Profesionales de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE elaboraron una guía con recomendaciones para el uso de productos químicos registrados para el control de plagas que afectan al cultivo de sandía, melón, pepino, zapallo, zapallito de tronco y calabaza en la región NEA. Se busca contribuir con una producción inocua, segura y de calidad para el consumo y con el menor impacto ambiental posible.
Las Cucurbitáceas constituyen un amplio grupo de plantas, que en su mayoría son fuente importante para la alimentación humana.
En Argentina la producción de estas especies ocupa cerca de 45.000 hectáreas, entre las que se destacan la calabaza, zapallo, zapallito de tronco o redondo, sandía, melón, pepino, entre otros, y la región NEA tiene una importante participación en este tipo de cultivos.
La mayoría de los productos cosechados de Cucurbitáceas se comercializan en fresco, razón por la cual se debe garantizar condiciones de inocuidad para llevar seguridad y calidad a la mesa de los consumidores.
En ese sentido, integrantes de la Cátedra de Terapéutica Vegetal de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE consideraron necesario poder contribuir con algún material que facilite a los técnicos y productores en la toma de decisiones sobre el control químico en los principales cultivos de estas especies.
Así, surgió el proyecto «Recopilación de insecticidas, acaricidas y fungicidas registrados para el cultivo de cucurbitáceas en Argentina», a cargo del Ing. Agr. Augusto Mambrin, el Mgter. Gabriel Pinto Ruiz y el Dr. José Tarragó.
El trabajo, cuyos detalles fueron publicados en la Revista Agrotecnia-UNNE, considera recomendaciones específicas para cultivos de sandía, melón, pepino, zapallo, zapallito de tronco y calabaza, que representan producciones de relevancia en el nordeste argentino.
RELEVANCIA
«El objetivo es contribuir a que la elección de un producto fitosanitario no esté regida sólo por la disponibilidad y/o el precio del producto, sino que se considere prioritariamente el tiempo de carencia, la eficiencia en el control y también el impacto ambiental» explicó el Dr. Tarragó, docente a cargo de la Cátedra de Terapéutica Vegetal.
Por su parte, el Ing. Agr. Mambrin, detalló que el trabajo está destinado a profesionales, técnicos y también los productores que realizan las tareas de aplicación de productos fitosanitarios.
En esa línea, comentó que optar por el producto más adecuado para el control químico implica acceder a información que «muchas veces no está a la mano» de productores y técnicos, y hasta se requiere en ocasiones recurrir a distintas resoluciones para encontrar el producto recomendado para cada cultivo, el tiempo de carencia, las dosis y otras pautas de aplicación.
«Por ello, consideramos que esta guía puede aportar en prácticas más eficientes de control químicos en estos cultivos» indicó el Mgter. Pinto Ruiz, quien recordó que desde la Cátedra años atrás se había realizado un trabajo similar con productos autorizados para el control de plagas en verduras de hoja, que tuvo gran aceptación en el sector productivo.
DETALLES DE LA GUÍA
En el marco del trabajo realizado desde la Cátedra Terapéutica Vegetal (FCA-UNNE) se recopilaron datos de insecticidas, acaricidas, nematicidas, molusquicidas y fungicidas para cultivos de sandía, melón, pepino, zapallo, zapallito de tronco y calabaza.
Se incluyeron productos registrados y formulados habilitados para cada cultivo por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA).
Los datos que se relevaron fueron principios activos registrados por cultivo, concentraciones de los productos, adversidad que controlan, dosis de uso, «tiempo de carencia», «grupos químicos», «bandas toxicológicas», «formulaciones de los productos», y su respectiva clasificación por el mecanismo de acción según referencias internacionales como IRAC y FRAC.
También se incluyó el componente de Coeficiente de Impacto Ambiental (EIQ) para cada recomendación de uso, lo cual es un criterio más en la selección del principio activo a utilizar.
Se tuvieron en cuenta los insectos y hongos que afectan los cultivos de sandía, melón, pepino, zapallo, zapallito de tronco y calabaza.
En total, se relevaron 35 principios activos registrados para las distintas especies de Cucurbitáceas, de los cuales 13 son insecticidas, acaricidas, nematicidas o molusquicidas, y 22 fungicidas.
IMPORTANCIA EN PRODUCCIÓN Y CONSUMO
«Se trata de una guía orientativa, para el uso adecuado, pero la recomendación es siempre contar con el asesoramiento de profesionales habilitados» señaló el Ing. Agr. Mambrin.
Sostuvo que el uso adecuado de los productos fitosanitarios es clave en todo tipo de producciones, pero guarda especial relevancia en las cucurbitáceas incluidas en el trabajo porque se consumen como productos frescos, como el pepino, melón y sandía, y en algunos casos se cocinan con cáscaras como el zapallo o calabaza, lo cual torna aún más necesario garantizar la inocuidad.
Al respecto, el Dr. Tarragó recordó que este tipo de recomendaciones para el uso de productos químicos se enmarca además en la promoción de buenas prácticas agrícolas que tienen por fin el logro de una producción sana, segura y amigable con el ambiente.
se Destacó en particular la inclusión del Coeficiente de Impacto Ambiental (EIQ) EN LAS RECOMENDACIONES
Al respecto, se explicó que también el impacto ambiental debe ser un factor de relevancia en las decisiones a tomar, aunque es algo que no siempre es considerado en la elección de un producto. Agregó que la guía también podría contribuir en que los consumidores conozcan más sobre el origen de los productos que consumen.
Sobre ello, el Mgter. Pinto Ruiz expresó que el objetivo es poder difundir las recomendaciones para su «apropiación» por parte del sector productivo principalmente, porque realmente aporta información que, de considerarse, puede orientar las prácticas de manejo productivo hacia un estándar más eficientes en cuanto a favorecer el rendimiento productivo, pero también para garantizar la inocuidad y minimizar el impacto en el ambiente.
FORMACIÓN DE RECURSOS HUMANOS
Para finalizar, el Dr. José Tarragó destacó la participación en el proyecto del Ing. Agr. Mambrin, quien se acercó a la Cátedra Terapéutica Vegetal (FCA-UNNE) para colaborar desde su formación, y así se comprometió con el trabajo propuesto, e inició así su camino en la investigación y la docencia dentro de la Universidad.
Indicó que, desde la Cátedra se considera clave este tipo de proyectos como una forma de formar recursos humanos y al mismo tiempo aportar al medio social.