “Siempre nos enteramos del dengue cuando ya tenemos casos, muy pocas veces en los medios de comunicación aparece alguna información sobre prevención en el invierno por ejemplo, y en esa época las medidas de prevención y control serían muy efectivas”, plantea.

El Estado como impulsor del compromiso ciudadano

Evitar la generación de criaderos y la propagación de mosquitos que puedan ser transmisores del o los patógenos causantes de enfermedades como el dengue, amerita el compromiso de toda la sociedad. “En el control de enfermedades vectoriales es imprescindible que el Estado articule la participación ciudadana. Las experiencias más positivas de control del Dengue y enfermedades vectoriales tuvieron una fuerte participación ciudadana en el control vectorial pero con el Estado como articulador y contralor de medidas preventivas de carácter permanentes”, señala Stein.

La responsabilidad y compromiso se da también luego en la protección para evitar picaduras. Consultada entonces sobre la manera correcta de cuidarse, la especialista explica que “cuando hay epidemia lo mejor es el uso del repelente de venta comercial para aplicarse en la ropa o en la piel, que son los que efectivamente ahuyentan al mosquito y el efecto repelente tiene mayor duración”.

“Los repelentes como el espiral o las tabletas son también efectivos a la hora de ahuyentarlos, pero no los matan”, aclara no obstante llevando claridad sobre aspectos del tema muchas veces desconocidos. “No hay en el mercado a la venta del público un insecticida para matar mosquitos adultos que sea muy efectivo, dado que no tienen poder residual”, explica.

La especialista señala también que “en momentos de epidemia, los organismos de salud nacional y provincial, los únicos autorizados para rociar adulticidas y colocar larvicidas dado que es necesario matar rápidamente a la población de mosquitos adultos que puedan estar infectados y eliminar de los criaderos (principalmente aquellos que no pueden ser eliminados) las larvas presentes”. No obstante, “hay que tener en cuenta que ninguno de estos productos son efectivos para eliminar los huevos”, agrega.

Por último, la investigadora de la UNNE aclara que los métodos caseros o productos (repelentes) naturales o artesanales para el uso ambiental que suelen usarse “si bien ayudan a la no contaminación ambiental lo cual es bueno, son menos efectivos para ahuyentarlos. Por eso es importante, conjuntamente con el control de los criaderos, mantener el pasto corto, eliminar las malezas de los terrenos baldíos o en nuestros patios, ya que los mosquitos adultos luego de alimentarse buscan lugares con sombra para reposar, tanto dentro como fuera de la casa”.