Con experimentos en laboratorio y ambientes controlados, el Laboratorio de Herbivoría y Control Biológico en Humedales (HeCoB) del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, UNNE-CONICET), con la colaboración de la Fundación para el Estudio de las Especies Invasoras (FuEDEI), avanza en el proyecto de cría aumentativa de insectos para reducir la invasión de malezas acuáticas en lagunas urbanas de la ciudad de Resistencia. Sería la primera experiencia de control biológico de la región NEA y en humedales subtropicales de Sudamérica.
Las lagunas urbanas constituyen ambientes de importancia por los múltiples servicios ecosistémicos que brindan, como almacenar agua y amortiguar las inundaciones, mitigar las temperaturas extremas y ser refugio de biodiversidad, pero a la vez son ambientes sensibles, expuestos a la acción antrópica.
Uno de los impactos de la intervención humana sobre estos recursos es la alteración de la calidad del agua e incremento de nutrientes, producto de efluentes, lo que puede generar la proliferación de ciertas plantas acuáticas que aumentan su biomasa y productividad desmedidamente respecto a los ambientes naturales, y por consiguiente se transforman en “malezas” o «invasoras».
Es esta la realidad de las lagunas urbanas de la ciudad de Resistencia, Chaco, por lo cual a mediados del año 2022 se firmó un convenio entre el Centro de Ecología Aplicada del Litoral («CECOAL», CONICET-UNNE) y la Municipalidad de la Ciudad de Resistencia para el desarrollo de una biotecnología que posibilite el control de las malezas acuáticas a través de un manejo natural, utilizando insectos nativos altamente específicos y de manera aumentativa respecto a las abundancias que tienen en condiciones naturales.
De concretarse, se trataría de la primera experiencia de control biológico del nordeste argentino y se sumaría a las acotadas acciones de control biológico del país que fueron llevadas a cabo por la FuEDEI en regiones áridas y templadas del país.
Pero, además, se transformaría en la primera acción de este tipo en humedales subtropicales de Sudamérica, por lo que revertiría interés para países como Brasil, Colombia, Paraguay, entre otros.
Para conocer el avance de la iniciativa, UNNE Medios dialogó con la Dra. Celeste Fransceschini y la Lic. Sabrina Bertucci, integrantes del HeCoB (CECOAL) y responsables del proyecto, así como con el Dr. Rodrigo Diaz, investigador de la Universidad Estatal de Louisiana, Estados Unidos, quien colabora en la propuesta debido a que el Estado de Louisiana presenta problemáticas similares a Resistencia de lagunas «invadidas» por malezas acuáticas.
En el proyecto se busca reducir al repollito de agua o Pistia stratiotes, la principal maleza acuática que invade los cuerpos de agua en la ciudad de Resistencia, y los insectos que se utilizarán como biocontroladores será Lepidelphax pistiae y Neohydronomus affinis, especies altamente específicas, es decir que se alimentan y reproducen exclusivamente en el repollito de agua.
“Se busca una respuesta innovadora a una problemática recurrente que afecta los humedales urbanos de esta región” destacaron sobre la iniciativa en marcha.
ETAPAS DEL PROYECTO
«Son las primeras acciones de un proyecto innovador a largo plazo, para atender una problemática creciente en muchas partes del mundo como la invasión de malezas acuáticas en cursos de agua» resaltó la Lic. Bertucci, quien desarrolla su beca doctoral trabajando en el proyecto de control biológico en lagunas de Resistencia.
Acotó que, en el plano internacional, el control biológico se posiciona como la acción más eficiente y al mismo tiempo más sustentable.
Respecto al proyecto para las lagunas de Resistencia, detalló que de manera inicial se realizó un análisis de campo y laboratorio para determinar el estado de invasión de las lagunas, las características físico químicas del agua y un relevamiento para identificar agentes biocontroladores asociados a la vegetación de las lagunas.
Posteriormente, se iniciaron ensayos en ambientes controlados, en piletones experimentales del CECOAL, lo que permitió corroborar que en un periodo de sólo seis meses, y sin aumentar densidades, los ejemplares de Lepidelphax pistiae causaron una marcada disminución en el tamaño y vigor repollitos de agua, aun cuando las piletas fueron inicialmente fertilizadas.
En tanto, más recientemente, se iniciaron experimentos para determinar la densidad óptima del insecto biocontrolador.
Así, bajo condiciones de temperatura y humedad controladas en el Bioterio Experimental en Humedales y Control Biológico (CECOAL), se evalúa cómo diferentes cantidades de insectos afectan a la planta en un tiempo determinado, lo cual posibilitará estimar qué cantidad de insectos serían necesarios para reducir la invasión de repollitos de agua en las lagunas urbanas de Resistencia.
En las etapas siguientes se prevén otros ensayos para caracterizar el comportamiento de los biocontroladores, la relación biocontrolador/planta, hasta llegar a la instancia de cría masiva de insectos biocontroladores, a fin de obtener grandes números de individuos e implementar el control aumentativo.
«Por lo novedoso del tema no se pueden establecer plazos precisos de desarrollo del proyecto, aunque la intención es poder concretar las primeras liberaciones en las lagunas en un periodo de dos años» sostuvo la Lic. Bertucci, aunque, reiteró, ello estará supeditado a los ensayos previos.
POR QUÉ EL CONTROL BIOLÓGICO
La Dra. Fransceschini explicó que, para atender el problema de plantas invasoras, a nivel mundial las estrategias convencionales son la mecánica y el uso de herbicidas, en ambos casos de alto costo, compleja operación, acotados resultados y no sustentables ambientalmente.
El control mecánico, la técnica más usada en Sudamérica, demanda económicamente altos costos para los municipios, con operadores, maquinarias, y lugares para disponer la biomasa extraída, pero en un plazo de algunas semanas la presencia masiva de plantas acuáticas regresa, porque el problema no son las plantas sino la alteración en las condiciones del agua con excesos de nutrientes.
Asimismo, este tipo de control resulta solamente en áreas muy acotadas para tratar.
En tanto, el uso de herbicidas requiere de personal calificado y equipamientos para la aplicación, sumado al costo de los productos químicos y el impacto ambiental, principalmente en el agua, y tampoco elimina definitivamente las malezas, que en el lapso de poco tiempo vuelven a invadir.
«Ahí es donde el control biológico se posiciona como una forma de regular la población de plantas acuáticas de manera sustentable y naturalmente, por medio de agentes biocontroladores, que permanecen en el ambiente y proporcionan un control duradero en grandes áreas” resaltó.
Explicó que el control biológico se hace en ambientes urbanos, sobre poblaciones de plantas que se comportan como invasoras y consiste en aumentar la abundancia de los insectos que naturalmente se alimentan de estas plantas.
Aclaró que las plantas acuáticas, como los repollitos de agua, son nativas y en ambientes naturales no es necesario controlarlas, porque son ambientes en equilibrio, pero sí en sistemas urbanos donde estas plantas empiezan a crecer desmedidamente porque se registra un incremento de nutrientes en los cursos de agua debido a la acción antrópica.
RELEVANCIA DEL CONTROL
Para graficar la necesidad de innovar frente al problema de invasión de malezas acuáticas, comentó que en la ciudad de Resistencia se aplica el control mecánico, pese a lo cual de 21 lagunas ubicadas en el ejido urbano sólo en 5 se está pudiendo controlar la proliferación de repollitos de agua, camalotes y otras especies.
Explicó que el exceso de plantas genera una colmatación de las lagunas, es decir una reducción de su capacidad de almacenar agua, porque las plantas generan materia orgánica que se acumula en el lecho.
Pero además estas grandes cantidades de materia orgánica se descomponen en el fondo de las lagunas, y sumado a las altas temperaturas, afecta la calidad del agua e impacta negativamente en la biodiversidad que albergan las lagunas como ser los peces y otras especies.
Por eso, la reducción de las plantas acuáticas no sólo es una cuestión estética, de paisaje, sino que se devuelve a las lagunas urbanas la posibilidad de prestar de manera eficiente sus diversos servicios ecosistémicos, como amortiguar inundaciones, amortiguar temperaturas, albergar diversidad especie de fauna y flora, y la calidad del agua.
«El control biológico es más efectivo, duradero en el tiempo e inocuo para el ambiente»
Además, en el caso de Resistencia esta herramienta permitiría abarcar más lagunas y grandes áreas, respecto a las limitaciones que actualmente se presenta con el control mecánico.
UNA REALIDAD MUNDIAL
Por su parte, el Dr. Rodrigo Diaz, señaló que desde la Universidad Estatal de Louisiana se colabora con el proyecto en lagunas de Resistencia, «porque tenemos muchos puntos en común frente a la problemática de la invasión de plantas acuáticas».
Comentó que en eventos científicos disciplinares se enteró del trabajo del HeCoB (UNNE-CONICET) y consideró propicio poder conocer en mayor detalle los ensayos que estaban realizando.
«Los humedales de la zona de Louisiana tienen las mismas plantas acuáticas que el nordeste argentino, como repollitos de agua, camalotes, helechitos de agua, y otras, pero la diferencia es que en Louisiana son especies exóticas y en el NEA son nativas» resaltó.
En esa línea, indicó: «pero los enemigos naturales de estas plantas están en el NEA argentino”.
Por ello, agregó, el objetivo es conocer qué insectos pueden controlar biológicamente estas plantas cuando se transforman en malezas y profundizar el conocimiento sobre los mismos, lo cual podría ser de interés para enriquecer las experiencias concretadas en diversas partes de Estados Unidos.
Sostuvo que desde la Universidad Estatal de Louisiana pudieron desarrollar programas de control biológico exitosos para las especies de plantas acuáticas más frecuentes, pero tienen la necesidad de hacer lo propio con otras especies, así como identificar posibles agentes más específicos para las plantas que ya están siendo controladas.
Sobre la herramienta del control biológico, el Dr. Diaz explicó que en Estados Unidos el uso de agroquímicos es la herramienta más utilizada para controlar malezas, y hasta se usan avionetas para dispersar los herbicidas. También se realiza control mecánico con grandes maquinarias y cantidad de operarios.
«En Louisiana se está demostrando la efectividad del control biológico, y por ejemplo en el sur del Estado se pasó del uso de avionetas con herbicidas a vecinos que van a la Universidad a retirar sus envases con insectos biocontroladores para liberarlos en sus lagunas» resaltó.
Agregó que «cuando la planta empieza a ser dañada por el biocontrolador pareciera ser que ya no ofrece resistencia y cada vez se va reduciendo en tamaño más rápido”, mientras que, con las otras técnicas, en poco tiempo, algunas semanas, las plantas vuelven a crecer de forma vigorosa.
Frente a los resultados alcanzados en las experiencias en Estados Unidos, comentó que desde el equipo de trabajo que integra buscan asignar un «valor económico» al impacto del programa de control biológico, que permita dimensionar cuánto dinero se ahorra el Estado una vez que los biocontroladores empiezan a reducir las poblaciones de plantas acuáticas.
«Ello favorecería una mayor difusión de esta alternativa natural de controlar un problema cada vez más frecuente en los cursos de agua”.
UN TRABAJO INTEGRADO
La Dra. Fransceschini señaló que para el CECOAL representa un desafío poder avanzar hacia la primera experiencia concreta de control biológico en el NEA, que además sería la primera para humedales cálidos en Sudamérica, por lo cual será de interés para otros países como Brasil.
Resaltó que el CECOAL cuenta con profesionales debidamente formados en la temática, con participación en experiencias en centros científicos internacionales líderes en control biológico.
No obstante, indicó que para el éxito del proyecto en lagunas de Resistencia se requerirá el acompañamiento de organismos gubernamentales y la sociedad.
«El control biológico debe ir complementado con una reducción en el vertido de efluentes cloacales de las viviendas e industrias, y demás medidas que contribuyan a reducir la alteración de las condiciones del agua que es lo que propicia la proliferación de plantas acuáticas» señaló.
En esa línea, destacó el compromiso de la Subsecretaría de Ambiente y Subsecretaría de Sistema Lacustre y Pulmones Verdes de la Municipalidad de Resistencia, que ya vienen realizando el control mecánico en las lagunas de la ciudad, lo cual representa una experiencia importante de cara a la implementación del control biológico.
También se prevé una instancia de educación ambiental, para que la sociedad pueda valorizar el rol de las lagunas para la ciudad, y propender a su cuidado, así como también para que puedan conocer sobre lo que representa el control biológico como una estrategia nueva para controlar la problemática de la invasión de plantas acuáticas.
En tanto, la Lic. Sabrina Bertucci también refirió a la viabilidad del proyecto y a la confianza puesta por las autoridades municipales de Resistencia en el equipo de CECOAL.
Mencionó que los programas de control biológico tuvieron gran éxito en países como Estados Unidos, Sudáfrica y Nueva Zelanda, y el CECOAL cuenta con vinculación con instituciones referentes en esos países, lo que representa una base importante para el desarrollo a nivel regional de programas similares.
Además, se tiene el acompañamiento de la Fundación para el Estudio de las Especies Invasoras (FuEDEI), que ha desarrollado las primeras experiencias en Argentina, en las provincias de Buenos Aires y La Rioja.
En la misma línea, se refirió a la vinculación con el Departamento de Entomología de la Universidad Estatal de Louisiana, Estados Unidos, porque cuentan con la experticia y el “empirismo” de numerosas iniciativas exitosas de control biológico.
«Esperamos que el control biológico pueda concretarse en las lagunas de Resistencia y que la experiencia que se genere se constituya en una respuesta innovadora a una problemática recurrente que afecta los humedales de esta región» concluyó.