“Pionera UNNE” es el nombre de un nuevo cultivar de la leguminosa Stylosanthes guianensis desarrollado en el marco de un programa de mejoramiento genético de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y el IBONE (CONICET-UNNE). El cultivar, que está en proceso de inscripción en el INASE, se adapta a suelos poco fértiles, soporta las bajas temperaturas y la antracnosis, la principal enfermedad que afecta a este tipo de leguminosas en la región. Destacan el potencial de transferencia del logro.
«Estamos muy emocionados con el logro que implica este desarrollo desde la ciencia de la UNNE y Conicet para atender una necesidad concreta que es mejorar la disponibilidad y calidad de las pasturas en regiones subtropicales» destacó el Dr. Carlos Acuña, responsable del equipo de investigación que logró el desarrollo del cultivar Pionera UNNE.
El grupo de trabajo está además integrado por la Dra. Andrea Brugnoli, el Dr. Alex Zili y la Dra. Florencia Marcón, quienes al igual que el Dr. Acuña son investigadores del Instituto de Botánica del Nordeste («IBONE», CONICET-UNNE) y docentes en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE.
El nombre elegido de «Pionera UNNE» refiere a su característica de crecer en ambientes pobres y actuar como pionera o colona, pero también por ser el primer producto de ese tipo, leguminosa forrajera, desarrollado en la Universidad Nacional del Nordeste.
El nuevo cultivar es de ciclo estival y perenne, y demostró muy buen rendimiento productivo en los ensayos realizados.
Se trata del primer cultivar desarrollado en Argentina para el género Stylosanthes.
Desde el grupo a cargo de la generación del cultivar confían en poder avanzar hacia la instancia de transferencia tecnológica que posibilite la producción y comercialización de las semillas y la incorporación de esta leguminosa a los sistemas productivos del NEA.
Con ese fin, ya se iniciaron los registros del cultivar ante el Instituto Nacional de la Semilla.
El Desarrollo
Para comprender la importancia de la innovación lograda, el Dr. Acuña detalló que en los sistemas de producción de carne bovina el recurso forrajero, tanto de campo natural como el proveniente del cultivo de especies forrajeras, tiene una predominancia de gramíneas, del tipo Carbono 4, que crecen rápidamente con escasos recursos pero que tienen un valor nutricional que en general es bajo.
La otra gran familia botánica que contienen a las especies forrajeras son las leguminosas que contribuyen a lograr un incremento del nitrógeno total en el sistema suelo-planta-animal a través de la fijación de N atmosférico, y propicia un aumento de la concentración de proteínas y digestibilidad en la dieta de animales en pastoreo, en especial donde hay predominio de fibras como hay en la región nordeste.
Además, las leguminosas extienden el periodo de pastoreo dentro de periodos secos y logra un incremento de la capacidad de fijación de carbono.
En el nordeste argentino, en los mejores suelos se cultiva la alfalfa, la reina de las forrajeras, que compite con otros cultivos mayores al utilizar los suelos más aptos. Además, existen especies anuales invernales, y más recientemente especies estivales anuales.
Pero se registra un nicho importante para especies de ciclo estival perennes, como la alfalfa, pero para suelos de ambientes más pobres en cuanto a fertilidad.
Con esas condiciones, existe una especie en los trópicos «Stylosanthes guianensis», llamada la alfalfa de los trópicos, que tiene una alta capacidad de crecimiento y además tiene un alto valor nutricional, pero que cuando se la cultiva en la región nordeste argentina se comporta como anual o bianual.
Según estudios realizados en la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, eso sucede debido a que, en el otoño, que es muy húmedo en la zona, aparece una enfermedad, antracnosis, que afecta mucho a este tipo de especies, así como el frío, especialmente las heladas.
Avances
Ante a ello, el equipo de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y del IBONE decidió iniciar un proyecto de mejoramiento genético de la especie Stylosanthes guianensis en busca de generar un cultivar apto para el subtrópico, en particular para la región NEA.
El estudio se inició con la evaluación de materiales coleccionados y desarrollados en Australia y Colombia, así como con algunas colecciones de la región nordeste argentina.
Posteriormente se realizaron cruzamientos entre los materiales que mejor se adaptaban a la zona y un ecotipo nativo, se generó una progenie F1 y se separaron los híbridos verdaderos a través de marcadores moleculares.
Luego se pasó a una F2 en la que se observó una mayor variabilidad, pero con la «suerte» en el estudio de que cuando se cultivó esta población el otoño fue muy lluvioso y se manifestó la enfermedad antracnosis, y además el invierno fue riguroso, con heladas tempranas, por lo que más del 80% de la población murió, es decir que «el ambiente hizo la selección por nosotros», añadió el Dr. Acuña.
Con los individuos que sobrevivieron, F3 y F5, se iniciaron nuevas evaluaciones.
Resultados
De acuerdo a lo observado en el estudio, el nuevo cultivar puede durar hasta cuatro años en suelos extremadamente pobres con aproximadamente 4 partes por millón de fósforo en suelo arenoso.
Se logró una producción media de 6 toneladas de materia seca por hectárea por año, y una concentración de proteína de 15 al 18%, y entre 74 y 78 por ciento del total de nutrientes digestivos.
Actualmente, en colaboración con investigadores del INTA de Colonia Benítez, Chaco, se están haciendo ensayos de pastoreo para ver la respuesta de la planta a altas cargas por tiempos cortos.
Por otra parte, junto a un investigador de Formosa, especialista en nutrición animal, están ensayando la viabilidad de suplementar dietas ricas en fibras con heno de las líneas nuevas de la leguminosa.
Adicionalmente, se están haciendo ensayos multiambientales, para determinar cómo se comporta la leguminosa en ambientes de distintas localidades de la región, con ensayos junto al INTA de Cerro Azul (Misiones), en la localidad de Ingeniero Chanourdie en Santa Fe, en Colonia Benítez (Chaco) y en un establecimiento de Alvear en la provincia de Corrientes.
Con el nuevo cultivar también se realizó una Tesis de Maestría donde se evaluó el comportamiento de los cultivares de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, que son gramíneas, cuando eran asociados con estas leguminosas.
Se pudo identificar con esa tesis que la capacidad de crecimiento del nuevo cultivar en suelos pobres es tan alta como las gramíneas, y cuando se asocian con stylosanthes las gramíneas triplican su producción.
Vinculación y Transferencia
El Dr. Acuña destacó que «el objetivo es poder contribuir a que realmente pueda aprovecharse el desarrollo en pos del mejoramiento de la disponibilidad y calidad de pasturas en suelos de la región».
Comentó que con ese objetivo se presentó un proyecto en busca de financiamiento en conjunto con una empresa de la ciudad de Pergamino (ZINMA SA) que se dedica a la producción de semillas, para poder inscribir el cultivar, multiplicar la semillas y comercializarlas.
Asimismo, como ya se mencionó, se presentó en el Instituto Nacional de la Semilla (INASE) una propuesta de un nuevo cultivar, selecto a partir de todas las evaluaciones realizadas en el estudio, con el nombre propuesto de «PIONERA UNNE».
Según se fundamentó, los usos del nuevo cultivar sería la elaboración de reservas de alta calidad, su utilización como pasturas monofíticas, como banco de proteína, el empleo en pasturas polifíticas en mezcla con gramíneas, y su uso en cultivos de servicios para el mejoramiento de suelos empobrecidos.
Mientras se evalúa en el INASE la propuesta de inscripción del nuevo cultivar, se está avanzando en la etapa de incrementar la cantidad de semillas disponibles para iniciar con la «semilla base» para el proceso de multiplicación.
Por su parte, la Dra. Andrea Brugnoli destacó que el registro es de gran importancia para la región y el país, porque dentro de las leguminosas que se cultivan en Argentina la mayoría proviene de cultivares que no son de la zona, se traen del exterior, por lo que, debido a cuestiones de costo económico y logística, las semillas no están disponibles para gran parte de los productores.
«Con este desarrollo, se le está dando al productor la oportunidad de cultivar una leguminosa que se adapta a la realidad de la producción del NEA» opinó.
Señaló que, si bien el cultivar se generó para suelos y condiciones de la región nordeste argentina, podría adaptarse a ambientes similares de otros países como Brasil y Paraguay.
“Esperemos que este logro en el campo científico pueda dar el salto necesario para su aprovechamiento por parte del sector productivo en la región” concluyó en tanto el Dr. Acuña.