ENTREVISTA EN RADIO UNNE
Eliminaron fondos de promoción científica y alertan que “en recursos humanos ya perdimos 500 investigadores”

 

El Gobierno Nacional anunció la eliminación del Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT). Radio UNNE dialogó al respecto con Fernando Peirano, economista especialista en gestión de la innovación y políticas de ciencia y tecnología, quien alertó sobre la ausencia de un plan de desarrollo federal y por la fuga de recursos humanos: el sistema científico nacional ya perdió 500 investigadores durante la gestión de Javier Milei.

Peirano estuvo a cargo de la presidencia de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) (2019-2023). Comentó que este organismo tiene la responsabilidad de coordinar el sistema científico público, y una de sus tareas fundamentales es la asignación y distribución de recursos gestionados, hasta ahora, del FONCYT.

Al aire de la 99.7, Peirano detalló que los recursos del FONCYT provenían tanto del Tesoro Nacional como de operaciones de crédito externo y de la cooperación internacional con el objeto de financiar proyectos de investigación en un plazo de cuatro años y por contrato, en el marco de los planes y programas establecidos para el sector de la ciencia y la tecnología.

“El Estado tiene distintas herramientas para cumplir con su rol y sus obligaciones. En el caso de la ciencia y la tecnología, el fondo fiduciario era un instrumento para constituir reserva pensando que los proyectos científicos se desarrollan a lo largo de varios años. Los fondos se iban aplicando en la medida que el proyecto científico avanzaba, tenía éxito, lograba sus distintas fases e hitos”, explicó.

El también docente universitario, sostuvo que la Agencia respaldaba proyectos que pasaban por un un exhaustivo proceso de evaluación para garantizar su excelencia y calidad. La gestión del FONCYT estaba también a cargo del Banco Nación, entidad que protegía estos recursos mediante distintas inversiones financieras. En la medida que la agencia lo reclamaba, el Banco Nación lo devolvía y la Agencia lo transfería al proyecto científico que había logrado un avance. 

“El FONCYT fue creado por ley en 1990. Con presupuestos bajos a veces, con dificultades, con los vaivenes políticos y económicos del país, pero era una manera concreta que tenía Argentina para acompañar iniciativas que hoy nos llenan de orgullo, como la vacuna argentina contra el COVID. Con lo que se ha decidido se le resta al sistema de promoción y al Estado la capacidad de acompañar estos proyectos en un marco de certidumbre”, apuntó.

Peirano manifestó preocupación por que la eliminación del FONCYT fue llevada adelante de manera inconsulta con miembros de la comunidad científica y universitaria. Además, alertó que en lo que va de la gestión ejecutiva de Javier Milei, no se designó a los miembros del directorio que deberían, junto con empresas de innovación y representantes de las provincias, definir el funcionamiento de la Agencia y el destino de sus recursos.

“Hay acciones que son tanto o más graves que el recorte presupuestario o el retraso en los salarios. Hay una vulneración de todo el sistema institucional. Este es un gobierno que se atribuye el manejo total de los ámbitos públicos estatales. La diferencia entre Estado y gobierno está totalmente diluida y esto es una situación realmente muy conmocionante. La eliminación del FONCYT no tiene ningún vínculo ni consecuencia ni beneficio en términos de cuentas fiscales, de ahorro. Sólo hace a un Estado más incompetente. Lo entendemos como un retroceso”, aseguró.

«La eliminación del FONCYT no tiene ningún vínculo ni consecuencia ni beneficio en términos de cuentas fiscales, de ahorro. Sólo hace a un Estado más incompetente. Lo entendemos como un retroceso”.

En este sentido, el economista opinó sobre el rumbo de las decisiones del Gobierno Nacional: “Hay un conjunto amplio de argentinos que valoramos la estabilidad macroeconómica, pero ese altar no puede sacrificar nuestras oportunidades de desarrollo. Es valorable, pero necesitamos que sea un medio y no un fin en sí mismo. Se ha reducido la capacidad estatal y los problemas estructurales se solucionan con educación, con universidad, con ciencia”.

Peirano indicó que el debate de fondo es qué proyecto de desarrollo encarará el país en el mediano y largo plazo: “Hay menos herramientas y menos oportunidades. Esto se traduce en un desincentivo a realizar ciencia en argentina, en recursos humanos ya perdimos 500 investigadores en esta gestión. Hace algunos años celebramos el retorno de investigadores al país. Hoy día los jóvenes perciben estas señales negativas y el año pasado en la convocatoria a becas doctorales del CONICET se presentaron un 30% menos de postulantes. Muchos de los que son más capaces, más talentosos están buscando otro ámbito; con suerte en el privado, con menos suerte fuera del país para desarrollar su profesión”.

“Hay menos herramientas y menos oportunidades. Esto se traduce en un desincentivo a realizar ciencia en argentina, en recursos humanos ya perdimos 500 investigadores en esta gestión».