Una de las características que tuvieron las urbanizaciones privadas y la construcción de barrios cerrados en la periferia del Gran Corrientes fue el avance sobre áreas naturalmente ocupadas por lagunas o cercanas a las mismas. En ese sentido, la Arquitecta Silvina López, investigadora del Centro de Geociencias Aplicadas de la UNNE, señaló que en los estudios que desarrollan en el marco de un proyecto de investigación en curso, observan con preocupación que en los últimos dos años, coincidentes con períodos de déficit hídrico, proliferaron nuevamente proyectos inmobiliarios de este tipo.
La zona del Gran Corrientes viene experimentando desde hace varios años la localización de proyectos inmobiliarios con el formato de urbanizaciones cerradas en las áreas periurbanas y rurales del municipio de Capital, y de los municipios vecinos de Santa Ana, San Cayetano, Riachuelo y San Luis, entre otros.
Este tipo de inversiones inmobiliarias, destinadas a satisfacer la demanda de vivienda de familias de ingresos medianos y altos, avanza sobre tierras sobre las que se desarrollan actividades agropecuarias, para obtener renta urbana. Esta rápida transformación genera un área periurbana muy extensa, en la que conviven usos rurales y urbanos con numerosos conflictos.
Si bien el fenómeno de las urbanizaciones privadas tiene distintas características de relevancia, uno de los aspectos destacados de esta forma de expansión urbana es el avance sobre áreas naturalmente ocupadas por lagunas o cercanas a las mismas.
Desde el Centro de Geociencias Aplicadas de la UNNE, un equipo de investigación hace varios años viene estudiando los procesos de expansión urbana de los territorios que integran el Gran Corrientes, y analizando el fenómeno de la presión sobre la periferia de la ciudad capital y localidades cercanas.
Uno de los proyectos actuales en ejecución, (PI 17 H008) se denomina “Caracterización de los usos del suelo en espacios de transición urbano-rural de ciudades intermedias del Nordeste argentino. Estudio de casos: Área metropolitana Gran Resistencia y Gran Corrientes”.
Al respecto, la Arquitecta López señaló que, con base en la experiencia de estudios en la periferia del Gran Corrientes, «vemos con preocupación la proliferación en los últimos tiempos de nuevos emprendimientos de barrios cerrados», y en particular de proyectos que se desarrollan en zonas cercanas a lagunas, como el corredor de la Ruta Provincia N° 5, en la que se despliegan las lagunas del sistema conocido como Lomadas Arenosas.
Mencionó que un factor agravante actual podría ser el déficit hídrico de los últimos dos años que redujo las superficies ocupadas por lagunas, lo cual puede alentar las ocupaciones de áreas potencialmente inundables.
IMPACTO DE URBANIZACIONES PRIVADAS
Según lo expuesto en estudios del Centro de Geociencias Aplicadas – UNNE, entre los impactos ambientales que producen las urbanizaciones en área de lagunas, se encuentran la obstrucción del escurrimiento natural; contaminación de agua superficial y subterránea por la ausencia de red cloacal; y la generación de minibasurales de residuos sólidos urbanos por la deficiencia en el sistema de recolección y disposición final.
Se producen además, situaciones de limitación del acceso de la población a bienes públicos, ya que dentro las urbanizaciones cerradas quedan incluidos espejos de agua y otras áreas naturales del sistema hídrico, y además en muchos casos, la localización de estas urbanizaciones genera discontinuidad en la circulación y conexión de caminos rurales que anteriormente permitían el acceso a las mismas.
Los nuevos proyectos realizan nivelaciones y rellenos que modifican las pendientes naturales y ejecutan obras hidráulicas de desagüe, sin atención las condiciones hidrológicas naturales de la cuenca y sin una visión de manejo integrado de la cuenca hídrica.
Estas intervenciones tienen un fuerte impacto en la población más vulnerable que sufre las consecuencias de inundaciones pluviales en un sistema cada vez más antropizado y cuyo funcionamiento hidrológico ha sido alterado.
La Arquitecta López sostuvo que si bien existen normativas que regulan las urbanizaciones privadas y barrios cerrados, en la práctica no existe uniformidad de criterios en la aplicación de las regulaciones por parte de organismos provinciales y municipales.
En ese aspecto, resaltó la importancia de un mayor control en el desarrollo de proyectos de urbanización en zonas cercanas a las lagunas.
Comentó el reciente caso de un proyecto que avanzó con canalizaciones conectadas a la Laguna Brava, que, si bien es una Reserva Provincial, la Ley Provincial que declaró la reserva no está reglamentada, lo que hace muy dificultoso el accionar de los organismos competentes.
Reiteró que los diferentes niveles del Estado coinciden en cuanto a los principios generales, y cuentan con marcos normativos para regular los proyectos productivos e inmobiliarios, pero carecen de procedimientos específicos que hagan operativo el control de los mismos.
Aunque está definida la concurrencia de los distintos organismos responsables, no se establecen las formas de articulación, así como tampoco los procedimientos de gestión y aprobación de los proyectos, lo que en definitiva termina obstaculizando la protección del sistema hídrico.