A 56 AÑOS DEL CORRENTINAZO
“La universidad es vista como un actor peligroso por ser formadora de pensamiento crítico”

 

A 56 años del Correntinazo, hito del movimiento estudiantil argentino, se dialogó en Radio UNNE sobre los acontecimientos históricos y se reflexionó sobre la participación política juvenil en la actualidad. De la mesa de debate formaron parte Romina Fedurquevich, presidenta de la Federación Universitaria del Nordeste (FUNE); Emilio Varisco, uno de los autores del libro “El correntinazo y su contexto político y social”; y Marina Campusano, Doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (UNNE-CONICET).

Al aire de la 99.7, reconocieron al «Correntinazo» como un movimiento de protesta que estalló el 15 de mayo de 1969, en el contexto de la dictadura militar de Juan Carlos Onganía. La chispa que encendió la revuelta fue la decisión del rector interventor de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) de cerrar los centros de estudiantes y aumentar en un 500% el precio del comedor universitario, lo que afectaba gravemente a los alumnos de bajos recursos.

“Lo que ocurrió en el año 1969 es historia viva de nuestra región. Nos llama poderosamente la atención, y es una falla lógicamente en la currícula de nivel secundario, que cuando se estudia historia no arranca por nuestra tierra. Para entender el Correntinazo lo primero que hay que saber es que la dictadura anula el Congreso Nacional, ese hilo de representatividad entre el ciudadano y el gobernante se rompe y esto también ocurre en las universidades, porque las intervienen desde Casa Rosada”, señaló Varisco.

Campusano destacó el rasgo de solidaridad y de unión obrera-estudiantil de los acontecimientos, en un contexto de prohibición de actividad política: “El golpe de estado en el 66, desde el primer momento identifica el movimiento estudiantil como uno de los enemigos. La intervención tuvo un sentido de evitar que hubiera movilizaciones en contra del gobierno de facto. Allí empieza a tejerse una relación en el movimiento estudiantil del que también participaron los docentes y los trabajadores no docentes”.

El abogado y coautor del libro de ediciones Contexto publicado en 2022, destacó también que el movimiento estudiantil cosechó un fuerte apoyo social multisectorial durante la escalada de conflicto con las autoridades y apuntó que un día como hoy, hace 56 años, una marcha hacia el Rectorado fue brutalmente reprimida por las fuerzas de seguridad. Aquel 15 de mayo, en las inmediaciones de la Plaza Sargento Cabral, un automóvil policial abrió fuego contra los manifestantes, resultando asesinado el estudiante Juan José Cabral y dejando varios heridos.

“Juan José Cabral era un estudiante de 22 años de Medicina, oriundo de Paso de los Libres. Era un chico del interior que venía a estudiar a Corrientes”, detalló Varisco. Su asesinato y la masiva movilización estudiantil y social visibilizaron a los jóvenes como actores políticos organizados y contribuyeron a debilitar el régimen de Onganía, consolidando el Correntinazo como un símbolo de lucha en la historia argentina.

El Correntinazo no solo logró evitar la privatización del comedor universitario sino que también marcó un punto de inflexión en la resistencia contra la dictadura. La protesta contó con el apoyo de toda la comunidad académica, trabajadores, la CGT, la Iglesia y la sociedad civil; y su impacto se extendió más allá de Corrientes, inspirando otros levantamientos populares como el Rosariazo y el Cordobazo ese mismo mes. 

Un mensaje al presente

La presidenta de la FUNE expresó en vivo en la 99.7: “Como miembros de la UNNE es importante que conozcamos nuestra historia. El sistema universitario también como lo conocemos hoy día, con la autonomía universitaria y cogobierno como pilares que se gestaron por un movimiento rebelde, que desafió a la universidad elitista. Hoy día necesitamos esa unidad del Correntinazo, entre estudiantes y con la sociedad”.

En el mismo sentido, Campusano acotó: “El Correntinazo viene a hacernos un llamado a la cuestión de lo colectivo. Haciendo una analogía con la actualidad, la universidad es vista como un actor peligroso por ser formadora de pensamiento crítico. Los estudiantes no sólo van a formarse y no son profesionales aislados, sino que son profesionales comprometidos con las realidades que viven”.

«Los estudiantes no sólo van a formarse y no son profesionales aislados, sino que son profesionales comprometidos con las realidades que viven”.

El compromiso con la defensa de los derechos y la búsqueda de alianzas y consensos para lograr mejores condiciones de estudio, de trabajo y de vida fueron los rasgos destacados por la investigadora. “Este hecho histórico es un llamamiento a lo que ahora vivimos, en un contexto en donde la educación universitaria pública está siendo atacada”, indicó haciendo referencia a los severos recortes presupuestarios que sufren las instituciones y el sistema científico tecnológico nacional desde el 2023, la crisis salarial de sus trabajadores y los discursos estigmatizantes sostenidos por el Poder Ejecutivo, y denunciados sistemáticamente por el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN).

Fedurquevich retomó la experiencia de las marchas federales en defensa de la educación pública universitaria acontecidas durante el 2024 para trazar un paralelismo con el Correntinazo: “Ese abril no fuimos únicamente estudiantes, había docentes, no docentes había trabajadores, había obreros. A veces la universidad es algo que damos por sentado, pero nos quedan muchas conquistas por lograr. Es importante saber de dónde venimos para también hacer un análisis de dónde estamos y seguir comprometiéndonos para seguir mejorando”.

“Este hecho histórico es un llamamiento a lo que ahora vivimos, en un contexto en donde la educación universitaria pública está siendo atacada”.

La estudiante de Ciencias Económicas manifestó preocupación por los mensajes de odio dirigidos a alumnos y alumnas que se involucran en la participación política activa y remarcó: “Nosotros tenemos la responsabilidad de formar parte de la ciudadanía universitaria. Los estudiantes que nos involucramos somos conscientes del cogobierno, de la fuerza que tenemos. Tenemos que participar y tomarnos el tiempo de conocer nuestra realidad. La universidad no nos forma únicamente como profesionales, sino también como ciudadanos responsables con la sociedad”.