El Centro de Gestión Ambiental y Ecología (CEGAE) de la UNNE acaba de presentar el “Manual de Operaciones para una planta de Tratamiento de RAEE” que está destinado a los Municipios de la Región. Contempla procesos que permiten la reutilización de componentes, la conversión de residuos informáticos en materia prima y el adecuado almacenamiento de residuos hasta su disposición final.
La explosión demográfica, el avance de la urbanización, el incremento del consumo bajo la modalidad de comprar y tirar, generaron un crecimiento exponencial de todos los tipos de residuos y en todas las escalas que se pueda imaginar. Paralelamente, y complicando aún más el panorama, es bajo aún el índice de aplicación de planes consensuados para el tratamiento y disposición final de la basura.
La acumulación de los desechos generados por el hombre, muchos de ellos no degradables o de lenta descomposición, generan graves consecuencias sobre el entorno, traducidos en contaminación, impacto ambiental y enfermedades.
El tema ocupa desde hace décadas la agenda de las comunidades científicas y de la opinión pública, pero los que tienen en sus manos el poder de decisión y dar un giro a este panorama no logran poner “el cascabel al gato”.
Pero la consigna, “para los problemas solo caben soluciones” es asumida por profesionales del Centro de Gestión Ambiental y Ecología (CEGAE) en conjunto con la Facultad de Ingeniería de la UNNE, quienes desde hace tiempo vienen trabajando con el tratamiento de un desecho particular de estos tiempos: los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE).
Los avances tecnológicos y la obsolescencia de los equipos, los llevan a ser reemplazados en períodos muy cortos de tiempo. Toneladas de equipos, dispositivos eléctricos y electrónicos, así como sus materiales, componentes y demás partes, conforman este tipo peculiar de residuos.
Las enormes cantidades de RAEE producidos anualmente y los materiales que estos contienen, muchos de ellos nocivos para la salud humana y el ambiente, han hecho que varios países implementen medidas para controlar el manejo de estos residuos.
De acuerdo a un trabajo realizado por investigadores del CEGAE se estima que en la región NEA la proyección de los RAEE que se generarán para el período 2016-2026 arroja valores aproximados de 50.000 toneladas en 2016 y 56.000 toneladas en 2026. Las estimaciones fueron calculadas en base a la metodología “consumo y uso”.
Con esas cifras en las manos los investigadores percibieron un problema a futuro para el cual habría que prepararse. Surgió así una línea de investigación que culmina en la aprobación de un Proyecto de la Secretaria de Ciencia y Técnica de la UNNE para emplazar una Planta de Reciclado de RAEE en el Nordeste Argentino, destinada a diseñar procesos que permitan la reutilización de componentes, la conversión de residuos informáticos en materia prima y el adecuado almacenamiento de residuos hasta su disposición final.
En el marco de ese proyecto y en conjunto con los docentes de la cátedra Proyecto de la Facultad de Ingeniería de la UNNE, se propuso a cuatro alumnos la realización como trabajo final de la Carrera de Ingeniería Electromecánica la creación de una “Planta de Tratamiento de RAEE”. En él se describen diversas técnicas de procesamientos de estos residuos y la elección de las alternativas más viables.
Tomando ese proyecto de base, el CEGAE acaba de presentar el “Manual de Operaciones para una planta de Tratamiento de RAEE” que está destinado a los Municipios de la Región. Este instrumento está a disposición de las autoridades competentes, y viene a cerrar todo un proceso de investigación científica en el que se detallan los elementos a tener en cuenta para la instalación de una planta: alternativas de inversión para las distintas maquinarias, contratación de mano de obra, ingreso inferido por los materiales reciclables y la rentabilidad asociada al reciclaje.
El “Manual de Operaciones para una planta de Tratamiento de RAEE” está destinado a los Municipios de la Región NEA.
Como meta final, se comenzó con la ejecución de un proyecto nuevo de investigación, en el cual se pretende analizar la viabilidad económica, social y ambiental de una planta de reciclado de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos (RAEE) para la región Nordeste Argentino (NEA).
Decálogo. La Ing. Ana Belén Pinatti y el Mgter. Prof. Luis Ariel Pellegrino, investigadores del CEGAE, brindaron de manera resumida una suerte de pilares en los que se sustenta la instalación de una planta de RAEE, y que involucra aspectos desde los normativos hasta los logísticos.
–Educación y concientización ambiental. Instancia considerada como básica. Se focalizaría en instituciones del nivel primario y secundario, enseñando a los estudiantes a identificar los RAEE y lograr la correcta separación respecto de los residuos sólidos urbanos, en función de lo nocivo que son para la salud de la población. De esta manera, los alumnos se convertirían en agentes multiplicadores de lo aprendido.
–Conocimiento del marco normativo. No existe una ley nacional que trate el tema puntualmente, pero si se cuenta con leyes que pueden guiar el proceso de reciclado de residuos: las Leyes Nacionales Nº24.051 y 23.922.
–Contar con un efectivo sistema de recolección de los RAEE. Instalación de puntos verdes en sectores estratégicos de las ciudades, como así también el compromiso por parte de las empresas distribuidoras de aparatos electrónicos, para que ellas también puedan recibir los desechos en sus sucursales.
–Incorporar al circuito la posibilidad de realizar reutilización. Se necesita una vinculación estrecha con fundaciones, ONG, cooperativas de reciclado, escuelas técnicas, centros de capacitación de nuevos oficios. Con estos actores se podrá extender la vida útil de muchos artefactos (sobre todo los informáticos), se generan puestos de trabajo y se pueden donar los refaccionados a instituciones carenciadas.
–Vinculación con industrias de la refinería y del reciclado nacional e internacional. Ellas reciben cobre, aluminio, plásticos, vidrios, etc., que son extraídos de los equipos. Hay empresas internacionales que reciben placas de circuitos integrados de donde se extraen metales precisos con tecnología no disponible en el país.
–Ubicación. La planta debe estar localizada en un área destinada para tal fin, según el ordenamiento territorial del ejido municipal. Este espacio debe estar alejado del área urbana, por ruidos y vibraciones, pero más que nada por los residuos peligrosos que puedan manejarse. El lugar elegido debe tener acceso a los servicios de agua y electricidad, con suelo apto y una napa lo más profunda posible.
–Dimensiones. El tamaño de la planta dependerá de la cantidad de habitantes y el desarrollo económico, social y cultural de la población, variables incidentes en la cantidad generada de residuos electrónicos. Una planta pensada para procesar 7 toneladas de RAEE por hora, debe tener aproximadamente unos 3000 metros cuadrados.
–Mano de obra. Debe ser especializada. Sobre todo, para la construcción de las cintas transportadoras e instalaciones neumáticas: torneador, soldador, electricista, mecánicos, etc.
“Es una propuesta concreta y estudiada para el problema que se enfrentan los municipios y provincias del país. Cantidades exorbitantes de residuos informáticos acumulados en oficinas de entes públicos y hogares, o lo que es peor, mezclado con los residuos domiciliarios y en contacto con el suelo y las corrientes del agua”, expresaron los entrevistados. “Es un problema de todos y la solución debe ser pensada para toda la sociedad”.