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Graduado de la UNNE lideró investigación con bacterias clave para anticipar la evolución de la bronquiolitis

El doctor Patricio Acosta, es egresado de la Licenciatura en Ciencias Biológicas de la UNNE, y Doctor en Medicina e investigador del CONICET en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez en la Ciudad de Buenos Aires.

Un estudio realizado por el investigador del CONICET Patricio Acosta, egresado de la UNNE, identificó que tres tipos de bacterias presentes en el tracto respiratorio de lactantes determinan si la infección por virus sincicial será leve o requerirá terapia intensiva. La investigación evaluó a 172 pacientes y encontró que más del 90 por ciento estaba colonizado por bacterias que modifican la respuesta inmune de los bebés. El investigador concedió una entrevista a Radio UNNE.

En los primeros días de diciembre se dio a conocer los resultados de un estudio en el que se descubrió que las bacterias presentes en las vías aéreas de los bebés parecen tener un rol importante en la evolución de la infección por Virus Sincicial Respiratorio (VSR).

El estudio estuvo liderado por el doctor Patricio Acosta, quien además de ser egresado de la Licenciatura en Ciencias Biológicas de la UNNE, es Doctor en Medicina e investigador del CONICET en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez en la Ciudad de Buenos Aires.

En una entrevista concedida a Radio UNNE, el doctor Acosta detalló los resultados alcanzados por la investigación cuyos avances fueron publicados en el Journal of Clinical Virology.

“El hallazgo más relevante del estudio fue que las bacterias presentes en las vías aéreas parecen tener un rol importante en la evolución de la infección por VSR”, explicó.

“Los resultados del estudio aportan nueva evidencia sobre la interacción entre virus y bacterias en las infecciones respiratorias infantiles y abre la puerta a nuevas líneas de trabajo orientadas a prevenir o mitigar las formas graves de esta enfermedad a través de la modulación de los microorganismos que colonizan el tracto respiratorio”, agregó al aire de la 99,7 Mhz.

En la investigación, realizada en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de Buenos Aires, se evaluó a 172 pacientes infectados con VSR de una población de 401 pacientes hospitalizados con infección respiratoria baja. De esta población de estudio se recolectaron muestras biológicas, datos clínicos, epidemiológicos y socioambientales.

Además, estudiaron la presencia de tres bacterias que habitualmente colonizan el tracto respiratorio en niños: Haemophilus influenzaeStreptococcus pneumoniae y Moraxella catarrhalis, con el fin de determinar si esta “microbiota” podía influir en la evolución de la infección viral.

“Los datos fueron contundentes”, expresó el doctor Acosta, más del 90 por ciento de los pacientes estaba colonizado por al menos una de tres bacterias al momento de la hospitalización.

“El estudio identificó que cuando está presente la bacteria Moraxella catarrhalis, los pacientes tienen una evolución favorable. En contraposición, cuando los pacientes están colonizados con Haemophilus influenzae o Streptococcus pneumoniae, la evolución se complica: son los pacientes que pasan a terapia intensiva y necesitan oxígeno”.

El grupo más afectado por el VSR son los lactantes menores de dos años, especialmente los menores de seis meses. El virus sincicial respiratorio es una de las principales causas de bronquiolitis e infecciones respiratorias en lactantes y niños. “Se estima que entre el 60 y el 70 por ciento de los niños se infectan en el primer año de vida con este patógeno y todos lo hacen antes de cumplir los dos años de edad. A nivel mundial, el virus provoca aproximadamente 33 millones de casos por año, con más de 3 millones de hospitalizaciones y más de 200 mil muertes”.

La bronquiolitis ocurre porque los menores de seis meses tienen el sistema inmune poco desarrollado y la vía aérea también es poco desarrollada. “Cuando esa vía aérea se inflama y se llena de moco, se produce la bronquiolitis. Aunque la mayoría de las infecciones son leves, una proporción de niños evoluciona a formas que requieren hospitalización”.

“El sistema inmune tiene que funcionar como una orquesta”, explicó Acosta. “Todos los instrumentos tienen que tocar en el momento exacto. El microbioma, que es el conjunto de bacterias, va modulando o interactuando con el sistema inmune y le va enseñando cómo tiene que actuar frente a otras infecciones. Estas bacterias colonizan al paciente y, dependiendo de cuáles estén presentes, el paciente tendrá una evolución u otra”.

Factores Socioambientales

Los factores socio-ambientales también influyen de manera crítica en el riesgo de sufrir enfermedad respiratoria. “Uno de los datos del estudio fue que el hacinamiento se asoció con cuadros más graves. Este dato coincide con investigaciones previas que señalan que las condiciones de vivienda pueden influir en la severidad de la enfermedad”.

El conocimiento de qué bacterias están presentes en las vías respiratorias permite modular o diseñar algún tipo de intervención, ya sea a través de un alimento o a través de un fármaco, para que las bacterias necesarias estén presentes. Acosta señaló que durante años se pensó que las bacterias que colonizan las vías aéreas solo eran un indicador de exposición, pero hoy se sabe que forman parte de un ecosistema que interactúa con el sistema inmunológico.

De acuerdo a lo expresado por el investigador al Programa “Ciudad Invisible” de Radio UNNE, la investigación abre la puerta a nuevas líneas de trabajo orientadas a prevenir o mitigar las formas graves de esta enfermedad a través de la modulación de los microorganismos que colonizan el tracto respiratorio.

Acosta mencionó que recientemente se dispone de una vacuna para la infección por VSR, que hay que administrar a las embarazadas entre las 32 y las 36 semanas de gestación. La vacuna hace que la madre genere anticuerpos que son transferidos al bebé en el vientre, protegiéndolo durante los primeros seis meses de vida, cuando está más indefenso contra el virus respiratorio.

El estudio se realizó desde el hospital con la recolección de muestras biológicas, datos clínicos, epidemiológicos y socioambientales de los pacientes.

El investigador destacó la importancia del financiamiento de la ciencia básica, porque fundamentalmente genera nuevos conocimientos y es el principio de lo que permite tener kits para hacer determinaciones o estudiar con equipos que no se utilizan habitualmente en el hospital o en la clínica.

El doctor Acosta agradeció mantener el vínculo con la Universidad que lo formó y expresó su predisposición de seguir compartiendo en el futuro otros avances en el área en la que trabaja.