El presidente Javier Milei dio su primer discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas, y comunicó a la comunidad internacional que “Argentina va a abandonar la posición de neutralidad y va a estar a la vanguardia en defensa de la libertad”. El licenciado en Economía por la Universidad de Buenos Aires y Magíster en Relaciones Internacionales por FLACSO, Ricardo Aronskind habló en la radio de la Universidad Nacional del Nordeste, sobre las implicancias en este giro diplomático. Advirtió los riesgos para el país, como los atentados contra la embajada de Israel de 1992 y el ataque en 1994 contra la AMIA.
Aronskind advirtió en primer término que “la neutralidad no fue el capricho” de un único gobierno argentino, sino una larga historia compartida por gobiernos de muy distintos signos, de no alineamiento, de ubicación en una postura de no querer involucrarse en conflictos que nos son ajenos”. Irigoyen en los años 30, Perón en los años 40, Arturo Illia en los 60, e incluso los gobiernos de facto, se opusieron a tomar posición ante los enfrentamientos bélicos del siglo XX, explicó.
“Decir que la ONU es socialista es una aberración total. Es una vergüenza que un presidente diga cosas de tal nivel de ignorancia, no lo podemos naturalizar. Solamente un extremista puede sostener algo así”, enfatizó Aronskind.
Calificó de “insólito” el viraje de Milei desde el punto de vista de la tradición diplomática del país y alertó de los riesgos de involucrarse en conflictos internacionales que difieren a los intereses del país: “Es muy probable que se profundicen en los próximos años, tanto las guerras comerciales como guerras propiamente militares y de confrontación tecnológica. Javier Milei está ofreciendo la Argentina para hacer de cadete en confrontaciones ajenas a nuestras necesidades y a nuestras problemáticas”.
El docente de la Universidad Nacional de General Sarmiento rememoró que el único antecedente similar fue durante los años 90, cuando el país se alineó de manera explícita a los Estados Unidos: “Menem participó vendiéndole armas a Ecuador contra Perú, participó vendiéndole armas a Croacia en la guerra civil yugoslava. Es decir, en operaciones que Estados Unidos no podía hacer porque el propio congreso norteamericano lo impedía, entonces consiguió un cadete internacional que se llamaba Argentina que hacía las operaciones sucias”.
En este sentido, recordó que las consecuencias de aquel transitorio posicionamiento fueron el atentado contra la embajada de Israel de 1992 y el ataque en 1994 contra la AMIA, donde murieron 85 personas y se contabilizaron más de 300 heridos convirtiéndose en el peor atentado de la historia. La Justicia argentina ratificó las responsabilidades internacionales, y determinó que fue una orden de Irán y perpetrado por Hezbolá. Tanto dicho país como la mencionada organización terrorista están actualmente en activo enfrentamiento bélico contra el Estado de Israel.
“Menem participó vendiéndole armas a Ecuador contra Perú, participó vendiéndole armas a Croacia en la guerra civil yugoslava. Es decir, en operaciones que Estados Unidos no podía hacer porque el propio congreso norteamericano lo impedía, entonces consiguió un cadete internacional que se llamaba Argentina que hacía las operaciones sucias”.
¿ONU socialista?
Otro de los puntos más controversiales de la intervención de Javier Milei ante la ONU fueron las críticas a la organización internacional. Según el mandatario argentino, la asamblea perdió de vista sus principios fundacionales para transformarse en un organismo que buscaría “imponer una agenda ideológica global”, y calificó al Pacto Futuro como un “programa de gobierno supranacional de corte socialista”.
La propuesta de extensión al 2045 de la Agenda 2030 de Naciones pretenden marcar una hoja de ruta para afrontar desafíos crecientes como el desarrollo sostenible, el cambio climático, la igualdad de género, el respeto por los pueblos originarios y la cooperación digital, entre otros. Argentina negó su adhesión y quedó por fuera del pacto multilateral.
“Decir que la ONU es socialista es una aberración total. Si un alumno, en algún curso de relaciones internacionales en cualquier lugar del mundo, pone eso en un examen lo bochan. Es una vergüenza que un presidente diga cosas de tal nivel de ignorancia, no lo podemos naturalizar. Solamente un extremista puede sostener algo así”, enfatizó Aronskind.
El especialista aseguró que al organismo internacional, en sus décadas de funcionamiento, se le pueden realizar diversas críticas y objeciones. Sin embargo, apuntó a que Milei no representó en sus discursos los intereses nacionales argentinos sino de las corporaciones multinacionales que no quieren someterse a los límites de los Estados Nacionales.
“Esto es característico de la globalización. Pero la sorpresa es que ahora han encontrado un presidente de un país periférico que se hace cargo, una especie de empleado que va a los organismos internacionales a expresar lo que ellos piensan. Es una cosa completamente insólita y absolutamente alejada de los intereses nacionales argentinos “, sostuvo el académico.
«Ahora han encontrado un presidente de un país periférico que se hace cargo, una especie de empleado que va a los organismos internacionales a expresar lo que ellos piensan. Es una cosa completamente insólita y absolutamente alejada de los intereses nacionales argentinos».