PROYECTO ARTEMIS
El acuerdo con la NASA permitirá estudiar el clima desde América Latina y avanzar con el lanzador argentino de satélites

 

Argentina dio un nuevo paso en su participación en la industria aeroespacial. La firma del nuevo proyecto de cooperación con Estados Unidos permitirá participar de la primera misión a la Luna del siglo XXI, avanzar con la puesta a punto del Tronador II y realizar estudios para el desarrollo de un satélite meteorológico geoestacionario de la región. Así lo explicó el gerente del área de Vinculación Tecnológica de la CONAE, en una entrevista en Radio UNNE. 

La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) amplió sus acuerdos de cooperación con la Administración Nacional de Aeronáutica y Espacio de los Estados Unidos (NASA). En esta oportunidad, Argentina se sumó a la veintena de países involucrados en el Programa Artemis, que tiene como objetivo ejecutar la próxima misión tripulada a la Luna y la primera a Marte.

Luego de que Argentina se convierta en el país número 28 en sumarse a los Acuerdos de Artemisa; Radio UNNE dialogó con Marcelo Colazo, doctor en Astronomía y gerente del área de Vinculación Tecnológica de la CONAE, quién brindó detalles sobre este convenio internacional que permitirá profundizar el desarrollo pacífico de la industria aeroespacial. Con más de 30 años de trayectoria, la entidad desarrolla tecnología satelital bajo las premisas de innovación y soberanía científica.

El proyecto Apolo de 1972 fue el último que llevó una tripulación a la Luna. Desde el 2017 con el programa Artemis se pretende que una nueva misión viaje hacia el espacio antes del 2025. Por este motivo el administrador de la NASA, Bill Nelson, visitó el país en una gira por América Latina que también incluyó a Colombia y Brasil.

“El acuerdo que se firmó es una herramienta legal. No es un convenio para desarrollar una tarea en particular, sino que da un marco de referencia para el trabajo de cooperación en las exploraciones a los cuerpos celestes”, explicó Colazo. Argentina se transformó así en la nación número 28 en sumarse a esta iniciativa que promete hacer historia, llevando al próximo hombre y a la primera mujer al espacio.

El astrónomo detalló que se trata de las directrices y pautas con las que los organismos, empresas y países involucrados se comprometen a desarrollar la actividad espacial: el uso pacífico de datos científicos, cooperación, colaboración ante emergencias y transparencia en la información que se genera son algunas de ellas. 

“Hasta ahora, los trabajos que venimos haciendo con la NASA están más orientados a lo que es observación de la Tierra. Con este nuevo acuerdo firmado, nos vamos a sentar a trabajar en otros desarrollos. En los próximos meses empezaremos a tener reuniones técnicas, para ya definir los pasos concretos a seguir”, adelantó el investigador.

Se dio a conocer que esta rúbrica permitirá que profesionales argentinos se capaciten en la NASA, además se proyecta también trabajar junto con la Agencia Latinoamericana y Caribeña del Espacio (ALCE) para el desarrollo de un satélite meteorológico regional. Colazo relató que, desde los inicios de la actividad de la CONAE, Argentina ha tenido acuerdos de cooperación con los Estados Unidos: “los primeros son de principios de los 90, y son los que dieron pie a las misiones satelitales que llevamos adelante hoy en día”.

En el 2021, por la celebración de los 30 años de la CONAE, presentaron el libro Mirar la Tierra desde el Espacio”, donde enumeran algunos de sus hitos más importantes; como ser el desarrollo de cuatro satélites argentinos de la serie SAC (1996-2011), para estudios de física solar y astrofísica, la generación de imágenes terrestres y marinas, del campo geomagnético y de la atmósfera, los océanos y el clima.

El último gran proyecto, el diseño y producción de la Constelación SAOCOM (2018-2020), está compuesto por dos satélites de observación de la Tierra cuyo radar fue fabricado en el país y es único en el mundo. Genera información útil para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas; con beneficios para la actividad productiva nacional, entre otros sectores.

Colazo destacó que la información generada por las misiones espaciales argentinas está disponible de manera abierta para usuarios de todo el mundo: “pueden acceder a través de una licencia de uso, con una sola firma. Se hace una solicitud, uno acepta la licencia y puede tener acceso a los datos que estén en nuestro catálogo de imágenes satelitales, sin necesidad de hacer otro trámite y sin límites”.

El referente de CONAE comentó que esto es posible gracias a la renovación de acuerdos con la Infraestructura de Datos Espaciales de la República Argentina (IDERA), entidad que gestiona la información geoespacial y que busca garantizar la democratización del acceso de la información producida para el apoyo en la toma de decisiones en las diferentes actividades de los ámbitos público, privado, académico, no gubernamental y sociedad civil.

De cara al futuro, la NASA y la CONAE continuarán cooperando en otros dos proyectos en actual desarrollo en nuestro país. Uno es la próxima misión satelital, SABIA-Mar, para el estudio de los mares a nivel global, y en las regiones costeras de la Argentina y Sudamérica. El otro es el proyecto de Tronador II, el lanzador argentino de satélites que superó de manera exitosa las primeras pruebas de su motor recientemente.