Micaela Camino, investigadora del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL), está entre los finalistas del llamado Oscar Verde, por su trabajo para la preservación del pecarí quimilero, una especia endémica del Chaco que se encuentra amenazada.
Se trata de los Whitley Awards, un prestigioso galardón que se otorga a conservacionistas de todo el mundo y que se conocen popularmente como el Oscar Verde. En el caso de Camino, su elección se fundamenta en la labor que realiza en ambientes naturales y ecosistemas amenazados como es el Chaco, una de las regiones con tasa de deforestación más alta del mundo.
«Estamos trabajando con poblaciones autóctonas en la conservación del quimilero y otros mamíferos grandes y sus bosques en el Impenetrable. Esta especie solo existe en el Chaco seco y con el premio podemos ganar más visibilidad para la especie y las familias que habitan en esa zona», comentó la investigadora a Radio UNNE FM 99.7, y agregó que “es una especie emblemática para la región por su gran capacidad de adaptación para épocas en las que el agua superficial es muy escasa. Sin embargo no resiste la caza.”
En este sentido agregó que «hay tres especies de pecarí que conviven en la región chaqueña. El quimilero es el llamado «chancho de monte», que se alimenta del quimil del cactus. Están muy bien adaptados para esas condiciones pero necesitan sí o sí del bosque para vivir. Cuando empecé mi doctorado vi que estaba muy amenazado y vi que si logramos conservarlo es porque logramos conservar estos bosques con tanta diversidad y riqueza. El Chaco Es la segunda región más rica del continente después de la Amazonía».
El Chaco Es la segunda región más rica del continente después de la Amazonía
Sobre su trabajo, detalló que «estudiamos la parte de bosque mejor conservada de Chaco, Formosa y Salta, hicimos monitoreos en la zona con los habitantes y relevamos las condiciones en que viven y cómo la agricultura industrial afecta a estas poblaciones».
A su vez, Camino resaltó la importancia de contemplar a las poblaciones autóctonas que habitan en esa región del Chaco. «No podemos pensar que los bosques se van a conservar si las personas que viven en esos bosques no viven bien. Si los abandonan, avanza la agricultura, el desmonte y hasta prácticas ilegales. Como si estuviesen presos de esa situación. No hay manera de pensar la conservación sin pensar las problemáticas sociales», expresó.