LALA PASQUINELLI EN CORRIENTES
“Nos educan para no sentirnos nunca suficientes”

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La activista feminista, poeta y fundadora de Mujeres Que No Fueron Tapa, reconocida por la BBC como una de las cien mujeres más influyentes de 2023, llegó a Corrientes para presentar La estafa de la feminidad. En diálogo con RADIO UNNE reflexionó sobre el control social sobre los cuerpos, los mandatos hacia las mujeres, la maternidad, el ideal de belleza y los desafíos políticos actuales.

La fundadora de Mujeres Que No Fueron Tapa (MQNFT), Lala Pasquinelli, llegó a Corrientes para presentar su libro La estafa de la feminidad, un libro que logró recopilar miles de testimonios y la repercusión que tuvo la campaña en redes sociales sobre los mandatos de género. “La estafa se configura porque todas entramos a cumplir con el manual de la feminidad a partir de la promesa de que, si obedecemos los rituales, vamos a alcanzar la felicidad”, explica.

La artista, abogada y escritora recuerda que campañas como #HermanaSoltáLaPanza visibilizaron “la constante presión social sobre el control de los cuerpos y la penalización hacia quienes no encajan en el ideal hegemónico”. Miles de fotos y relatos de mujeres de todo el mundo dieron cuenta de la culpa por no llegar a un estándar inalcanzable, las horas dedicadas a esconderse y el juzgamiento permanente sobre los cuerpos”.

Para Pasquinelli, estas campañas lanzadas en redes sociales y apropiadas por miles de mujeres que se sintieron identificadas, no fue con el objetivo de “rebelarse ante el sistema” sino que tuvo un fundamento más profundo y crítico hacia aquello que nos imponían: los estereotipos de belleza, las exigencias en el cuerpo, los modelos sobre cómo debíamos vernos, etc. “Pusimos el ojo en cómo se ejerce el poder a través del control del cuerpo de las mujeres”, expresó Lala.

Antes de su llegada a la capital correntina, la activista feminista dialogó con RadioUNNE, dónde dialogó sobre las exigencias de la maternidad, la necesidad y el deseo, las imposiciones de la belleza y su rol en las redes sociales, el lugar que ocupan las niñeces en un mercado de industrias que avanza a pasos agigantados y el desmantelamiento actual de las políticas de género y diversidades.

 

Maternidad, deseo y presión social

Al iniciar la entrevista, la autora habla sobre la construcción cultural de la maternidad y su imposición social.  “Las mujeres tienen presión para ser madres. Pero para que esto suceda, previamente hay una gestación del deseo de maternar, que en definitiva, es una construcción cultural. Esto se produce a través de la propaganda y los discursos sociales que presentan a la maternidad como el único camino hacia la realización”, afirma.

La idea que circula por todos los organismos de una sociedad, y hoy cada vez más, en las plataformas virtuales es la idea de un amor romántico y heterosexual. “Y el discurso, siempre es el mismo: tenés que ser linda para conseguir una pareja, para después tener una familia, y listo, ya está. Hiciste todo lo que había que hacer en el mundo de las mujeres. Y, además, vemos que este discurso sigue siendo el final feliz en series, películas y redes sociales”, expresó.

Respecto al contexto político actual, advierte sobre debates que responsabilizan a las mujeres, particularmente a las feministas por la caída de la natalidad. “Se da por sentado que la baja natalidad es un problema, sin preguntarnos para quién lo es. Y además se sostiene que sólo las mujeres pueden hacerse cargo de ese problema”, advirtió

“Y ahí te das cuenta que cuando el Estado retrocede y privatiza sus servicios, somos las mujeres las que estamos dando batalla y las que nos tenemos que hacer cargo. Porque, también, nos educaron para criar sobre los hijes, los jubilades que también están en un momento de indigencia. Realmente es asfixiante la configuración del orden social y económico que hay sobre nosotras”, agregó.

El análisis se profundiza cuando aborda las condiciones estructurales (económicas, de responsabilidad y violencia) en la que se vive hoy la maternidad: “Las mujeres se quedan solas cuidando a sus hijes, precarizadas, con una pobreza que está presente. Hoy el 60% de las infancias está bajo la línea de pobreza, entonces, esto no nos da un incentivo muy grande para querer tener descendencia”.

 

Luci Cavallero, Lala Pasquinelli  y Verónica Gago en el 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries en Corrientes.

Para Pasquinelli, esta presión social tiene el objetivo de violentar el cuerpo de la feminidad y la maternidad para sostener un modelo económico que hay detrás . “Hay toda una estructura, donde primero te presionan para ser madres y luego te penalizan por no serlo”, argumentó.

Además, existe la idealización de un concepto que se transmite desde la generación de madres y abuelas: “La identidad de las mujeres está construida en relación a la maternidad. Es decir, si no tuviste hijos, quedas en un estado inferior dentro del extracto social”, dijo.

En otro tramo de la conversación, defendió la importancia de habilitar otras decisiones y la importancia de la autonomía de la mujer, por la que tanto hemos luchado. “Hay que entender cuando alguna no quiere ser madre. Y es válido también entender que la maternidad no es para todas. Podemos elegir no maternar y está bien. Es totalmente aceptable que no tengas ningún tipo de justificación”, añadió.

“Me parece que hay un montón de discursos para debatir y que no se dan. Porque siempre el discurso es la romantización y la promoción rosa, sin ver las condiciones en la que se está maternando. Y, más aún, en un mundo doméstico donde se piensa que es lo seguro, lo ideal, y es todo lo contrario. Es decir, hoy tenemos un femicidio en menos de 30 horas, que conlleva a la vez a la violencia de las infancias”, agregó.

Para Pasquinelli hay mucho que revisar y debatir. “Estas conversaciones difíciles, el feminismo está dispuesto a dar porque somos nosotras las que estamos más expuestas a todo tipo de violencias”.

 

El ideal de belleza como pedagogía de sumisión

Uno de los ejes centrales del análisis de su libro es el modo en que las mujeres son formadas para responder a un ideal de belleza que, manifiesta, “funciona como un pasaporte para acceder al trabajo, conseguir una pareja. Para, en definitiva, ser consideradas mujeres en el mundo y ser reconocidas. Es decir, vos tenés que ser linda para ser reconocida como mujer. Y esto está presente desde hace 50 años”.

Para Pasquinelli, este es el centro de la batalla que están dando los feminismos en el mundo y se difunde como una consigna de verdadera crítica y reflexión. “No es que las mujeres somos tontas y todas empezamos a pintarnos las uñas o a hacernos cirugías porque sí. Para que esto suceda, hay discursos que  son construidos y difundidos por quienes manejan las plataformas y las usinas de circulación del sentido, que al final se instalan en nuestro hábito natural cotidiano. Todas vamos creciendo, inconscientemente, en esos ideales”, señala.

Ese ideal, dice, penaliza los cuerpos que no encajan: “Un cuerpo gordo, una piel oscura, una mujer vieja. Todos estos rasgos son penalizadas”. Y ese disciplinamiento se vuelve una forma de violencia: “La belleza es una pedagogía de la sumisión. Nos educa en la idea de que no valemos más que la apariencia de nuestro cuerpo. Solo valemos si somos delgados, blancos, jóvenes o con cuerpos sexualizantes. No importa si sos inteligente, talentosa o tenés un montón de habilidades. Primero, tenés que ser linda y luego vendrá lo siguiente. ”.

Su preocupación se extiende especialmente hacia las infancias: “Hoy vemos nenas de 5 o 6 años con bulimia, haciendo dietas de Disney, obsesionadas con el maquillaje. Se están perdiendo la experiencia de libertad corporal”. Pasquinelli considera que estos rituales infantiles “introducen a las niñas en normas de género que les enseñan cuál es su lugar en el mundo. Porque lo que se le incita hoy, desde los juegos, es maquillarse, a ir a hacerse el spa y el skincare. Y el juego es político porque promueve divisiones”.

Además, menciona que estas normativas de belleza también tienen desencadenantes en la salud. “Hoy, cada vez más, tenemos niñas obsesionadas con el maquillaje, que se están enfermando psíquica y físicamente, porque hay productos que no están preparados para ser puestos en la piel de los más pequeños y generan problema precoz. Es un tema grave, y sin embargo, lo siguen promocionando. Porque, el tema es que los niños no tienen el capital simbólico para entender las consecuencias a mediano o largo plazo, entonces no reflexionan sobre lo que les da, ya que los hacen porque sus compañeritas también lo hacen. Sin embargo los adultos sí tenemos consciencia”, advirtió.

Por eso sostiene el fundamento, que está plasmado en su libro, que “la belleza es una estafa piramidal en la que todas somos introducidas. Algunas ganan plata con la venta de estos productos y las que no encajan en los vectores de belleza, se empobrecen”.

 

La insuficiencia como mandato y el reloj biológico

La autora menciona que las mujeres somos educadas en una pedagogía de la insuficiencia, “Somos educadas en la sensación permanente de que nunca alcanzamos el ideal de belleza que nos imponen. Sin embargo, somos empujadas a querer cada vez más, porque siempre va a haber el producto perfecto con ácido hialurónico que te borre la manchita”, afirma.

Y, esta sensación de agotamiento, llega a su punto máximo a la edad de los 35 o 40 años, cuando las mujeres se liberan de estas presiones. La autora menciona que con la campaña #HermanaSoltáElReloj, es cuando muchas mujeres comienzan a poder sacar del cuerpo estos discursos. “Es cuando empezamos a adquirir una conciencia que nos permite desobedecer, dejar de gastar en lo superficial y tomar decisiones propias. Es como que empiezan a bajar de esa carrera. Muchas se separan, cambian de orientación sexual, vuelven a estudiar, a hacer lo que les gusta y no lo que les imponen. Toman decisiones que las ponen en el centro de sus vidas”, fundamentó.


Economía, derechas y un retorno a la dependencia

La autora vincula estas problemáticas con la situación en la que están expuestos los infantes y adolescentes en las redes sociales, y que están sostenidas por un modelo económico. “Hoy lo más importante para las niñas parece ser ganar en dólares. Hay niñas que dicen que quieren un perfil en OnlyFans porque permite eso, sin saber siquiera de qué se trata”.

En ese sentido se vuelve a repetir la misma idea de la utilización del cuerpo de la mujer como imagen-objeto para ser consumido sexualmente: “Siempre, el cuerpo de las mujeres y la belleza, lo que te ubica mejor en un ranking de perfiles, termina siendo siempre el recurso para la movida social, ya sea a través de la pareja: un sugar daddy, un casamiento con alguien de plata, o un perfil en Only Fans. Pero, siempre, es el lugar en donde somos objetos, y en donde tu supervivencia va a depender de que un tipo te pague: como marido, sugar daddy, como consumidor de tus imágenes, y es un modelo profundamente tradicional”, señaló.

Pasquinelli  considera que lo que está ocurriendo actualmente es un retroceso al modelo patriarcal de hace 50 años: “Es una vuelta al pasado. Se vuelve a mercantilizar el cuerpo de las mujeres, pero presentado como elección. Y creo que eso es lo peor porque hay muchos años de lucha en la que estamos peleando por nuestra autonomía”.

“No es muy distinta la vida de nuestros abuelos, que tenían hijos sin poder elegir porque no contaban con autonomía, educación ni autorización para trabajar. Pensemos que, en Argentina, hasta 1969 las mujeres necesitaban el permiso de sus padres o maridos para estudiar o ejercer un empleo. Por eso, lo que vemos hoy es una vuelta a formas de dependencia y de mercantilización de los cuerpos, aunque bajo otros mecanismos. Y, de alguna manera, esa regresión se presenta como una elección personal, y creo que justamente ahí radica lo más problemático”, concluyó.

Un tiempo para encontrarse

De cara a la presentación de su libro, Pasquinelli destaca la importancia del encuentro colectivo: “Siempre el encuentro es un hito, pero este año más, en un contexto político donde hay mucha necesidad de conversar y acompañarnos”.

Lala Pasquinelli en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, Corrientes.


En el marco del 38º Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis, Trans y No Binaries, Lala Pasquinelli llegó a Corrientes para la presentación de su libro La estafa de la feminidad. Desde su publicación en 2024, la autora continúa un trabajo de años: escuchar, recopilar testimonios y abrir discusiones que incomodan. Su apuesta sigue siendo la misma: desarmar los mandatos que sostienen desigualdades y recuperar la posibilidad de existir fuera de ellos.