Con una muestra del artista correntino César Tschanz
Espacio UNNE en la Feria Internacional de Arte a.362 de Resistencia

Desde el Centro Cultural Nordeste se gestionó la presencia del Espacio UNNE en la Feria a.362, en el Club Social, en Av. Alberdi 283, de Resistencia. A la muestra “Invocaciones”, de César Tschanz, se suma al circuito artístico “Ensayos sobre el paisaje”, de Karina Amadori (Brasil), Alfredo Muñoz y Andrea Lázaro (Argentina), reconocidos artistas de prestigio internacional, en la Sala Sagarduy del CCN.

La edición 2025 de la Feria a.362 se desarrollará los días 10, 11 y 12 de octubre, desde las 17 horas, en el Club Social de Resistencia, con entrada libre y gratuita. El evento reúne a 30 galerías y proyectos independientes en una programación que incluye intervenciones artísticas y actividades académicas.

Con los ejes “Magia, Mística y Celebración», la Feria de Arte Contemporáneo a.362, se preparó una edición que mixtura las nuevas propuestas de los creadores de la región (y de un poco más allá) en diálogo con el patrimonio de la ciudad, a través de una propuesta que excede a lo expositivo y se extiende en seminarios, intervenciones y una rica agenda cultural.

César Tschanz

Nacido en Monte Caseros (1973), es profesor de Artes Visuales. Sus pinturas están organizadas en series con diferentes estéticas y formatos. Compone paisajes acuáticos “Jardines Flotantes y Sumergidos”, un universo significativo inspirado en la naturaleza de los Esteros del Iberá. En Buenos Aires estuvo presente en tres Ferias de ArteBa, fue seleccionado en “Proyecto Circular II” en Palais de Glace y obtiene el 3er Premio Nacional del Consejo Federal de Inversiones entre otras participaciones de convocatorias y exposiciones nacionales. En el exterior participó de exposiciones colectivas en Italia, Paraguay, Brasil, Uruguay, España, New York. Actualmente reside en Paso de los Libres, Corrientes. Trabaja como docente en escuelas y dicta clases en su atelier.

Espacio UNNE / “Invocaciones”, por Javier Vargas, Director del CCN

César Tschanz se adentra en la frontera difusa entre lo visible y lo invisible, entre lo que puede ser representado y aquello que apenas puede ser sentido. Sus obras se erigen como un intento de dar forma a lo intangible, de traducir en materia las vibraciones de lo espiritual, lo simbólico y lo emocional.

El artista elige soportes rígidos, cuerpos materiales de bordes irregulares, que se convierten en protagonistas de la composición. Cada superficie, con sus contornos orgánicos y su geometría imperfecta, se transforma en un territorio donde se inscriben fragmentos de memoria, pensamiento y emoción. En este gesto, Tschanz amplía la noción de cuadro: la forma ya no es límite, sino resonancia.

El acto de invocar atraviesa toda la serie como un hilo místico. Invocar es llamar, abrir una puerta, tender un puente hacia aquello que no se puede nombrar. Así, lo místico se revela en el propio proceso de creación, donde el artista deviene en médium de una energía que se manifiesta en forma, textura y gesto.