“Que Argentina no prorrogue la Ley de Biocombustibles sería ir a contramano del mundo”

Biocombustibles en Argentina
En Argentina se produce biocombustibles en diez provincias y las empresas productoras en su mayoría son pymes.

 

“Los biocombustibles aportan al ambiente pero también industrializan muchas producciones primarias en el interior del país, con generación de empleo e ingresos” señaló Verónica Geese, cofundadora de la Liga Bioenergética de las Provincias respecto a la preocupación por la demora en la sanción de una ley que extienda la vigencia del fomento a la producción de biocombustibles.  En diálogo con Radio UNNE sostuvo que de no prorrogarse la ley desaparecían muchas pymes del sector y para Argentina sería alejarse de las metas sobre el Cambio Climático.

 

La Ley Nº. 26093 de Fomento de Biocombustibles fue sancionada en Argentina en el año 2003 y entró en vigencia tres años después durante 15 años. Establece que, del combustible que sale del surtidor debe tener un corte obligatorio de 12% de bioetanol -que se produce con el alcohol de caña o maíz- (nafta) y 10% biodiesel -a partir de aceite de soja- (gasoil).

En menos de un mes vence la vigencia de la ley, y tras haberse logrado el rápido tratamiento en la Cámara de Senadores de la Nación a un proyecto de prórroga de la normativa, en la Cámara de Diputados se está demorando el debate de dicho proyecto, lo cual genera preocupación desde los sectores de producción de biocombustibles que en su mayoría son pymes.

Para conocer un poco más respecto a lo que implica la generación de biocombustibles en el país, y la necesidad de prórroga de la ley, Radio UNNE dialogó con Verónica Geese, ex Secretaria de Energí a de la Provincia de Santa Fe  y cofundadora de la Liga Bioenergética de las Provincias.

“Los biocombustibles son un resultado muy beneficioso en términos ambientales pero también en términos industriales pues se industrializa producción primaria tanto en el bioetanol de caña de azúcar o maíz y con el biodiesel de aceite de soja” señaló y agregó que se le da un proceso más a producciones que en gran parte se terminan exportando sin agregado de valor como la soja y el maíz.

Sostuvo que además del valor agregado para la economía nacional de las provincias que se genera al industrializar la producción primaria, los biocombustibles brindan la posibilidad en lo ambiental de bajar los índices de emisiones de efectos invernadero y de contar con una política de bioeconomía.

El concepto de bioeconomía o de economía circular, se cumple en el sector de los biocombustibles pues es común que una fábrica no sólo genere el biocombustible sino que sigue los procesos industriales para hacer bioplásticos, glicerina, y otros productos que están siendo muy demandados por el mundo, reemplazando sustancias que vienen del petróleo. Se aprovechan además todos los residuos de la actividad.

 

LA PRODUCCIÓN EN ARGENTINA

En Argentina sobresale el bioetanol de caña de azúcar en el NOA, con ingenios en Salta, Tucumán y Jujuy, y en San Luis se genera bioetanol de caña de maíz al igual que Córdoba que es el centro más importante de bioetanol de maíz al ser la principal zona maicera del país.

En el caso del biodiesel hay producciones en San Luís, Buenos Aires y en Santa Fe que es la provincia que concentra el 80% de la producción.

“Son 10 las provincias con generación de biocombustibles, pero podría haber plantas de biodiesel o bioetanol en todos los lugares donde haya una producción primaria” explicó Geese.

Sostuvo que un aspecto fuerte de la producción de biocombustible es que se genera cerca del lugar donde están las producciones primarias, sin necesidad de trasladar largas distancias las materias primas a las grandes urbes o polos productivos-exportadores, generando así mucho empleo y riqueza en el interior del país.

Acotó que es común que la sociedad se imagine a las plantas de biocombustibles como grandes plantas industriales, pero en el país se empiezan a ver “minidestilerías” que generan bioetanol de maíz, alimentan con la burlanda que queda a los cerdos en el mismo campo donde se genera el maíz, se genera el alcohol, electricidad, gas, en un proceso de bioeconomía y economía circular.

“En el país podría haber miles de estas plantas porque en territorio argentino es alta la producción primaria, sin necesidad de salir a plantar más sino aprovechando la producción actual” resaltó.

Señaló que Argentina con lo que produce de biocombustible actualmente puede reemplazar gran parte del combustible que hoy está importando. Con los biocombustibles se está sustituyendo la importación de combustible, diversificando la matriz energética e incluso evitando la salida de dólares que se genera al importar combustible.

 

RAZONES DE LA DEMORA

Respecto a la ley, Geese comentó que la iniciativa de extender la ley avanzó en la sanción en el Senado Nacional pero se frenó en su tratamiento en la Cámara de Diputados de la Nación, a su entender vinculado con el “lobby” del sector petrolero que busca recuperar parte de la demanda que fue hacia los biocombustibles.

Señaló que entre los fundamentos de la demora en el tratamiento legislativo, se esgrime la necesidad de una nueva ley, actualizada, y en esa línea informó que la Liga Energética está pensando en una ley nueva, superadora, pero mientras tanto se requiere una prórroga, de seis meses  o un año, debido a que en menos de un mes vencerá la actual normativa.

Indicó que de no sancionarse la ley, las petroleras dejarán de estar obligadas a comprar biocombustibles, y lo que sucederá es que las productoras de biocombustibles no podrán seguir produciendo por falta de demanda.

En el país hay 56 empresas en diez provincias creadas por la ley de Biocombustibles aprobada en 2006, siendo la mayoría pymes que generan miles de puestos de trabajo, mientras que algunas grandes cerealeras no dependen de la ley de fomento debido a que exportan el biocombustible que generan.

“Si el régimen de fomento no existe más, de seguro desaparecerán muchas  productoras de bocombustibles, pues en su mayoría son pymes”.

Consideró que el escenario para la prórroga de la ley es complejo porque no hay posibilidad de una discusión sin presiones, y “lo más honesto sería hacer una prórroga por seis meses o un año, hasta tratar un nuevo proyecto de ley”.

Geesse reconoció que el sector necesita una nueva ley, pues la actualmente vigente quedó desactualizada, “pero no podemos discutir en poco tiempo”.

En relación a argumentos sobre el costo fiscal que representa el fomento de los biocombustibles, aclaró que los productores de biocombustibles no reciben ningún subsidio de parte del Estado Nacional, como sí otras fuentes energéticas, y sólo lo que hace el Estado es, como lo estipula la ley, decir que todos los meses las petroleras tienen que comprar cierta cantidad de biocombustibles, a ciertas empresas y se establece un precio que las petroleras deben pagar.

“No hay subsidios explícitos ni implícitos en los biocombustibles” subrayó.

Refirió que las otras matrices alternativas de generación de energía o combustibles del país, como el proyecto Vaca Muerta, tienen un alto costo fiscal respecto a los biocombustibles, e incluso otras fuentes de energía renovables también tienen un costo fiscal importante.

Agregó que es común que se fundamente que el Gobierno recauda más cuando el sector del maíz y la soja exporta el producto como grano y no como aceite, harina o biodiesel. En ese sentido, expresó que debe aclararse que con los biocombustibles se genera producción genuina, se genera una cadena impositiva, con creación de mano de obra, ayudando a revertir la primarización de la producción argentina.

 

APORTE AL CAMBIO CLIMÁTICO

Estimó además como otro elemento clave en la discusión el hecho de que con los biocombustibles se aporta como país a las políticas de reducción del cambio climático al reducir el uso de combustibles fósiles y emisión de gases invernaderos.

 

“Sin los biocombustibles será imposible cumplir con metas del cambio climático, y de no aprobarse la prórroga de la ley Argentina estará a contramano del mundo” estimó.

Asimismo, opinó que pensar en hacer una nueva ley en la que se determine usar menos biocombustibles tampoco tiene sentido.

“Los biocombustibles vienen ayudando a reducir las emisiones de gases invernaderos de Argentina desde hace mucho tiempo” dijo y aludió al caso de Brasil que hace 40 años usa biocombustibles, y siempre presenta al mundo como un logro del país la reducción de gases invernaderos debido a la alta producción de biocombustibles.