Chaco: caracterizan cómo incidieron las condiciones territoriales, urbanas y habitacionales en la contención y propagación de COVID

Un proyecto de investigación, con participación de la UNNE, identificó las maneras en que las condiciones territoriales, urbanas y habitacionales, relacionadas con las condiciones socioeconómicas de los infectados y sus hogares, incidieron en la contención-propagación de la pandemia de la COVID-19 en la provincia del Chaco. Los resultados fueron publicados en un libro digital.

 

El estudio, iniciado en septiembre de 2020, fue realizado en el marco del Programa de Articulación y Fortalecimiento Federal de las Capacidades en Ciencia y Tecnología COVID-19 y contó con la participación de investigadores de la UNNE y CONICET.

El objetivo fue caracterizar la propagación del COVID en Chaco, en particular, en el Área Metropolitana del Gran Resistencia, y cómo incidió en ella las condiciones territoriales, urbanas y habitacionales, para aportar recomendaciones en base a lo analizado. El proyecto tuvo como entidad destinataria al Gobierno de la Provincia del Chaco.

El libro publicado contiene el informe de avance del proyecto, con resultados que se centran principalmente en el análisis de lo ocurrido en los primeros meses de la pandemia en Chaco, entre el 31 de marzo y 31 de agosto del 2020.

“Los resultados alcanzados hasta aquí son bastante esclarecedores en lo que se refiere a cómo las condiciones territoriales, urbanas y habitacionales relacionadas con las condiciones socioeconómicas de la población incidieron en la contención y propagación de la COVID-19 en la provincia del Chaco y principalmente en el Área Metropolitana del Gran Resistencia (AMGR) durante los primeros meses de la pandemia” destaca el Director del Proyecto y compilador el libro, el Dr. Arq. Miguel Ángel Barreto.

Aún restan concluir actividades de investigación en cada una de las dimensiones del proyecto y luego realizar la fase final de integración de los resultados para extraer las conclusiones y recomendaciones finales.

No obstante, “incluso siendo resultados preliminares, ya constituyen insumos importantes para la toma de decisiones en las futuras políticas públicas territoriales y de hábitat”.

El estudio fue realizado en el Instituto de Investigación para el Desarrollo del Territorio y el Hábitat Humano, órgano de doble dependencia del CONICET y la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y el libro, en su resumen ejecutivo, reseña una síntesis de las principales conclusiones extraídas por parte de los “sub-equipos” en los que se organizó la investigación de cada dimensión del proyecto.

 

SÍNTESIS DE CONCLUSIONES

Evolución. Uno de los trabajos, a cargo de Romina Claret, Liliana Ramirez y Julio Meza, analizó la evolución, distribución, difusión y caracterización de la población afectada por la COVID-19 en la provincia del Chaco.

Se observó que la cantidad de casos detectados en toda la provincia durante el período comprendido entre el 9 de marzo y 31 de agosto de 2020 tuvo un crecimiento que siempre fue ascendente, que se aceleró significativamente a partir de junio en adelante.

La distribución de estos casos en este lapso se concentró principalmente en los departamentos San Fernando, Comandante Fernández, General Güemes y Maipú, mientras que la mortalidad a raíz del virus se concentró principalmente en los dos primeros.

En cuanto a la difusión en los centros urbanos provinciales, la confirmación del primer caso positivo que se registró en el interior de la provincia ocurrió dos meses más tarde que en la ciudad capital provincial, siendo Presidencia Roque Sáenz Peña junto al AMGR los centros urbanos más afectados por el virus durante este período.

En lo referente a las características demográficas de la población involucrada, no se observaron diferencias significativas entre géneros masculino y femenino; sí, en cambio, entre distintos grupos etarios, ya que el mayor número de contagios se dio entre los de 25 y 50 años de edad y la mortalidad fue altamente más pronunciada entre los 65 y 84 años.

 

Distribución. Otro estudio analizó la dinámica espacial de la distribución de casos en los municipios el AMGR, y estuvo a cargo de Laura Alcalá, Leandro Cerno, Sebastián Galvaliz, Ezequiel Ledesma, Rosario Olmedo, Florencia Rus y Victoria Valenzuela.

En Resistencia, los distintos focos críticos dados en cada mes formaron parte de una mancha urbana continua al sur del río Negro, mientras que la zona norte tuvo un comportamiento más independiente, como consecuencia de las medidas de restricción de movimientos tomadas y del aislamiento físico de este sector de la ciudad por la poca conexión con el área urbana más consolidada.

La mancha de contagios también abarcó los municipios de Fontana, Barranqueras y Puerto Vilelas, y hubo durante casi todos los meses focos de concentración de casos específicos en estos municipios, con una menor intensidad en los límites jurisdiccionales entre ellos en los meses iniciales.

Pero, para el mes de agosto se desdibujó esta diferenciación entre municipios, probablemente por el inicio de las medidas de desescalada que limitaba la relación entre ellos.

Entre los diferentes focos de concentración de casos identificados en los distintos meses, se distinguen los focos localizados dentro del área continua de Resistencia al sur del río Negro, de los focos identificados en sectores como el Gran Toba, Puerto Vilelas, Fontana y zona norte de Resistencia, más aislados por límites naturales e infraestructuras urbanas y que tienen una mayor dependencia de uno o pocos ejes viales de conectividad.

“Todo esto permite inferir que más allá de las medidas de restricción los límites naturales o de infraestructura también han incidido en la propagación y contención de la enfermedad”.

 

Población y Hogares. Otro estudio, a cargo de Roxana Evelyn Abildgaard y Miguel Barreto, analizó de forma relacionada la propagación y contención de la COVID-19 con la densidad poblacional y habitacional, el hacinamiento y la precariedad habitacional del AMGR.

Durante este período destacó, en primer lugar, en referencia a esta dinámica, que al principio fue Resistencia la ciudad que registró el mayor impacto, y que luego siguieron, con pocos casos, Barranqueras y Puerto Vilelas. Posteriormente, Fontana pasó a ser la más afectada en términos relativos, y una vez finalizada las medidas de aislamiento, todo el AMGR se vio afectada.

En segundo lugar, al relacionarse la propagación con la densidad poblacional y habitacional, el hacinamiento y la precariedad habitacional del AMGR, se encontraron ciertas correspondencias importantes entre la localización de los radios más densamente poblados del AMGR y las mayores concentraciones de casos en el período.

La propagación del virus siguió una trayectoria socioeconómica de menores a mayores niveles de vulnerabilidad social, asociados a estos indicadores.

El trabajo de este mismo equipo sobre el análisis de los usos de los espacios de la vivienda para la educación según las condiciones habitacionales y niveles de vulnerabilidad social de los hogares permitió conocer que prácticamente la totalidad de los hogares encuestados que contaron con la presencia de hijos en la vivienda realizaron actividades escolares en ella durante el período analizado.

En sectores más vulnerables, fue prácticamente nula la proporción de hogares que contaron con cuartos específicos para realizar las actividades escolares; la mayor parte las realizó en espacios destinados a otros usos o funciones.

La mayor proporción de estudiantes contó solo con teléfonos celulares compartidos, un poco menos con teléfonos celulares propios y una muy baja proporción de los estudiantes contó con una computadora o celular individual y computadora o celular compartido.

 

Vivienda y Trabajo. El trabajo de María Laura Puntel y Miguel Barreto, permitió verificar que los contagios afectaron más a las viviendas en las que el trabajo remunerado se realiza en espacios exclusivos y cerrados, especialmente locales propios para este fin dentro de la vivienda, en mayor porcentaje localizados en el conglomerado 1 de nivel medio de vulnerabilidad social con predomino de barrios públicos de vivienda.

Los contagios, por su parte, afectaron más a los hogares que no modificaron la mezcla de funciones en las viviendas de los hogares con mayores niveles de vulnerabilidad social.

Las actividades comerciales y de servicios son las que más se relacionan con los contagios por sobre las productivas.

 

Ambiente y Vivienda. Otro trabajo, realizado por Miguel Barreto, Laura Boutet y María Laura Puntel, estudió la relación entre aspectos ambientales, habitacionales y edilicios de la vivienda y la contención o propagación de la COVID-19 en el AMGR, según tres niveles diferentes de vulnerabilidad social de los hogares, durante los primeros meses de la pandemia.

“Existen algunas evidencias de que en los hogares de mayores niveles de vulnerabilidad social los aspectos ambientales, habitacionales y edilicios de las viviendas podrían impactar negativamente en las condiciones de asoleamiento, ventilación e iluminación natural, flexibilidad espacial, distanciamiento social y confort ambiental integral, y, en consecuencia, podrían tener incidencia en la propagación de la COVID-19” expresan.

 

Situación Socioeconómica. Otra investigación analizó el contexto y la situación socioeconómica de los hogares del AMGR afectados por la COVID-19 según sus condiciones para transitar la enfermedad.

Ese estudio,  a cargo de Elena Alfonso, María Andrea Benítez, Noel Depettris, Victoria Donner y María Fernanda Palomino, realizado durante el tercer trimestre de 2020, destaca que casi la mitad de los contagiados encuestados no tenía cobertura de salud o que estaba restringida a una condición específica, que el 22 % de los activos estaba desocupado y que tres de cada cuatro tenían ingresos con aportes jubilatorios.

 “Todos estos indicadores afectan más al conglomerado de mayor nivel de vulnerabilidad social” señalan y agregan que más de la mitad de los contagiados no recibió ningún apoyo económico durante este período.

Los restantes recibieron el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) o un bono destinado al personal de salud o un crédito a tasa 0 %, y algunos, a su vez, gestionaron pero no obtuvieron estas ayudas, siendo estos en mayor proporción del conglomerado de mayor nivel de vulnerabilidad social.

En cuanto al confort de los hogares o perfiles de consumo de los hogares, se observa que el 36 % de los hogares de contagiados disponía de moto como medio de movilidad; el 25 %, de automóvil y el 13 % no contaba con vehículo propio. Estos fueron los más afectados por la pandemia durante período en el que transporte público se paralizó.

El 42 % de los hogares de los encuestados no contaba con dispositivos como PC, notebooks, Tablet o Smarts, y vieron restringidas sus posibilidades de comunicación y de continuidad laboral.

 

Políticas Públicas. El trabajo de Daniel Chao, María Fernández, Silvina López, Julio Meza y Venettia Romagnoli, analizo las políticas públicas implementadas contra la COVID-19 en la provincia del Chaco respecto de las medidas adoptadas por el gobierno provincial entre el 9 de marzo y 31 de diciembre de 2020.

Se destaca que el gobierno provincial formuló más de 40 instrumentos normativos, entre leyes, decretos y resoluciones, y numerosas disposiciones de rango inferior en ese período. Cinco normas se dictaron en la Fase de Contención (9 marzo – 18 de marzo de 2020), veintisiete en la Fase de Mitigación (18 marzo – 23 julio de 2020) y unas diez en la Fase de Desescalada (23 julio – 31 diciembre de 2020).

En la fase inicial, que duró menos de diez días, predominaron medidas de coordinación y articulación, en sentido vertical (interjurisdiccional) y en el sentido horizontal (intersectorial e interactoral en menor medida).

La fase de “Mitigación”, implicó un establecimiento de consensos y legitimad democrática, en la que se destacan medidas de tipo presupuestarias, y medidas de regulación y cese de actividades (ASPO) de alto nivel de restricción (circulaciones territoriales: interprovinciales, locales, interurbanas y urbanas, interrupción de actividades educativas presenciales, laborales, comerciales, transporte público, administrativas, entre otras).

En la fase de “Desescalada” predominaron los instrumentos normativos que prorrogaron y readecuaron algunas las medidas tomadas en la fase anterior, tendientes a una paulatina flexibilización y apertura de las actividades restringidas, acentuándose las referidas al control de cumplimiento de las disposiciones vigentes.

Este estudio analizó la opinión de encuestados sobre las medidas tomadas, y se observó una percepción favorable con relación al acceso a la salud durante el transcurso de la enfermedad, al acceso a la información de los factores de contagio y cómo evitarlos y al acceso a las indicaciones que seguir al resultar COVID positivo.

Sin embargo, las opiniones resultaron menos favorables con relación al apoyo del gobierno para poder cumplir con las medidas de ASPO y DISPO y en lo referido a la atención del gobierno durante el proceso de la enfermedad.

 

ENTREVISTAS

El último trabajo del informe, a cargo de Marta Giró, Bernabella Pelli y Antonella Bentancourt Rosoli, expone análisis realizados mediante una selección de las entrevistas multidimensionales.

Se destaca que uno de los aspectos más notorios de la dimensión habitacional que requiere ser estudiado con mayor profundidad son los efectos de pandemia en relación con la carencia de espacios habitables en condiciones físicas, funcionales y de equipamiento para realizar las actividades de trabajo y escolares en la casa.

En la dimensión urbano-ambiental, una respuesta frecuente respecto del modo en que se satisfacen las necesidades cotidianas durante el período de enfermedad fue mediante ayuda familiar para el abastecimiento, la movilidad y traslado de alimentos, medicamentos, etc.

Otro aspecto relevante fue que antes, durante y después de la enfermedad pudieron satisfacer sus necesidades alimenticias cotidianas en las proximidades a su vivienda, en el barrio, sin necesidad de traslados al centro.

En lo que respecta al acceso a la información que proporcionaba el Estado para actuar en caso de contagio, la mayoría de los entrevistados manifiesta que tenía conocimiento de la forma de comunicar y que, pese a las demoras y dificultades para comunicarse, se podía llamar para pedir ayuda, a través de familiares o conocidos que ya habían tenido contacto previo con este medio.

En relación con el acompañamiento del Estado, la mayoría coincide en que, si bien la atención de salud pública tuvo demoras, luego recibieron llamadas periódicas de los médicos de esa repartición o del Plan Detectar. Sin embargo, también mencionan que ese fue el único acompañamiento, y no hubo ayuda con alimentos o insumos de limpieza u otros, que en muchos sectores de la ciudad hacen mucha falta.

En la dimensión socioeconómica surge como aspecto relevante que en las familias en las cuales la economía se vio afectada por la enfermedad, por imposibilidad de trabajar, la ayuda y acompañamiento de familiares cercanos fue fundamental para la satisfacción de las necesidades cotidianas y poder transcurrir la enfermedad lo mejor posible.

 

PERSPECTIVAS

En síntesis, según señala el Director del Proyecto, Dr. Arq. Miguel Ángel Barreto, los resultados son bastante esclarecedores de como las condiciones territoriales, urbanas y habitacionales, relacionadas con las condiciones socioeconómicas de la población, incidieron en la contención y propagación de la COVID-19 en la provincia del Chaco y principalmente en el Área Metropolitana del Gran Resistencia (AMGR) durante los primeros meses de la pandemia y constituyen un insumo importante para la toma de decisiones en materia de políticas públicas.

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*Fotos: Gentileza