La Universidad Nacional del Nordeste cuenta con una de las colecciones paleontológicas más importantes de la Argentina, y para mejorar su protección se puso en marcha un programa institucional con nuevas técnicas de conservación preventiva. «Se favorece la preservación de los materiales, la calidad de almacenamiento de la información y una mejor accesibilidad para especialistas».
Las Colecciones Paleontológicas de la Universidad Nacional del Nordeste – “Dr. Rafael Herbst» se encuentran ubicadas en el predio del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL), de doble dependencia CONICET-UNNE.
Cuenta con aproximadamente 27.000 ejemplares, correspondientes a las secciones de «Paleobotánica», «Paleozoología vertebrados y Paleozoología invertebrados», «Preparados micropaleontológicos», «Icnología», y en particular alberga una importante colección de vertebrados fósiles.
Con más de cinco décadas de funcionamiento, se trata de una de las colecciones paleontológicas más importantes de la Argentina, y de reconocimiento internacional, con ejemplares provenientes de diversas localidades del país y del extranjero, y un significativo número de especies de diversas edades geológicas.
Hace algunos años, en sintonía con la mayor preocupación observada en las principales colecciones internacionales para mejorar la conservación de los materiales fósiles, desde las Colecciones Paleontológicas de la UNNE se inició un relevamiento de las condiciones de conservación de sus muestras, lo que posibilitó identificar distintos procesos de deterioro de los materiales.
Principalmente se observó la incidencia de factores ambientales como la humedad y temperatura, y en el lapso de la última década se identificó el deterioro relacionado con la alteración de los productos utilizados como adhesivos y consolidantes.
Así, se gestó un «Programa de Conservación Preventiva» con el objetivo de detener el avance de estos procesos.
«Esperamos que este proceso de curaduría de la colección garantice una mejora en la preservación de los materiales» destacan desde el equipo a cargo del programa de conservación preventiva, integrado por la Dra. Silvia C. Gnaedinger (responsable de la colección), la Dra. Verónica Espíndola (curadora), el investigador Dr. Alfredo Zurita y el Técnico Carlos Luna.
RELEVANCIA DE LA PROPUESTA
En diálogo con UNNE Medios, Carlos Luna y Alfredo Zurita resaltaron los avances del proyecto, que en particular busca precisar cómo inciden los factores ambientales en la región, y monitorear cómo las medidas implementadas van logrando detener o revertir los procesos de deterioro.
«Cada fósil es único e irrepetible, su hallazgo es casi milagroso, lo cual asigna importancia a su conservación», resaltó el Dr. Zurita.
En ese aspecto, remarcó que el trabajo de protección iniciado adquiere relevancia por ser la colección de la UNNE una de las colecciones más reconocidas del país, pero también porque Argentina es uno de los países de mayor tradición paleontológica a nivel mundial y de allí que sus colecciones sean fuente de consulta permanente.
Por su parte, Carlos Luna resaltó que el proyecto contribuirá a mejorar el estado de los materiales de la colección de la UNNE, pero también «es un aporte que estamos realizando desde el CECOAL al manejo de colecciones que estén en condiciones similares en otras instituciones del país y el extranjero».
PRINCIPALES ACCIONES
En vista del diagnóstico realizado en la colección de la UNNE, las principales acciones están enfocadas en la restauración y consolidación de materiales con alto grado de deterioro, reemplazo de rótulos sobre ellos, sustitución de materiales de embalaje y almacenamiento, digitalización de los restos e información asociada como fichas y libro de inventario de la colección, y actualización de los datos de identificación taxonómica.
También en la implementación de un nuevo modelo de fichas con incorporación de información recuperada de tesis doctorales y publicaciones.
La digitalización mediante fotografía de los materiales constituirá una herramienta, por un lado, para facilitar el acceso a la información y evitar la manipulación física de las muestras, pero también posibilitará evaluar la evolución de los procesos de deterioro a futuro.
Los materiales de almacenamiento, principalmente cartón, comenzaron a ser reemplazados por bolsas de polietileno y contenedores plásticos con soportes internos de espuma de polipropileno.
También se avanzó en una optimización de criterios para el ingreso de los materiales y su registro.
En tanto, teniendo en cuenta que la única metodología empleada para la identificación de materiales que ha permanecido inalterada a través del tiempo ha sido la adhesión de pequeñas etiquetas impresas sobre el material, se determinó continuar con este sistema utilizando adhesivo de pH neutro en base a PVA.
«Cada fósil es único e irrepetible, su hallazgo es casi milagroso, lo cual asigna importancia a su conservación»
PERTINENCIA DEL PROGRAMA
A lo largo del tiempo se pensaba que las colecciones fósiles eran materiales inertes, que no sufrían el paso del tiempo. Pero en las últimas décadas en Europa y Estados Unidos se empezó a corroborar el deterioro de colecciones geológicas y paleontológicas.
Con esa premisa, “comenzamos a hacer relevamiento para identificar el estado real de nuestros materiales» explicó Carlos Luna en diálogo con UNNE Medios.
Señaló que en la región NEA tienen gran incidencia la alta temperatura y la alta humedad, y especialmente inciden las marcadas variaciones en esos factores, pues altas temperaturas se relacionan con bajas condiciones de humedad, y en condiciones de bajas temperaturas crece la humedad.
Detalló que esas variaciones llevan a cambios físicos químicos en los fósiles que hacen que en determinados fragmentos óseos se vaya modificando la química, se recristalice y con ese cambio un fósil íntegro pasa a ser polvo a lo largo del tiempo.
«Vimos el deterioro, los daños y las condiciones que afectaban, por lo que se resolvió ajustar las condiciones de humedad y de temperatura con incorporación de sistemas de aire acondicionado de gran porte para estabilizar las condiciones dentro de los espacios» expresó.
Respecto al procedimiento de digitalización de las muestras, comentó que se sacan fotografías de cada fósil para ver el estado actual de cada fósil con el objetivo de hacer comparaciones dentro de 2, 4, 6 y 8 años y determinar si efectivamente se logró revertir o detener los procesos de deterioros de los materiales.
Otro de los factores importantes en el deterioro se relaciona con los materiales de almacenaje, que tradicionalmente se realizan en cajas de cartón. Sin embargo, este material, en las condiciones de alta humedad del nordeste argentino absorbe humedad y la transmite al material.
Para ello, se empezó a utilizar un sistema de almacenaje de cajones de plásticos y el uso de «FOAM», compuesto por dos láminas de PVC y un núcleo de espuma de polietileno, que permite aislar al material fósil del entorno, y además aislar los materiales entre sí.
«Estamos haciendo un gran esfuerzo en tratar de detener el deterioro en los fósiles de nuestra colección. Si bien son procesos comunes que afectan a las colecciones paleontológicas en general, nosotros estamos tratando de entender las condiciones particulares del NEA de alta humedad y alta temperatura», resaltó Carlos Luna.
Agregó que no se conoce mucho del tema de conservación de colecciones, y en esa línea manifestó que «ya nos han consultado desde otras instituciones respecto a cómo avanza nuestro programa de conservación».
POTENCIAR LA COLECCIÓN
El Dr. Zurita comentó que las colecciones de Argentina, entre ellas la de UNNE, no sólo son consultadas por profesionales del país sino también del extranjero, y posibilitan la elaboración de trabajos científicos que se publican en las mejores revistas paleontológicas a nivel mundial.
También las colecciones constituyen una herramienta clave en las acciones de visibilización y popularización de la ciencia en la sociedad.
Recordó que la colección de la UNNE tiene características particulares, porque hay registros de organismos que abarcan un lapso muy amplio en términos geológicos, con restos fósiles de la megafauna del Pleistoceno de la provincia de Corrientes de cerca de 50 mil años, o registros de plantas fósiles y de vertebrados fósiles de hasta 300 millones de años.
«Eso da la idea de la inmensidad de tiempo que abarcan los registros fósiles de la colección y de la diversidad de grupos con los cuales trabajan los investigadores, becarios y personal técnico del CECOAL, UNNE y otros grupos del país.
Señaló que una de las políticas institucionales es digitalizar las piezas para lograr la menor manipulación posible, lo que implica menor deterioro.
En ese aspecto, uno de los objetivos que estaba previsto iniciar en el corto plazo, era avanzar en el diseño en «modelo 3D» de las principales piezas y trabajar con los estándares de las grandes colecciones paleontológicas de Estados Unidos y Europa que están promoviendo esta tecnología para facilitar el acceso a los materiales y reducir su manipulación.
Para finalizar, el Dr. Zurita y el Téc. Carlos Luna remarcaron que reiteró que por ley, los materiales fósiles constituyen parte del patrimonio del país y «por eso la importancia de garantizar su conservación».